☕Capítulo Único.

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Cerró sus ojos repitiéndose una y otra vez «solo voy a descansar los ojos» tenía que levantarse a seguir con las tareas de la casa. Hoy era su día libre y debía aprovechar aquel tiempo para hacerle una limpieza profunda a su departamento, no por nada había estado rechazando las salidas con su amigo SeungKwan.

Quería hacerse creer que el limpiar su hogar no era ninguna excusa para no asistir a las citas a ciegas que su mejor amigo insistía en organizar, no claro que no, simplemente su trabajo de tiempo completo en el bar-café no le daba el tiempo suficiente para hacer sus que haceres.

Algunas veces se lamentaba un poquito por haber dejado la casa de sus padres para vivir en Seúl y cumplir su sueño de hacer música, obviamente al principio no había salido como esperaba pero la esperanza era lo último que se perdía, o así decía su madre cada vez que lo llamaba para preguntar cómo estaba. Por el momento había decidido trabajar en algo que le diera para la renta del departamento y comida, y que decir de la parte de cumplir su sueño, ya parecía estar lográndolo.

Hace unos días había recibido un correo de una disquera que encontró y escuchó uno de sus covers en internet y habían quedado encantados, pero ahora tenía que enviar una canción producida por él. Jihoon no tenía problemas, tenía una que otra canción escondida por ahí, solo debía buscar la melodía perfecta y estaba listo. Aunque tenía un problema, siempre olvidaba ir a pagar el internet y puede que no le interesaba mucho eso tenía que pagarlo para poder enviar la canción.

El rubio no estaba tan interesado en la tecnología, si bien tenía la última versión del iPhone pero eso no quería decir que era un fanático de estar el día entero apegado a su teléfono. Realmente había sido un regalo de sus padres cuando se fue de casa, su antiguo teléfono amenazaba por apagarse en cualquier momento y no volver a encender ni aunque le golpeara como siempre lo hacía.

Su cabeza cayó contra el respaldo del sillón, estaba agotado. Antes de ir a descansar, se encontraba limpiando su habitación, nunca se había dado cuenta cuantas cosas tenía en su lugar de confort, y vaya que eran demasiadas.

La puerta se escuchó insistente interrumpiendo su pensamientos, el rubio frunció el ceño. No esperaba a nadie, a SeungKwan le había dicho que iba a estar ocupado por lo que su amigo apenas y se pasaría por ahí. Jihoon pensó que sería un vendedor de mercancía chatarra que no sirve de nada, o podía ser algún predicador del señor.

Con pereza decidió averiguar y sacar de dudas a su cabeza que comenzaba a pensar en que sería bueno comprar una caminadora ya debía comenzar hacer ejercicio, si no en cualquier momento terminaría siendo una bola y rodaría en lugar de caminar.

Los golpes en la puerta pararon, por lo que JiHoon pensó que la persona detrás de ella ya se habría cansado de esperar pero nuevamente comenzaron fastidiando al chico rubio. Sin más preámbulos, abrió la puerta encontrándose con un chico pelinegro y bastante alto —aunque en realidad todo el mundo es más alto que él— mirándolo seriamente.

—¿Sí? —miró al pelinegro intentando no intimidarse por la intensa mirada de aquel par de ojos redondos con lindas pestañas largas. JiHoon intentó no pensar en lo atractivo que era aquel hombre y el porqué no lo había visto por ahí antes.

—Buen día, ¿podría pagar su internet de una vez? —soltó.

JiHoon parpadeó un par de veces preguntándose si había escuchado bien.

—¿Disculpa? —habló incrédulo.

—Sí, ¿podrías pagar ya tu internet? Mira, me aburro mucho y si tu no pagas yo no puedo ser feliz. —contestó con simpleza y con voz descarada.

JiHoon no dudó en cerrarle la puerta en la cara, ¿qué le ocurría aquel chico? que idiota, si bien, le pudo parecer atractivo en algún segundo de aquellos dos minutos parado frente a él pero ya no más. Aquel descarado chico era un idiota de lo más peculiar.

Vecino, Pague El Internet ーCoupZiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora