Capítulo 35

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Cuando Lauren cruzó la mirada con Camila mientras caminaba por la cafetería, le dio una pequeña sonrisa antes de ir a buscar algo para comer.

Las cosas entre ellas no pasaban más de un rato juntas en el colegio y apenas algún que otro mensaje. En los últimos dos meses la relación había quedado donde la dejaron, en la nada. Creo que debería decir que Lauren jamás la dejó sola aunque no estuviera con ella. Siempre se encargaba de saber cómo estaba Camila y si las cosas estaban bien en su casa, pero la respuestas que le daban sus amigas eran  siempre las mismas. “Dice que está bien, pero sabemos que no es así” “ Sus padres siguen peleando” incluso le habían dicho que una noche Camila dejó la reunión de chicas porque su madre le había dicho que fuera a la casa lo antes posible. Ese día al parecer Alejandro había perdido el control y actuó de manera un tanto violenta, no contra quien era su esposa, sino contra cosas de la cocina y Sofía la necesitaba. Por esas cosas era que Lauren siempre que podía hablaba con Camila, se encargaba de que esté distraída cuando estaban en el colegio y tenía oportunidad, por eso y razones obvias Lauren la daba su almuerzo a Camila con la excusa de que no tenía hambre. Claro, Camila siempre decía lo mismo y a Lauren le dolía tanto que estuvieran tan mal que ni siquiera llevaba dinero al colegio. Lo peor de todo es que podía ayudarlos pero no quería entrometerse. Porque estaba claro que ya no podía decir la nada a Camila porque no estaban juntas y mucho menos tenía derecho de meterse en los problemas ajenos si no la dejaban.

Muchas veces había visto a Camila reírse con sus amigas y esos momentos eran uno de los mejores porque ella ya no sonreía tanto y cuando lo hacía sentía paz. Tenía la esperanza de que todo saliera bien o quizás todo mejorara pronto.

Aquel día no era excepción, Lauren compró más comida de lo normal y como ya había hablado con Dinah, también había bebidas para casi todas. Lo habían planeado para que Camila no se sintiera mal, pero no se daban cuenta de que la morena sí había notado aquello y le hacía tan mal como si fuera lo peor del mundo. Sentía vergüenza y pena por eso muchas veces se excusaba con ir a estudiar a la biblioteca antes del almuerzo. No quería que nadie sintiera pena de ella, muchos menos Lauren. A veces se enojada y se molestaba tanto que quería gritarle que la dejara en paz, pero bien claro tenía que Lauren la quería mucho y sólo quería ayudarla.

Ese mismo día no fue excepción y cuando Lauren se acercó a la mesa, la saludó con una pequeña sonrisa y les dijo que iría a estudiar para el examen que tenía en la próxima hora. Se fue sin más dejando a Lauren, Dinah, Normani y Bárbara en silencio sin nada que decir, esos momentos le afectaban a todas por igual.

—¿Debería ir…?

—No.—Bárbara negó cuando Lauren habló.—Déjala sola, si de fue es porque no quiere estar aquí.

—Se fue porque no quiere comer.—Dejó la bandeja sobre la mesa con un poco de fuerza.—Esto es una mierda. No lo merece.

Soltó un suspiro sintiendo cómo sus ojos se aguaban por las lágrimas y como cada vez, todas dejaban de comer porque sus ánimos bajaban en esas situaciones. Todas estaban de acuerdo con que Camila no merecía aquello.

**

—¿Y Camila?—Preguntó Lauren una vez que se acercó al grupo.

—Dijo que tenía cosas que hacer y se fue rápido.—Le contó Normani.

—Bueno… Voy a intentar alcanzarla. Quizás deje que la lleve a casa.

Cuando fue por su auto vio que Camila estaba saliendo del colegio en dirección contraria por donde debía ir, así que con un leve trote la alcanzó e hizo que se detuviera.

—Lauren, me asustaste.—Bufó llevándose una mano al pecho.

—Lo siento.—Se rió.—¿Dónde vas? ¿Quieres que te lleve?

—Eh… No. Yo iba a… Por ahí.—Lauren frunció las cejas.

—¿En qué dirección queda “por ahí”?—Preguntó divertida y Camila suspiró bajando la mirada por unos segundos.

—No sé. Sólo quería ir a otro lugar que no sea mi casa.—Miró a algunas personas que salían del colegio y volvió la mirada a la oji verde.

Sabía que a ella le había costado tanto aceptar que ya no estarían más juntas, lo sabía porque siempre veía lo mal que estaba la oji verde, las miradas que le daba y que ya no sonreía como antes. Pero lo único bueno que le ocurría era ver que Lauren ahora estaba bien.

—¿Podemos ir por un café y luego a alguna parte?

—No tienes que….

—Pero quiero.—La detuvo.—Vamos, solo va a ser un rato. Hablamos un poco y luego te llevo a tu casa.—Camila terminó por asentir así que minutos después ambas estaban subiendo al auto.

