El inicio

17 5 0
                                    

Pienso en ti al escribirte en este momento, son las 2:08 am y no dejó de pensar en esa sonrisa... llegaste derrepente a interrumpir mis vacíos y arrebatos de un corazón roto, llegaste hoy a vivir enfrente de mi casa, chica de lentes y ojitos pequeños... con tu cabello largo y alisado.

Estaba en mi pieza en el segundo piso mirando por mi ventana hacia el pasaje como los niños jugaban y yo en el borde de la ventana aburrido y sin ánimos de hacer nada, derrepente vi un camión gigante acercarse a la casa de enfrente de mi ventana que nadie había ocupado en años. Me quedé mirando un rato para saber quienes serían los nuevos vecinos. Un señor alto, delgado... bueno más que mi papá, una señora más bajita con un rostro duro pero a la vez dulce, un pequeñito de un rostro tan tierno que daban ganas de apretarle los cachetes y tú.
Me quedé mirándote un rato y eras preciosa... me asomé más en el borde de la ventana y derrepente cruzaste tu mirada con la mía de el nerviosismo que me provocaste caí de la ventana y por suerte cai hacia dentro de mi cuarto y no hacia afuera a la tierra.
Más tarde fui a comprar de mala gana... (no me gusta salir a comprar) y devuelta de comprar me topé contigo que también ibas a comprar... agache la mirada para no toparme contigo de frente, pero me detuviste a saludarme y también preguntarme con una voz entrecortada y tímida si estaba bien por la caída de hace rato... yo respondí que bien y me fui corriendo a casa sin siquiera despedirme... fui tan tonto.
Cuando comenzó a caer la noche me puse a mirar por mi ventana hacia tu casa... para mala suerte estabas en el segundo piso con la ventana abierta y podía verte y yo como idiota me quedé mirándote sin percatarme que te estabas cambiando y te vi casi desnuda frente a mi ventana... Te diste cuenta y cerraste la cortina y te vi tu carita... no parecías enojada si no mas bien te pusiste roja como un tomate.
Así pasaron las horas y me levantaba de mi cama a cada rato a ver si te asomabas por la ventana... era tonto hacerlo no había una razón para que lo hicieras y menos después de haberte visto de esa forma... tan invasiva... lo siento.
De ese momento no paro de pensar en ti y quizás sólo quizás tu llegada cambie mi vida... debes ser mi chica.
Buenas noches.

La Chica De EnfrenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora