Habitación 64

Triste gris

Al fin he despertado de este sueño profundo. He perdido la noción del tiempo. Mi cabello castaño, enmarañado y sucio, me indica que quizá haya pasa pasado otra noche en el antro con las hermosas chicas y bailado con ellas hasta quedar exhausto . Y puede que al pasarme de copas, Pepe haya tenido (como casi siempre), traerme en coche al departamento.

Me dispongo a levantarme de esta fea cama cuyos resortes rechinan por doquier. El cuarto donde estoy, muy pequeño por cierto, sólo dispone de una cama individual, una pequeña lámpara reposando a lado en una mesita, y al frente un ropero en el cual hay más chucherías que ropa. A un lado de éste, en un escritorio, descansa una nota recargada en la computadora:

"Si sigues con ese comportamiento inmaduro, las cosas terminarán mal para ti. Cuando regrese, tenemos que hablar. "

Al parecer, Pepe se ha enojado de nuevo. No logro comprender el porqué sigue diciendo esas estupideces. Él sabe que no se puede deshacer de un chico de 20 años que ha perdido a toda su familia en un incendio. De un chico cuya familia le apoyó cuando más lo necesitaba.

-En fin, hora de ir a la Universidad.

Tom sale del departamento y se dirige a la escuela. Es un afortunado pues le queda relativamente cerca y no tiene que tomar transporte. Al parecer, a juzgar por su aspecto, pareciese un chico común y corriente. Un chico dotado de inteligencia y de habilidades psicológicas que lo hacen parecer una de esas personas que tienden al perfeccionismo; y más con esos lentes de "intelectual".

Pero hay algo en él. Puede parecer contraproducente, o quizá no, pero si observamos sutilmente su mirada, podemos llegar a una hipotesis; camina como un maniático, mirando a la nada, al frente, sumergido en su mundo.

- Jajaja lo lograré.....