Capitulo 1.

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El grito que rompió la noche recorrió la espina dorsal de Louis Tomlinson como un río de agua helada. Con todos sus sentidos alerta, miró alrededor de la Plaza Roja, el suelo empedrado cubierto por una ligera nevada. A la derecha, el muro del Kremlin bordeaba la plaza, al final, la torre Spassky, con su reloj gigante como el Big Ben de Londres, y las coloridas cúpulas de la basílica de San Basilio. Pero era tarde y no había movimiento en la plaza. Hasta que volvió a escuchar el grito. 

Louis murmuró una maldición. 

Estaba escondido entre las sombras del Museo de Historia de Rusia esperando que llegara su contacto, pero no podía ignorar los gritos. Aunque seguramente fuera una pelea en alguna discoteca de los alrededores, si había una mujer en peligro tenía que hacer algo. 

Iba a costarle una valiosa información, ya que su contacto no esperaría cuando descubriera que no estaba en el lugar indicado, pero llevaba media hora esperando y el hombre no llegaba. En realidad, empezaba a preguntarse si aparecería. Era posible. 

Si su adversario había descubierto sus intenciones, tal vez habría pagado más al informador... Aunque Louis estaba dispuesto a pagarle una fortuna… Pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras oía gritar a una mujer. Era una maldición ser tan noble, incluso a expensas de sus propios intereses, pensó, con cierta ironía. Él era despiadado en todo lo que hacía, salvo cuando alguien estaba en peligro. 

Frente al Kremlin, las luces de los grandes almacenes GUM estaban encendidas y Louis se dirigió en esa dirección, pero se detuvo al escuchar un ruido ¿Pasos? El eco en la plaza vacía hacía difícil señalar la dirección desde la que llegaban. Antes de que pudiese averiguarlo, una mujer apareció de repente en medio de la oscuridad y chocó contra él con tal violencia que estuvo a punto de tirarlos a los dos al suelo. Louis la sujetó por la cintura mientras daba un paso atrás para mantener el equilibrio. Era como intentar sujetar a una leona. Ella no emitió ruido alguno, pero lo empujó con todas sus fuerzas, levantando el codo hacia su cara. Instintivamente, Louis se apartó y le dio la vuelta hasta tenerla de espaldas a él, poniendo una mano sobre su boca. Si la soltaba, le destrozaría los tímpanos. 

- Si vuelves a gritar - Le dijo en voz baja - Quien te está persiguiendo te encontrará. Y no pienso meterme en una pelea de enamorados.-

¿Por qué no podía, por una vez, meterse en sus asuntos? Era tarde, pero su informador aún podía llegar. Había en juego un importante asunto de negocios, por no mencionar años trabajando con un solo objetivo que estaba a punto de conseguir. Perderse ese encuentro con un informador por culpa de lo que parecía una pelea entre borrachos no era parte de su plan. Debería darse la vuelta y volver a la puerta del museo... 

La mujer sacudió la cabeza y Louis pensó entonces que podría ser una turista. Había muchos turistas en Moscú últimamente, al contrario que cuando él era joven. Y repitió la frase en inglés, por si acaso. Al notar que ella contenía el aliento, supo que había acertado. También hablaba alemán, francés y polaco pero el inglés le había parecido lo más sencillo ya que casi todo el mundo conocía ese idioma.

- No voy a hacerte daño - Le dijo - Pero si gritas, te dejaré sola ¿De acuerdo?-

Ella asintió con la cabeza y Louis le dio la vuelta. 

La capucha del abrigo había caído hacia atrás, revelando un cabello oscuro sujeto en una coleta. Sus facciones eran delicadas... Aunque el codo que había lanzado contra su cara había sido todo menos delicado. Era una mujer fuerte. Fuerte y frágil al mismo tiempo.

Louis apartó la mano de su boca y ella lo miró con expresión recelosa, pero no volvió a gritar. 

- Por favor, ayúdeme - Le pidió, abrazándose a sí misma para contener el frío del mes de abril - No deje que me hagan nada.-

Por su acento, era estadounidense. No debería sorprenderlo y, sin embargo, algo en ella era totalmente inesperado. No entendía qué hacía una chica estadounidense, que no hablaba ruso, sola en la Plaza Roja a la una de la mañana.

«No te metas en esto, Louis» le dijo una vocecita. Pero él no hizo caso. 

- ¿A quién te refieres, a las autoridades? Si has hecho algo ilegal, no puedo ayudarte.-

- No, no - Dijo ella, mirando hacia atrás con un gesto de aprensión - No es eso. Estoy buscando a mi hermana y...-

Entonces oyeron gritos en la plaza y ella no esperó su respuesta, sencillamente salió corriendo como lanzada por un cañón. Pero Louis llegó a su lado en tres zancadas y la tomó del brazo. 

- Por aquí - Le dijo, tirando de ella hacia los grandes almacenes. 

- Hay demasiada luz. Nos verán...-

- Precisamente.-

Oían el ruido de unas botas sobre el empedrado de la plaza. Louis la empujó contra uno de los escaparates y ella emitió un gemido de protesta.

- Levanta una pierna y ponla alrededor de mi cintura - Le dijo en voz baja. 

Ella levantó las cejas asombrada. 

- ¡Suélteme! No está intentando ayudarme...-

- Te aseguro que sí. Pero tú decides, maya krasavitsa – Louis se apartó - Buena suerte.-

- ¡No, espere! - Gritó ella - Muy bien, haré lo que me pide.-

Louis sonrió, aunque no era una sonrisa muy amistosa.

- Spasiba. Fingiremos ser amantes ¿De acuerdo? Enreda la pierna en mi cintura - Le dijo, mientras la empujaba suavemente hacia el cristal del escaparate.

Ella le echó los brazos al cuello, obedeciendo sin discusiones en esta ocasión, y Louis agarró sus muslos, empujándola hacia él. Llevaba un abrigo largo que los escondía a los dos y, si lo hacían bien, cualquiera que los viese pensaría que estaban haciendo el amor en plena calle.

La chica dejó escapar un gemido cuando la empujó contra su entrepierna y el sonido fue como un río de vodka en sus venas. Por mucho que intentara controlarse, su cuerpo estaba reaccionando. Chert poberti. 

Era pequeña, suave, y olía al verano en los Urales, a flores, a sol y a agua fresca. Ese olor le hacía recordar, le hacía sentir. Y a él no le gustaba sentir. No había sitio en su vida para sentimientos.

Los sentimientos te hacían débil, eran capaces de romperte.

- Bésame - Murmuró al notar que los pasos se acercaban - Y hazlo creíble.-

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2014 ⏰

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El Principe (Louis Tomlinsion & _____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora