Capítulo 49.

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Janet y yo estábamos listas para irnos a casa, realmente estaba afligida y los ánimos los tenía por el suelo. Perdí a mi bebé y hasta a lo mejor mi motor de vida. Pero me negaba aceptarlo; sin embargo, sentía que en cualquier momento me podía volver loca y desquiciarme hasta el punto de matarme. Corría por un pasillo el cual no tenía fin, sólo corría y corría alcanzando una luz imposible. No sé que tenía Michael planeado, mi cabeza estaba complemente en blanco y sólo me apetecía llegar a casa y acostarme a dormir. Sólo eso.

Era un día lluvioso, observaba por aquella ventana del auto el agua caer, sentía un gran vacío y sólo quería morirme. A veces pensaba que podría haber otra posibilidad de intentarlo una vez más, pero me negaba. Era como una guerra con mis pensamientos y mis sentimientos. Tengo mis emociones realmente descolocadas de mi. Giré para ver a Janet y platicar un poco con ella, pensar me estaba provocando un fuerte dolor de cabeza.

—¿Y donde fue Michael? —Janet posó rápidamente su vista a mi y nerviosa contestó.

—Fue hacer algunas vueltas, seguramente te tiene una sorpresa.

Asentí sin ninguna expresión alguna y Janet me mira afligida.

—María, estás hecha toda una desdichada —Se acerca a mi y me abraza por un lado y empiezo a lagrimear.

—¿Cómo quieres qué no lo esté? —Hablé en un hilo de voz, apenas se podía escuchar lo que decía. —Mi bebé, no tengo mi bebé aquí.

Un torrente de lágrimas se hace presente y lloro, lloro como si me hubieran quitado una parte vital de mi vida, como si algo hubiera muerto dentro de mi este día. Básicamente este mes de Navidad se convirtió en algo oscuro, pero tenía que ser fuerte. Sé que no soy la única afectada con la situación y Michael también debe estar mal, pero este dolor... este repugnante y espantoso dolor, no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

~***~

Michael estaba en el orfanato hablando con una de las encargadas, le platicó la situación y prácticamente le dijo lo que exactamente el médico le sugirió. Adoptar un bebé. Michael estaba encantado con todos, que si por él fuera, los hubiera adoptado a todos, pero también tenía claro que estaba en juego con la salud mental de su amada. ¿Bodas? ¿Fiestas? ¿Bodorrios? Sí. Se tenían que posponer, hasta que María estuviera en condiciones. Sin pensarlo, hizo los trámites y todos los papeles para adoptar un hermoso bebé, éste era rubio de ojos cafés y muy mono. Hermoso. Seguro a María le encantaría.

Una vez todo arreglado, Michael pidió algo de ayuda e indicó comprar todo lo que se necesita para recibir al bebé como se merece; claro, antes de que María llegara a casa. Mando a comprar una cuna, varios jugetes, un buró para guardar cosas del bebé, ropa para el bebé, las cosas personales y todo lo que necesitaba la criatura. Michael estaba realmente emocionado, tan así, que espera que María actúe igual. Sin embargo, también estaba algo nervioso, porque este plan jugaba en su contra, pero tenía fe.

En ese momento, Michael agarró el teléfono y llamó a su hermana para avisarle que todo ya estaba arreglado. Janet se emocionó mucho y miró a María con ojos de compasión, rezando mentalmente a todos los santos, que esto diera un resultado positivo ante la situación. Una vez que colgó la llamada, Janet mira a María y le propone una idea, para subirle el ánimo.

—¿Quieres que paremos en algún lugar para comer algo? —Sugiere, esperando que ella dé una respuesta afirmativa.

Ella piensa... piensa y piensa, finalmente corta el silencio.

—Está bien —Responde sin ninguna emoción alguna.

Janet asiente y le pide a Louis que se estacione en una calle cercana a un restaurante. Él asiente y se dispone ante la orden que aquella morena le ha solicitado.

Casados a la fuerza © [TERMINADA] #Sakura2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora