CAPÍTULO 8

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-Grij ya está despierto -. El niño oyó la voz del guardia muy lejana, como si hablase desde otra habitación. Abrió los ojos y parpadeó despacio, pues sus músculos no le permitían moverse con rapidez.

-Tranquilo. Esa lentitud es normal. Es por culpa del Crispyonu... Crispo... ¿Cómo era?

-Crispyonuricio de Cristal -contestó Ignisss. Ahora Grij notó que ya oía con más claridad y que podía moverse mejor. Tragó saliva.

-Pronto te podrás mover mejor. No es grave. A mí me ha pasado lo mismo. Cuando el Sazqa gruñó y los cristales se rompieron, se formó un microscópico polvillo de cristal llamado Crispyonuricio de Cristal y que al mezclarse con el oxígeno y entrar en los pulmones produce una ligera reacción alérgica que provoca desmayos. Pero por lo demás es absolutamente inofensivo. ¿Lo he dicho bien, Ignisss?- preguntó el chico, mirando sobre su hombro a la alta muchacha.

-Sí, Tighsox, lo has explicado muy bien -murmuró ella.

Grij movió los dedos de los pies y de las manos, y trató de decirle a Tighsox que estaba hambriento, pero no pudo articular palabra. Una especie de lamento sordo surgió de su garganta y se asustó él mismo. Para ese momento, los efectos del Crispyonuricio parecían haberse extinguido, y el niño se incorporó lentamente. Probó a hablar de nuevo, pero al abrir la boca un denso y espeso líquido amarillento se le escurrió entre los labios. Abrió los ojos con expresión asustada y Tighsox ahogó una exclamación.

-¡Ignisss! ¡Ven! Grij está vomitando pus.

Ignisss dejó lo que fuera que estaba haciendo para acercarse a los dos chicos.

-Déjame ver -dijo, con un tono castaño de pelo que denotaba preocupación. Apartó suavemente a Tighsox para ver el líquido.

-Túmbate boca arriba -le dijo a Grij, que obedeció. Ignisss le apartó la harapienta camisa que llevaba puesta y colocó su oído sobre el pecho.

-Respira. Aguanta el aliento. Muy bien, puedes soltarlo. Respira. Aguanta... Ya vale.

Se apartó del muchacho y lo cogió en brazos.

-Tighsox, despeja esa mesa y cúbrela con tu chaqueta -dijo, hablando en el idioma natal del muchacho. Este, al ver que Ignisss conocía el Lenguaje Dorado, el más difícil de los mundos humanos, se quedó quieto sin hacer nada. Ignisss lo miró y gritó- ¡Zefiniosh! ¡Ya!

Tighsox corrió a una gran mesa de cristal, quitó las maravillosas y delicadas esculturas y manteles azules y blancos, y se quitó la chaqueta roja y dorada de la armada Yndiana, depositándola en el centro de la mesa.

-¡No la cubre toda! -exclamó, mientras Ignisss colocaba a Grij con la cara contra la chaqueta.

-Solo tiene que evitar el roce con el polvo en la cara.

Grij emitió un quejido lastimero, seguido de unas toses.

-Sé que te cuesta respirar, pero eres alérgico al Crispyonuricio y este lugar está plagado de él, de manera que necesito que respires justo sobre la chaqueta. Tranquilo, una vez hayas sacado toda la pus estarás bien. Cuando necesites vomitar avísame y te dejaré que ladees la cara, pero sobretodo, no respires sin nada delante.

Grij dio su consentimiento con un gruñido lloroso y, al cabo del poco emitió otro sonido. Ignisss disminuyó la presión con que aguantaba su cabeza contra la mesa y Grij estuvo casi tres minutos seguidos expulsando pus por la boca. Cada cierto tiempo, Ignisss le obligaba a colocarse en la posición inicial de nuevo, para que no se ahogase.

Cuando hubo terminado, cayó rendido al cansancio y quedó dormido  y roncando con unos horrorosos ronquidos enfermos.

-Tighsox, Fade Shainini zineìzai. Ven aquí- dijo Ignisss. No quería que Grij los entendiera, en caso de despertar de golpe-. Sugürini Zafalni guyna, ganaifi Zanae Grij w fælz. Debo irme, sin medicamentos Grij morirá.

Tighsox asintió gravemente:

-J ÿœfizié. Yo le sujetaré.

Ignisss se apartó y le mostró en silencio cómo colocar las manos sobre la cabeza del niño y la presión exacta que debía hacer.

-¿Qué hago si necesito ir al baño? -preguntó.

-Tendrás que aguantarte. De todos modos, no tardaré nada. Es ir hasta la nave, o lo que quede de ella después de que el Saqza pasase por encima y recoger el botiquín.

-Está bien. Zæneafi~Deie Finz Nafazì. Que el oro corra por tus venas.

El cabello de Ignisss se aclaró, adquiriendo un rubio rojizo.

-Tu abuelo me dijo eso el día que nos despedimos. Buena suerte para ti también.

Y echó a andar, con su gastada capa marrón ondeando tras sus seguros y vigorosos pasos.

Al cabo de una media hora, Tighsox se encontraba cansado y preocupado. ¿Por qué tardaba tanto? Para tranquilizarse, Tighsox se puso a cantar una canción popular de Finz. Hablaba de un tesoro de oro que estaba escondido y disuelto en la sangre de una persona, que nadie sabía quién era. Un día, una pareja de hermanos gemelos, Jafizœ y Fajizæ decidieron salir en su busca para hacerse ricos y construirse un palacio más brillante que el sol. Pasaron muchas penurias, y Fajizæ enfermó y obligó con ello a que Jafizœ abandonase la busca del tesoro para encontrar a un chamán que la curase. Cuando encontró al único que podía hacerlo, resultó ser el hombre con el oro en la sangre, y Jafizœ, cegado por la avaricia, mató y desangró al chamán, dejando morir a su hermana entre terribles fiebres y sufrimientos. Al comprender lo que había hecho, decidió que lo mínimo que podía hacer era construir el palacio de oro en honor a Fajizæ, y se dedicó en cuerpo y alma a separar el oro de la sangre del chamán. Cuando, después de mucho trabajo, consiguió separarlo todo, el alma vengativa del chamán lo visitó y, como castigo por su avaricia, cogió todo el oro y lo disolvió en la sangre de Jafizœ.

-... ¡Finz jashÿ ni é, Jafizœ! Finz jashÿ ni é... ¡El oro no volverás a ver, Jafizœ! El oro no volverás a ver...

Justo entonces, Grij emitió un sonido, y Tighsix disminuyó la presión para que pudiese vomitar por el borde de la mesa. Mientras lo hacía, Tighsox le explicó:

-Ignisss ha ido a la nave a buscar el botiquín para que te recuperes antes.

Lleva ya un rato, así que no creo que tarde mucho. De todas formas, solo tiene en encontrar el botiquín...

Entonces, recordó algo, y su expresión se volvió asustada. Habían perdido el botiquín durante el aterrizaje. Ignisss no iba a encontrarlo.

Ignisss Fata: el Organismo Perfecto(PARADA POR PREOCUPANTE FALTA DE INSPIRACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora