花吐き

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Sólo se permitió dejarse caer al suelo cuando salió de la sala de clase, en la cual la pareja se encontraba.

Se arrodilló, empezando a soltar todo lo que había aguantado esas últimas horas. Las flores de un color rosa brillante empezaron a salir de su boca en forma de náuseas, y sus ojos dejaban caer lágrimas cristalinas en las que cualquiera podría verse reflejado.

Sanghyuk miró con una mezcla de asco y profunda tristeza las bellas flores que representaban su sentimiento más secretamente guardado. Sin embargo, una pequeña felicidad se estableció en su corazón por poder amar a pesar del dolor, por poder desear lo mejor para esa persona especial a pesar de sufrir tanto. Se levantó del lugar en el que parecía haber pasado una eternidad y sus ojos se abrieron lo máximo posible al ver allí, observándole notablemente sorprendido, a su amigo Hakyeon. 

-Yo...

-¿Es Taekwoon, verdad? - Cortó el moreno las palabras del joven. Sanghyuk sólo bajó la cabeza, sintiendo que si miraba a alguien a los ojos podría acobardarse y empezar a llorar de nuevo. No quería. Simplemente asintió. - Lo sabía... Deberíamos decírselo. 

-¡No! Hakyeon, por favor, no se lo digas. - El rubio corrió rápidamente hacia donde se encontraba el nombrado, desesperado, suplicante. - No es su culpa que yo... esté enamorado de él. - Tragó saliva antes de continuar, con una expresión dolida. - Yo quiero que él sea feliz, aunque sea con Wonsik en vez de conmigo. - Tras oír esto, la expresión de Hakyeon cambió totalmente a una más amable, dispuesto a escucharle. Al fin y al cabo, Sanghyuk sólo quería lo mejor para Taekwoon, siempre había sido así.

-Entonces, deberás operarte. - Declaró seriamente. Pero el menor se apresuró en negar enérgicamente con la cabeza.

-¿No sabes, Hakyeon, que si me opero olvidaré mi amor por Taekwoon? No quiero eso, no quiero olvidar todo lo que sentí y ahora mismo siento...

Hakyeon miró serio a Sanghyuk antes de agarrarle por los hombros. La preocupación estaba reflejada en sus ojos y en su expresión, y Sanghyuk se sentía agradecido, pero un no era un no. No pensaba operarse.

-Pero Hyuk, el HanaHaki es serio. Si sigues así mucho tiempo, morirás.

-No te preocupes, conseguiré superarlo. Como lo he estado haciendo.

Hakyeon suspiró y decidió dejarlo pasar y aceptar su deseo, con su mejor y más grande sonrisa de apoyo. Le ayudó a limpiar el estropicio, sin poder evitar fijarse en la belleza y el brillo que las flores desprendían.

Ambos siguieron como si nada hubiese pasado, tan normal era todo que Hakyeon casi se olvida de la enfermedad que su amigo más joven sufría.

Fue un mes después de que Hakyeon se enterase, cuando Sanghyuk no pudo más.

Al día siguiente de una excursión que todos habían planificado, Sanghyuk no apareció por la clase. Y Hakyeon tuvo un horrible presentimiento. Así que, sin decirle a nadie a dónde iba, Hakyeon corrió fuera de la clase y del colegio, en dirección a la casa de Sanghyuk.

Llamó a la puerta, jadeando por el esfuerzo de correr hasta allí. Nada. Empezó a aporrear la puerta cada vez más fuerte y, al no recibir respuesta, decidió entrar por la ventana que Sanghyuk siempre dejaba entreabierta. No se escuchaba nada dentro de la casa, y tampoco se veía, pues estaba todo totalmente oscuro a excepción de la luz que una habitación desprendía por la pequeña rendija de la puerta.

Hakyeon corrió hacia esa puerta y la abrió estrepitosamente. Se encontró con lo que esperaba, pero no creyó estar listo.

Sanghyuk se encontraba en su cama, sentado. Los pétalos de las flores caían de su boca sin pausa, y miles de ellos ya adornaban el suelo de la habitación. Hakyeon se quedó observando tal espectáculo tan hermoso, pues así era. Las flores contrastaban con el color azul transparente de sus lágrimas, y sus ojos brillaban a causa de estas. Era verdaderamente hermoso.

Hakyeon por fin despertó de su trance y se acercó a él, ofreciéndole su hombro para apoyarse.

-Hyuk, vayamos al médico.

Sanghyuk sólo le miró a los ojos, unos ojos rojos de tanto llorar, con ojeras. Cerró su boca para parar esas malditas flores, a pesar de doler, y sus labios formaron una mueca de tristeza que atravesó el corazón del mayor. 

No lo entendía. ¿Tan malo era amar a alguien? ¿Era pecado amar y no ser correspondido? 

Sanghyuk bajó de nuevo la cabeza, resignándose, y asintió. Se daría por vencido, olvidaría lo que siente y sentía por Taekwoon. No podía aguantar más el dolor que su corazón le producía, ese dolor que producía un deseo de arrancarse el corazón del pecho y no volver a sentir nunca más. También dolía su garganta, sus pulmones y su estomago, pues algunas flores tenían espinas que se clavaban en su cuerpo.

"Quizás este es mi castigo. Quizás es lo que merezco por amar a alguien que no debía."

-¿Familiares o responsables de Han Sanghyuk? -Los cinco chicos sentados juntos en la sala de espera se levantaron tras mucho tiempo de demora- La operación resultó como esperabamos, conseguimos quitar las espinas y pétalos que le impedían olvidar. Podéis entrar a verle si queréis, aunque puede estar un poco inestable, además de débil y cansado, pues el HanaHaki causa muchas irregularidades psicológicas. Si presenta síntomas de depresión durante los próximos días, no vaciléis en decirlo.

Todos miraron a Hakyeon, quien les había llamado, sorprendidos, pues no sabían que Sanghyuk sufriese tal enfermedad. Hakyeon no les devolvió la mirada, simplemente decidió ignorarles.

Los cinco amigos entraron en la habitación blanca en la cual Sanghyuk estaba, y le encontraron llorando. Se miraron unos a otros sin saber que hacer, pues se supone que tras la operación no sentirías más dolor. Entonces Hakyeon entendió y avanzó a su lado, colocando una mano en su hombro. Sanghyuk levantó la cabeza sorprendido, como si no se hubiese dado cuenta de cuando había entrado.

-Hakyeon... Ya no siento nada. Yo, quien sufrió mucho por ese sentimiento, ahora soy incapaz de recordarlo. - Hubo un intento fallido de retener las lágrimas mientras hablaba, pero no fue más que eso, un intento. Tiró de la manga de Hakyeon y este le envolvió en sus brazos como si fuera la persona más frágil del mundo. Aunque, ¿acaso no lo era?

-Las quiero de vuelta, Hakyeon. -Decía entre sollozos- ¡Quiero mis flores de vuelta...!

Así, abrazado por Hakyeon, Sanghyuk pudo llorar hasta quedarse sin lágrimas.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2017 ⏰

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