Lapis caminaba con su nuevo instrumento de ayuda.
Obviamente era más molesto para sus compañeros sentir como les pegaban ligeramente con el bastoncillo.
Nuevamente los insultos se presentaban alrededor de la chica azul.
Lapis apenas podía distinguir ciertas cosas en su camino, pero de todos modos eran visiones borrosas y que simplemente no le servían.
A pesar de los empujones e insultos, logró llegar a su aula. Esperaba sinceramente que fuese su salón y no que se metiera a otro por equivocación.
Escuchaba como los alumnos empezaban a llegar, claramente el distintivo de su salón eran los comentarios hirientes. Pero su alarma llegó en cuanto dejaron de criticarla y empezaron a temer por ella, o en algunos casos apostar su situación.
–¿que no es el asiento de Bismuto?
–tsssss hoy habrá exterminio de topos.
–¿acaso por fin llamarán a control de plagas? Van a matar a la topo.
–¿estará tan mal que no a visto que es el asiento de Bismuto.?
Varios murmullos similares le llegaban a sus oídos, estaba en problemas si no se movía de ahí.
Tocó la paleta de la banca para asegurarse que no fuera alguna broma de los idiotas, pero para su mala suerte, no encontraba el pequeño escrito con el que había marcado su banca.
Se levantó de inmediato del asiento y empezó a buscar su banca ¿algún día dejarían de burlarse de ella? Mientras buscaba su banca, le empezaban a poner cosas en las paletas de éstas. Escupitajos, chicles, dulces ya tocados por el fluido vocal, incluso los almuerzos que se descomponían por su almacenamiento excesivo en el espacio cerrado de la mochila y todo tristemente fue tocado por la chica desorientada.
–¡vamos Topis! ¿acaso no ves que tu banca está cerca?–escuchaba que empezaban las burlas.
–está justo ahí ¿¡que no la ves?!
–¡ya te pasaste! Regresa tres bancas atrás si llegas al huevo podrido ya te pasaste.
Las risas le aturdían, los comentarios le dejaban de importar pero aún así los podía escuchar y la presionaban terriblemente. Risas, burlas, eran para ella como miles de bocinas de automóviles que sonaban al mismo tiempo.
Y todo empeoró cuando repetían una y otra vez el apodo que le habían escogido.
–¡Topi, topis, topis!
–¡BASTA!–gritó con todas sus fuerzas y con lágrimas recorriendo levemente su cara.–¡BASTA POR FAVOR!
El silencio dominó por un par de segundos, pero no pudo durar más.
–uuuuh que se enojó la espejuelos.
–¡nos va a dar de bastonazos a todos!
No pudo más, la cabeza le dolía a montones, no soportaría otro minuto más escuchándolos. Se tapó los oídos y se sentó en el piso. Aún lloraba y con más fuerza, estaba dando más motivos para burlarse de ella pero aún así está desahogandose enfrente de todos sus enemigos. Se balanceaba aún tapando sus oídos sin dejar de tararear "Eleanor Rigby" una canción que simplemente la tranquiliza por alguna razón.
Escuchaba más fuertes las risas mientras más lloraba y tapaba sus oídos.
Pero todo se detuvo cuando sintió que su mano fue tomada por una más pequeña, que simplemente extendió su mano y sintió como en su palma se formaba unas palabras por medio de señas.
"H-o-l-a Lapsi"
La chica dejo de tapar sus oidos, se limpió las lágrimas y devolvió el gesto en la pequeña mano que le acababa de ayudar.
"H-o-l-a Steven"
El niño de cabello rizado abrazó a la chica de cabello teñido, esta le correspondió la muestra de afecto. Se separaron y el chico guió a la pelíazul hasta su banca correspondiente.
–Gracias.–dijo lapis cuando por fin tomó asiento.–por cierto, dijiste "lapsi"
El niño agarró la mano nuevamente de la chica.
"Lo siento. Mi error"
–no te preocupes, entendí de todos modos.
"Estás bien?"
–si, si. Gracias Steven.
"¿segura? Si quires le digo a mamá que pasaba"
–quieres, Steven. Otra vez te equivocaste.
"¡estoy aprendiendo!"
–ok, lo siento.–se rió la pelíazul.
"Entonces le digo a mamá?"
–no, no. Tengo que hablar con ella al rato.
"Está bn"
–bien.
"Oooohhh! Por favor! >:("
–lo último fue un emoticón?
"Si, si."
–genial! Me encantó eso.
"Claro! Bien, te dejo. Tenjo que avudar a mamá"
–tengo y ayudar.
El chico solo golpeó suavemente la mano de la chica.
–¡lo siento!
El muchacho se dirigió al escritorio, seguido entró la profesora Rose con su casual y amigable sonrisa.
–Buenas tarde alumnos.–saludó la profesora.–¿como están?
–bien.–contestaron los alumnos en coro.
Steven se acercó con la profesora y le dijo algo por medio de señas, esta solo asintió y mandó al pequeño a sentarse detrás del escritorio.
–alumnos. El día de hoy se une una nueva integrante al salón. Espero que se lleven bien con ella y... Chicos recuerden que la escuela tiene como meta la aceptación, la inclusión a alumnos con capacidades diferentes. Por favor, sean respetuosos con ella.
–Pobre quien sea que se a atrevido a entrar en este lugar– pensó lapis.– ¿¡solo con la nueva?! Respeto, inclusión, si claro.
–denle la bienvenida a su nueva compañera.
Steven salió del salón y regresó con una chica rubia, ojos verdes, pecas en las mejillas, lentes, vestida con una sudadera blanca con un marciano estampado en esta y un pantalón de mezclilla azul, la chica… llegó en silla de ruedas.
–mucho gusto, soy Padline Refrain. Pero me pueden decir Peridot.–la chica dijo con tranquilidad y confianza, con una sonrisa amplia.
–Hola Padline.–dijeron en coro los compañeros.
–Peridot, por favor.–repitió la chica.
–hola Peridot.–dijeron los compañeros más fastidiados.
La profesora le dió una señal a Steven para que llevara a la nueva alumna a un lugar en específico cerca del escritorio.
–Gracias.–dijo la chica pecosa al pequeño que le había ayudado.
El chico se quedó fijo viendo a la rubia.
–ammmm...Dije gracias, pequeñin.
Steven agarró la mano de Peridot y solo la estrechó.
No fue tan sad ¿cierto?
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¿¡Que Haces Besando a La Lisiada?!
De TodoSerán la guía entre ellas, se ayudarán mutuamente. Pero su situación les hará dudar sobre su estabilidad. ¿Te hizo reír el título? veamos si opinas lo mismo de la historia.