Zona Zero

Capítulo 3: Nuevo camino.

Algunas decisiones pueden ser perjudiciales.
Otras pueden ser beneficiosas.
Solo habrá una manera de descubrirlo, ¿y cómo?
Dejándolo a manos del destino.
Si..., no...
En cuestión de un segundo, un futuro puede ser destruido.
No se puede adivinar lo que va a pasar.
No es como una bola de cristal.
Esto es la realidad.
La realidad que no quieres ver.

Dudó, por un nuevo momento agachó la mirada como buscando una respuesta más clara, para pensar con mucha más concentración, señalizaba aquello mediante una pasada de mano hacia su quijada. Al momento de subir su mirada, y enfocarse en los cristalinos ojos de aquella chica que yacía en frente de él, esperando una respuesta ansiosa pues al parecer le veía potencial, sabía lo que iba a responder, ya había tomado una decisión y dependiendo de esta, sería el rumbo que tomaría su vida.

  - Voy contigo. — Susurró después de cambiar de posición; es decir, de estar en diagonal derecha, a diagonal izquierda, y mirarla con un toque de sinceridad y algo de duda.—  Pero si es una trampa, serás la primera en pagar. — Aseguró que escuchara, debido a que alzaba un poco el tono de su voz y apuntaba a esta con su dedo índice, añadiendo un toque de molestia a lo último que decía pues, era un tema serio.

- Tranquilo, si quisiera tenderte una trampa, ya lo habría hecho. — Le respondió la chica, volviéndose hacia un lado junto con una mirada que por un segundo estaba dirigida al chico junto con una sonrisa inocente, que daba la sensación de que era una chica algo inteligente y astuta a la hora de defenderse, pero, ¿por qué se habrá comportado así al momento de encontrarse? Ha de ser por que estaba desarmada, o por el simple hecho de que un desconocido se hallaba apuntándole a la cabeza, que no dudaría de tirar del gatillo si se trataba de un mal movimiento.

La dama dio pasos para salir de la tienda, unos dos pasos atrás estaba Blake, quien miraba el entorno solo para asegurarse de que todo el perímetro estuviese tranquilo y no hubiera ninguna amenaza que intentase herirle.  Pero se sintió seguro cuando lo único que escuchaba eran los no muy sincronizados pasos de ambos adolescentes caminando hacia al frente y tratando de no tropezar con los miles de escombros que habían en el suelo.
Pasó unos minutos en silencio, al parecer el lugar del que ella hablaba no estaba tan cerca como afirmaba, pero ya había aceptado. Ese silencio se rompió cuando vio que la chica se detuvo por unos segundos a mirarle, esbozando una sonrisa que dejaba en claro que confiaba en el desconocido, o al menos, eso quería aparentar.

- ¿Quién eres? — Preguntaba mientras esbozaba una sonrisa un poco más amplia, caminando de espaldas y claramente sin tropezar con los escombros, habilidosa era, se notaba con tan solo observar la manera en la que esquivaba los antes mencionados sin siquiera mirar, obviamente por que miraba a los oscuros ojos del chico que con un toque algo extrañado, veía a esta con una ceja arqueada, y al tanto de que no se tropezara.

Por un momento se quedó callado y solo por un segundo miró al frente, como diciendo en su mente: ''Eso no te incumbe'', sin embargo, ha de tener en cuenta de que es una chica algo amable sabiendo que él solo era un desconocido. Solo suspiró un poco, no gustaba decir su identidad a personas que tampoco sabía la suya, pero en este caso era algo necesario, puesto que de querer hacerle daño, ya lo habría dicho. Se había ablandado un poco por la carisma y sonrisa de la desconocida.

- Me llamo Blake... Blake Coleman. — Se identificó por unos segundos de mirarla a los ojos y sostenerla un poco del hombro pues se había distraído e iba a caer, por un segundo vio la cara de preocupación de la chica, debido a que caería de no haber sido por su ayuda y de seguro se hubiera hecho daño, poco, pero no era nada del otro mundo. Después de ello, su mirada se dirigía a la esquina que cruzaban para tomar otra ruta para llegar al refugio que ella mencionaba, y que al parecer, comenzaba a ser más lejos de lo que pensaba.