El frío despertó a Wilihath, pero el no se levantaba del césped, al contrario, se cubría más con su capa y se ponía en posición fetal para calentarse.
-Wilihath, Wilihath- Llamaba Én mientras le sacudía el hombro.
Wilihath abrió los ojos y vio que ya casi estaban listos para irse. Mirnom estaba afilando su espada, Krick estaba desamarrando los caballos y la fogata estaba desprendiendo una ligera columna de humo.
Én fue por sus hachas una vez que Wilihath ya se había levantado. {El Sol no a salido lo que significa que es hora de dormir} Haciendo caso omiso se levantó de malas.
-¡Vamos Ranwhin, ya desamarre a los caballos!- Le gritó Krick a Wilihath.
Wilihath tomó su espada y se la ajustó muy bien a la cintura. Cuando Krick desamarró a los animales y todos tomaron y guardaron sus cosas subieron a ellos.
-¿Por dónde?- Preguntó Mirnom dirigiéndoos a Wilihath, él bostezó. No podía ver el camino porque los ojos se le cerraban automáticamente.
{¿En verdad soy el único con sueño aquí?} Pensó con amargura.
-Es por ahí- Señalando por los árboles.
El camino que recorrieron fue en silencio, los cuatro estaban cansados, y con hambre. Wilihath miró a Mirnom que ya había quedado dormido. Las hojas tronaban, los caballos rompían las ramas con sus patas y el Sol apenas estaba asomándose.
-¿Soy el único aquí hambriento?- Dijo por fin Wilihath.
Lo ignoraron, a ninguno de los tres les importaba lo que dijera Wilihath así que siguieron su camino callados. A Wilihath le rugió el estómago así que buscó en su mochila y solo encontró un pan, el cual ya estaba muy duro. Cruzaron por un arroyo y el Sol ya empezaba a quemar las nucas de los cuatro jinetes.
-Si me hubieran dicho que el viaje sería aburrido mejor me quedaba cogiendo con las dos chicas de la posada ¿No?- Dijo Wilihath mientras se reía y miraba las reacciones de los demás.
Én esbozó una risa diminuta, Krick lo veía con ojos de ira y Mirnom seguía durmiendo con la cabeza agachada.
-Muy bien- susurro Wilihath- ¿Qué les parece si les cuento una historia.
-¿Qué tal si te callas y nos guías?- Espetó Krick.
-Es por ahí- Wilihath giró su caballo para guiarlos por un camino más despejado- ¿Qué te parece si a ti te cuento la historia?- Señaló a Én.
Én asintió con una sonrisa.
-Bueno- Wilihath se acomodó en su caballo- Era invierno y estaba tomando unos tragos en el Burro Borracho junto con unos colegas cuando de repente entró un hombre que aspecto de mediocridad. . . pero la verdad no le puse atención, yo seguí con mis tragos, después de unos minutos escuché que mencionaban mi nombre, cuando voltee quien me hablaba observé que era Repicot que hablaba con el hombre asustado- Wilihath se calló un momento porque pensó haber escuchado un ciervo y un ciervo significa comida. Pero no se trataba de nada y siguió con su relato- el hombre le contó a Repicot lo que pasaba en un pueblo, no muy lejano al mio y me comentó que en ese pueblo habitaba un fantasma. . .
Wilihath hizo una pausa mientras admiraba las caras de sus espectadores:
Én miraba con sorpresa y más aun cuando escuchó la palabra ¨fantasma¨, Mirnom ( que no estaba durmiendo) levantó la mirada a Wilihath con más atención; y Krick soltó una carcajada.
-¡No existe tal cosa como fantasmas!- Dijo Krick con un tono burlón.
-Claro que sí- Dijo Wilihath con tranquilidad- El hombre le contó a Repicot que es un vendedor y cuando llegó al pueblo Fitor (que esta a un día de mi pueblo) la gente estaba asustada. El hombre no iba solo, llevaba su hermano. Pero cuando quisieron salir del pueblo el fantasma lo impidió, mató a su hermano y el hombre apenas si pudo salir vivo.
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INCROVA
FantasyTras escuchar una leyenda Wilihath Ranwhin decide ir tras la espada de Incrova, que tiene el poder de destruir a Unmordok, uno de los hechiceros más poderosos en su momento. Esta espada posee la magia de los once Migthins, los aprendices de Unmordo...