Una carta del pasado

2.- El inicio

La única aventura que viví hace una semana solo fue dormir en mi habitación, se canceló mi aparición en ese festival después de recibir las llamadas de mi tía.

"Que quede reluciente" me repetía millones de veces las mismas palabras que mi tía me mencionaba cada vez que pasaba de la cocina a la sala.

Había revisado mi alcancía pero, solo obtuve un dólar. Mi tía me obligó a trabajar consiguiendo esto como castigo, solo obtuve el puesto de cuidadora de perros pagado por los mismos vecinos.

Tome algunos pedazos de carne, jamón y algunas croquetas del perro del vecino que caían al patio trasero.

—Iré a trabajar como me lo pediste. —

Inspire hondo y salí en busca de una persona      que sufra pereza de sacar a su mascota a pasear.

Desafortunadamente esta noche no obtuve trabajo y tampoco dinero.

"Será la próxima vez" pensé.

Recordé los trozos de comida que había traído para lograr un poco de suerte, tuve una espantosa idea al intentar quitar algunos restos de comida de mi pantalón, un cachorro se me acercó pidiendo un poco de comida, observe su brillante collar que traía colgando de su pequeño cuello.

—¿Anli?— pregunte en voz alta esperando a que el cachorro me responda aunque solo me vio atento.

—Anli, ven acá pequeña.—

volteo a donde se escucha la pequeña voz suave de una chica, aliento a la cachorra a dirigirse a su dueña pero se resiste a mis pies.

—Oh, vaya, te has conseguido una nueva amiga. —

—Soy Giselle— hago un ademán para saludar a la pelirroja.

—Hola, Soy Asha. — me devuelve el saludo.

—Me parece que viajare dentro de pocos días y no tengo quien cuide a Anli, prometo pagar lo que necesites. —

"Esto es un grande escalera que me llevara a mis grandes sueños." Pensé

—Acepto.—

                   (...)

Asha me preparo para cuidar a su mascota, antes de tomar su viaje, juguetes, grandes cantidades de comida, alguna ropa, su pequeña cama y lo más importante, un shampoo especial para cuando tome su baño.

—Tia he llegado. —

La cachorra de Asha dio un salto alegre, moviendo su cola de lado a lado.

—De acuerdo, Chispas no debe verte. —

Espere a que el mismo saliera por su cuenta pero no sucedió, me obligue a tomarla por su collar y atraerla al ahora no tan sucio patio de atrás.

—Te quedas ahí, Chispas suele ser un poco agresivo algunas veces. —

Acaricio por última vez su pelaje suave resistiéndome a adentrarlo a la casa.

—Ahora iré a revisar al gato. — ¿porque hablo con un perro?

Bajaba las noticias de mi blog realmente aburrida, Chispas había dormido en mi regazo unos minutos atrás.

Mi sentido del oído no evitó escuchar un bullicioso ruido proveniente del patio trasero.

Me encontré con la traviesa cachorra de Asha a punto de sacar la última pizca de arena para gatos.

—Oh no, Anli, no debiste hacer eso. — Retire a la cachorra de la arena y la limpie hasta dejarla presentable.

Las estrellas cubrían la gran luna blanca, limpiaba mi sudor que amenazaba con escurrir a mi nariz, necesitaba un vaso de agua, limpiar la arena para gatos del suelo no era un tarea rápida mucho menos fácil.

"Ok, Giselle, solo 10 días más."

Después de conseguir que Anli se quedará quieta por una noche, me dispuse a llegar a mi habitación a dormir, Chispas se acomodó de nuevo en mi regazo para poder tranquilizar su cerebro y descansar junto a mi. Antes de dormir, como todas las noches hice seguimiento a mis próximos pasos:

1.- Tomar el viejo diario que escribí de pequeña y escribir las siguientes aventuras que viviré.

2.- Escribir una carta para ella.

3.- Enviarla donde las estrellas le harán un recorrido hasta llegar al cielo donde ella vive feliz.

Tome mi almohada para acomodar a mi gato, por último dibuje pequeños dibujos en la carta y la lleve a volar sobre las estrellas en mi cohete de juguete.

Las aventuras que dentro de poco las voy a iniciar están dentro de mis diario donde nadie más que yo y mi madre las viviremos juntas.

Muchas personas me juzgan por ser desobediente, mi tía me obliga a ser más responsable pero, la finalidad de todo lo que hago es porque quiero cumplir los sueños que mi madre no logró hacer realidad.

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