Capítulo 1 || Traición.

1 0 0
                                    

   — ¡Maui! —grité hacia las escaleras— ¡Si no estás en cinco a mi lado juro que no te haré más el desayuno y me lo comeré yo! 

Llevo esperando alrededor de...¿ya no sé, diez, quince minutos? Tuve que tomar medidas desesperantes, y eso lleva a la comida. Kenai y Maui no viven sin comida, repito, no viven sin comida.

   — ¡Ya llegó por quien lloraban!  

   — Sólo toma las llaves. ¿Quieres? Estoy muriéndome de hambre y tú allá peinándote tus rulos feos. 

Y sí, estoy enojada. Abrí la puerta hacia el garaje, allí estaba mi preciosa Yamaha, una moto impresionante y mi mayor pasión. Desde hace años andaba al igual que Maui de forma ilegal por los bosques de mi antigua ciudad, pero que ahora tengo licencia (por fin, gracias a la divina vida) como para poder conducir libremente por las calles de ahora mi nueva residencia, Dawston.

   — ¿Perdón? Es obvio que mis rulos son mucho más importante que tú —exageró moviendo sus rulos hacia atrás como diva, lo que me hizo soltar una risita y girar los ojos (como siempre).

   — Aún no supero que mamá nos haya dicho "Chicos, les tengo una buena noticia. Pasado mañana nos iremos al otro lado de Estados Unidos. Ah y comienzan la escuela al día siguiente" aunque me encanta esta ciudad y su gran amplitud de estudios, es un gran futuro —hablé irónicamente.

   — Ahora te encanta  —carcajeó antes de ponerse el casco y abrir la puerta eléctrica.

Ignorando su comentario, subí a mi moto y me preparé.Introducí la llave y cuando escuché el rugir de la moto, instintivamente sonreí. Siento como si la moto estuviera dentro de mí, literalmente, como si fuera una parte más de mi, que se encendía cada vez que escuchaba el motor.

Mientras conducíamos a la par con Maui por las calles más transitadas de la ciudad, la gente nos miraba con curiosidad. Por lo que sé, aquí hay sólo un instituto y una universidad, ambas gigantes, por lo que la gente que vivía aquí debían conocerse todos, aunque sea de vista.

Nos movimos con rapidez, entre los autos, como si fuera una carrera entre ambos. Ambos amábamos correr, dentro de calles, pistas, dónde sea. 

Caminábamos por los pasillos del centro comercial, este es gigante. La gente venía de aquí para allá, con amigos, familia. El patio de comida estaba repleto. Hoy es domingo, lo que significa último día para disfrutar, antes de volver a lo rutinario. Cinco días seguidos haciendo lo mismo. Jamás me gustarán las rutinas. ¿Qué tienen de nuevo? ¿De divertidos? ¿De memorables? Se vuelven literalmente días inútiles a mi parecer.

Ambos caminábamos en silencio retraídos en nuestro propio mundo. Muchas muchachas de nuestra edad miraban a Maui con deseo y curiosidad, muchos dicen que destaca por sus ojos y su mandíbula grande dándole una apariencia de malo siempre, pero sus ojos son la vista de su cariño. 

¿Pero qué saben ellos?

Él es una bolita (no tan bolita) de cariño y risas para mí, pero a los demás es alguien demasiado frío, a quien no le importa qué te pasa. Sólo le importa qué él se divierta, pero eso sí, se preocupa que el otro no salga herido. 

Ambos somos demasiado unidos y relativamente parecidos. Nuestros gustos coinciden en muchos, nuestro físico también, pero lo que nos diferencia es nuestra personalidad con los demás. Yo soy bastante distante con los demás, pero no quiere decir que no me preocupe por ellos. 

Siempre nos hemos tenido el uno al otro y nadie más.

Siempre hemos sido nuestros propios mejores amigos.

Los Secretos BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora