Danza, Canto y Amor

Canto de invierno

Los copos de nieve golpeaban de un modo muy delicado la ventana del salón de Rosela, casi parecía que danzaban al ritmo de la tormenta. Estaba calmada tomando su acostumbrado café de la tarde, y es que, al contrario de muchos, este ayudaba a Rosela a dormir.
Estaba sumergida en sus pensamientos y muy agotada ya que su pequeño Max, el diminuto Ruself que apenas tenia 2 años de edad, había consumido gran parte de su tiempo, así que no podía concentrarse mucho en ensayar las notas a las cuales tenia que llegar.

Estaba apenas destendiendo la cama cuando un fuerte golpe en la puerta azotó sus oídos, escucho algunos murmullos y la voz de Máximo un tanto alterada, cuando hablaba con la sirvienta, pronto Rusela bajó para pegar varios regaños, sin embargo la imagen que vio a continuación la dejó mas helada que aquellos copos de nieve en su ventana.

-Entonces, ella es la única que vivió?- preguntó Máximo

-Eso parece señor- contestó la sirvienta- la encontramos serca de la casa, pero al oír mas disparos no fuimos capaces de ir a investigar sobre los demás familiares-

-Entiendo, y es bueno que no se acercaran, según los rumores, los camaradas capturaron a todos los de la zona , ahhhh de verdad que tengo una impotencia tan grande...pero al menos, ella está con nosotros-

-Que es lo que esta pasando cariño?- dijo finalmente Rusela sin apartar la mirada de aquel pequeño bulto envuelto con una sabana llena de sangre que su esposo sostenía cual flor recién cortada-

-Los Rangoth...-dijo Máximo, no hubo necesidad de explicarle nada a Rusela, tampoco de darle ninguna indicación a la sirvienta para que se retirara, ni siquiera fue necesario romper aquel silencio, para que Rusela pudiera comprender que a partir de esa noche, sus desvelos, ahora serian por dos hijos.