Fueron por café y luego caminaron un par de metros hasta un parque donde se sentaron, Lauren lo hizo con una pierna a cada lado del banco quedando frente a Camila. Habían estado hablando de cualquier cosa, nada importante. A veces Lauren no podía evitar mirarle los labios. Extrañaba tanto besarla, acariciarla, abrazarla y darle cariño. Camila también, pero era quien más control tenía cuando se trataba de esto. De todos modos, ninguna hizo nada desde que habían terminado, realmente las cosas habían quedado tal cual las habían dejado antes. No es que no lo hacían porque quisieran, sino que no querían incomodar a la otra, para nada querían arruinar lo “bien” que estaban cuando podían estar juntas.

—¿Qué tal va todo?—Camila desvió la mirada y Lauren supo que algo estaba mal, sí, peor de lo que ya estaba.—Sabes que puedes decirme lo que sea.

—Sí… No le digas a nadie. Ni a las chicas.—Lauren asintió frunciendo un poco las cejas. Ya se sentía molesta al ver que Camila estaba por llorar. Odiaba verla así.

—Dime. ¿Qué es?

—Sofi se enfermó hace unos días y para comprar los medicamentos sacaron dinero del que tenían para mis estudios.—Bajó la mirada.—Y no sólo eso, mi padre piensa en invertir ese dinero para poder o al menos intentar salir adelante de todo esto. Le dije que estaba bien, pero en realidad no.

—Pueden darte una beca, tus notas son…

—No. Mis notas bajaron mucho, soy un desastre, Lauren.

—No eres un desastre.—Camila se limpió las lágrimas.—Escucha, aún queda un mes de clases, faltan exámenes, puedes mejorar tus notas.

—No lo sé.—Negó.—Estaba buscando algún trabajo, pero no hay nada y lo poco es en horario del colegio. Hoy todos hablaban a qué Universidad van a ir y yo ni siquiera sé si voy a ir a una. Estoy harta de esto.—Un sollozo se escapó y Lauren negó mientras la abrazaba por al cintura.

Ahora estaban más cerca de lo que sería normal, pero no lo veían de ninguna otra forma que no sea por contención.

—Está bien. No llores por favor.—Sintió como Camila escondía el rostro en su cuello.—Todo va a salir bien, te prometo que vas a poder estudiar.

—No sabes eso.

—Sí, estoy segura de que te van a dar una beca. Eres de las mejores alumnas en colegio entero, Camila. Mas adelante vas a poder trabajar si quieres, quizás a tus padres les vaya mejor, no pienses que todo va a quedar así para siempre.

Camila no le creía nada porque últimamente en su vida todo iba mal, pero Lauren se encargaría de que lo que le dijo se cumpla. Quizás no tendría beca, pero de todas maneras iría igual a la Universidad porque Lauren se ocuparía sea como sea.

—No estés mal. Todo va a ir bien, te lo prometo.—Sus labios le besaron la mejilla suavemente, aquello hizo que Camila cerrara los ojos y disfrutara de la cercanía.

Lauren no dejó de abrazarla hasta que Camila detuvo su llanto, le limpió las lágrimas y ambas se rieron cuando notaron que estaban siendo demasiado torpes y las dos juntas no podían limpiar las mejillas de Camila.

—Gracias por acompañarme hoy.—Lauren sonrió.

—Tenía muchas ganas de hablar contigo. Y gracias por confiar en mí.

**

—¿Cuándo va a ser el día que entres al edificio y no te burles de mi recepcionista, Lauren?

—Eso le pasa por tratarme de mentirosa la primera vez que vine.—Se encogió de hombros mientras se sentaba en la silla frente a su padre que estaba ordenando unos papeles sobre el escritorio.

—Bueno, ¿A qué se debe la visita?—Levantó una ceja viendo a Lauren que estaba cruzada de brazos.—Pensé que nos veríamos en la noche para cenar.

—Es que no puedo, voy a ir a cenar con Ally. Pero quería hablarte de algo importante y que no puede esperar.—Suspiró un poco nerviosa.

—Dime.

—Es Camila.—Se mordió el labio. Su padre sabía absolutamente todo lo que había pasado porque ella le había contado, además no había podido evitar ocultar lo triste que estaba esos días y Michael había sido una de las personas en las que había confiado para hablar sobre lo que sentía.—Sus padres tuvieron que usar el dinero que era para pagar sus estudios. Hoy en la tarde estuvimos juntas y me lo contó, me pidió que no le dijera a nadie, pero tengo que contarte a ti para que me ayudes. Tenemos que hacer algo. No sé qué y si se va a enojar no me importa, pero tenemos que ayudarla. Por favor.

Michael asintió sin dejar de mirar a Lauren. La había visto llorar hasta dormirse porque no quería perder a esa chica que la volvía loca, la había escuchado contarle las cosas que extrañaba de Camila y más de una vez salía del colegio directamente a buscarlo a él para contarle que había estado con la morena, que habían hablado, le había dicho muchas veces que la quería de verdad, que no era un capricho y Micheal lo sabía perfectamente por una sola razón: Sabía que quería tanto a Camila porque ella le había ayudado a ser quien era hoy, de alguna forma Camila también lo había ayudado a él porque le había devuelto a su hija, había hecho que el odio hacia él desapareciera simplemente dándole cariño a Lauren. Camila había estado con Lauren cuando ella no le permitía estar a él, la había cuidado y ayudado muchas veces. 

—¿Qué tienes pensado hacer?

—No sé, solo quiero que tenga el dinero. ¿Puedes encargarte?

—Por supuesto.

—Voy a devolverte todo, te lo prometo.

—No necesito que me devuelvas nada. ¿Sabes que para ti quiero lo mejor?—Lauren asintió algo confundida.—Bien, no lo olvides y quédate tranquila que yo me encargo. Apenas sepa algo te llamo y pasa por casa cuando puedas.

**

—¿En serio tienes que seguir participando en esas peleas, Lauren?—Vero la miró de reojo mientras que Ally la miraba preocupada, como siempre.

—Es la última del año. Luego ya no voy a poder seguir porque tengo que salir de la ciudad para ver dónde voy a quedarme mientras estudie en California, ya sabes.—Ally la miraba aún con las cejas fruncidas.

—¿Quieres llegar a tu graduación toda golpeada?—Vero se ahogó con la gaseosa que estaba tomando.

—Wow… Gracias por ese apoyo, eres la mejor amiga del mundo, Ally.—Le sonrió sarcásticamente.—Estoy bien entrada, no te preocupes.

—La chica con la que va a pelear tiene más perdidos que ganados, no hay de qué preocuparse, aquí la señorita le va a romper la cara, ¿verdad, Lauren?

—Así es.—Asintió.

—Si estás desconcentrada no vas a poder.—Le advirtió Ally.

—No estoy desconcentrada.

—Pues no pareces estar concertada. Hace un rato estabas mirando la pizza como si te estuviera contando una historia. ¿Qué te está pasando?

—Nada. Estoy bien. Sólo quiero terminar de una buena vez este año, no lo sé. Ya quiero irme a California.

—Lauren Jauregui, la peor alumna del mundo va a estudiar en Stanford. Jamás lo imaginé.—Se burló Vero, recibió un golpe de parte de su amiga y Ally se rió negando.

—Mejoré mucho este año y me aceptaron, no hay de qué preocuparse.

—Lo que logras cuanto tu padre tiene mucho dinero.—Se siguió burlando y Lauren rodó los ojos.

Lauren se sentiría ofendida si fuera otra persona quien decía esas cosas, pero sabía que Vero bromeaba todo el tiempo y ahora también lo estaba haciendo.

—¡Ma!—Amy lanzó u trozo de pollo en dirección a Ally para que le prestara atención y Lauren la dejó en su regazo antes de que la madre de la niña comenzara con el sermón de que esas actitudes no eran correctas, como si la niña fuera a entenderla. A veces la rubia se pasaba un rato largo hablándole a la niña sobre lo que estaba mal y qué cosas no debía hacer porque eran de mala educación como si fuera a entenderla.

—Cuando te vayas de la ciudad no vas a estar para cargarla y evitarle mi regaño.

—Voy a venir corriendo a salvarla, ¿Verdad, Princesa?—La niña asintió sin saber qué decía Lauren.—Esa es mi bebé preferida… Ah, por cierto, hablando de bebés, mi padre va a tener otro hijo.—Dijo de la nada.

—¿¡En serio!?

—Aww vas a tener un hermanito nuevo.

—Cierta tu sucia boca, Verónica. Déjame terminar con Chris primero, luego vemos lo del nuevo bebé.

—No te veo enojada.—Comentó Ally.

—¿Por qué debería estarlo?—Se encogió de hombros.—Si eso quiere, está bien. No puedo decirle qué hacer o no. Es su vida, es grande y ya dejé toda esa mierda atrás.

—Me siento muy orgullosa de ti, Lauren.—Ally le sonrió y Vero se estaba preparando para hacer un comentario, pero la más bajita la miró haciendo que asintiera de acuerdo. No iba a decir nada par arruinar el momento.

—¿Gracias?—Se rió un poco.

—No, es en serio. Cambiaste tanto, ahora eres alguien completamente diferente  y me siento muy feliz y orgullosa de ti porque ahora estás bien, tienes a tus padres contigo, estás a punto de graduarte y pronto iras a California a estudiar en una de las mejores universidades del mundo.—Lauren estaba sonrojada como muy pocas veces pasaba. Intentó disimularlo jugando con Amy, pero ya era demasiado obvio.—Todavía recuerdo lo cabeza dura y odiosa que eras, mírate ahora eres un amor.

—Gracias por tanto, Camila Cabello.—Dijo Vero levantando las manos al aire.

—Cierren la boca, pesadas de mierda.—Y como siempre pasaba, Ally y Vero se rieron de Lauren, hasta Amy lo hizo aunque no supiera de qué se reían.

**

I have questions for you. Number one: ¿Me extrañabas?Number two: ¿Estás listo para lo que se viene?
Ahre cómo están? Ya me quedan poquitos exámenes y voy a actualizar más seguido, lo prometo.

Plenitud {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora