Resonancia

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Las escalofriantes palabras de una persona que no veía se oyeron y las sentí vibrar por todo mi cuerpo. De alguna forma sentí como si me destruyera alguna fuerza desde el interior, como si su voz fuera algún tipo de embrujo mi cuerpo se comenzó poco a poco a sentir demasiado pesado.

Ereliel ¿era ese el nombre del felino? Si lo era ¿Por qué razón no me lo quiso decir?

Vi poco a poco como el felino cambiaba su expresión a una mucho más seria que la de hace unos instantes, cambió tanto la expresión de su rostro que por unos momentos me asustó, me recuperé después de haber sentido una sensación desagradable como aquella. Me volví a buscar a la otra persona que aparentemente estaba allí. Era igual que la de la anterior vez, completamente vestido de negro. Pero algo en él lo hacía lucir completamente escalofriante.

La confesión de hace unos momentos me había dejado muy aturdido y el hecho de que ahora sucediera esto no lo hacía menos insoportable, es más ahora me provocó una gran preocupación en el interior al no saber qué es lo que ahora sucedería. La otra vez sólo vi como peleaban a una velocidad impresionante y al final el felino terminó con aquel sujeto en un sólo movimiento.

No entendía bien aún qué es lo que sucedía nuestra charla anterior se había quedado corta, justo cuando él se puso a jugar.

Otra vez mi cabeza se llenó de dudas, pero ahora eran ¿Por qué me amaba? ¿Por qué no me quiso decir su nombre? ¿Por qué peleaba contra estos sujetos? No podía pensar con racionalización.

El viento comenzaba a soplar fuertemente alrededor de la atmosfera tan pesada que allí se había. Como no se podían ver los ojos de la persona de negro, pues no podía afirmar que se estaban mirando fijamente a los ojos, pero daban esa sensación.

—Tal parece que nunca se darán por vencidos ¿O sí?-. Dijo el felino con una voz que se tornó aún más grave de lo que ya era.

Sin que hubiera alguna contestación sólo el sujeto de negro se lanzó contra el felino, el que al parecer era mi amante, creo que sería preferible referirme a él de esa manera, siento algo incómodo el tener que decirle felino, bueno; aunque en realidad es más raro el hecho de que esté hablando conmigo mismo, sólo tengo que hacerlo y ya; aunque a decir verdad me apenaba referirme a él como amante.

Estuve perdido en mis pensamientos con una charla inútil y no me di cuenta de lo que ante mis ojos pasaba, había un gran choque de masas frente a mí y yo sin poder hacer nada, en ése momento me sentí tan inútil y estúpido, por estar pensando en sandeces.

Oí unos ruidos como de espadas chocando una contra la otra. Era un ruido ensordecedor casi por el umbral del dolor. Aun así mis ojos no podían dejar de ver algo me decía que siguiera viendo, que no perdiera de vista nada de lo que sucediera frente a mí.

Pero que podía hacer yo en una situación como esta, yo sólo era un simple humano sin algún poder ni nada por el estilo, sólo había venido con él a este lugar porque ya no me quedaba otra opción aquella vez, bueno la verdad no era algo de lo que me arrepintiera de haber hecho.

Por un momento se detuvieron y observé una imagen espeluznante, él, mi amante, estaba cubierto en sangre, parecía que iba perdiendo no tenía muy buena pinta y eso hizo que soltará una pequeña exclamación de preocupación. ¿Realmente me estaba preocupando por él? ¿Realmente estaba tan enamorado de él? Eran cuestiones que se me pasaban por la cabeza haciéndome dudar de varias cosas, pero definitivamente a la respuesta de esas preguntas era así, verdaderamente me estaba enamorando de ese sujeto a quien de ahora en adelante llamaba amante.

La sangre escurría fuertemente por el costado de su cara, era una gran preocupación la que poco a poco comenzaba a llenar mi alma; más sin embargo él no se veía para nada preocupado, más bien se veía excitado al mostrar una sonrisa verdaderamente cínica ante su enemigo. Lo cual provocó el enojo de éste.

Cuando despierteWhere stories live. Discover now