El pasado... Capítulo 2

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Aún no podía creer lo que acababa de suceder.  Llevó su mano a su frente tratando de controlar todos aquellos pensamientos que la agobiaban.


Su pasado volvía a arropar su vida y como un huracán destrozaba sus defensas llevándola al recordar momentos del ayer que hubiese preferido dejarlos en el rincón más secreto de su ser.Mientras se dirigían al área de control de las mucamas una cabizbaja Candy recordaba todo aquello que fue su vida. Por primera vez en mucho tiempo se permitió pensar en él, Terry, su Terry, aquel que prefirió guardar en el más recóndito espacio de su corazón, ese que fue cerrado por siempre a cualquier posibilidad de amar.


Desde su separación decidió no volver a saber, ni leer nada que estuviese relacionado con él. El dolor de la pérdida del que fuese el gran amor de su vida fue un hecho que quiso borrar de su historia.


Por mucho tiempo sufrió en silencio el haber sido tan tonta y puesto su amor en bandeja de plata a Susana; ahora con los años entendió que las decisiones tomadas fueron las menos indicadas y que lamentablemente no había forma de corregirlas. No obstante, también le culpaba a él por no hablar en el momento en que ella llegó a su encuentro y peor aún nunca haberle buscado.


Sabía que ambos eran culpables tanto de las decisiones como de la indiferencia a aquel amor que deseo una y mil veces que muriera; enterrarlo y acabar con el recuerdo del hombre que pinto de colores una noche oscura en el océano para luego destruir sus ilusiones. «Terry, mi vida fuese tan distinta sí..." –sus pensamientos fueron interrumpidos ante el dolor al recordarle.  "Como desearía que penetrarás dentro de mí y vieras la herida que me dejó tu amor." 


«He muerto más de mil veces, cada vez que negrura de la noche traía tu sonrisa y esa, tu voz, cuál fuego atestado con dulce dolor.», pensaba mientras ignoraba el mundo a su alrededor, sus pasos flotaban en el aire como quien camina entre las nubes para luego caer en el abismo de la realidad que le atormentaba.


Hacía tanto tiempo que sus sentimientos no le trastornaban como tormenta en pleno verano que sobre pasa la muralla impuesta para cubrir cualquier sentimiento de esperanza.«No, no debo desear lo que es imposible y prohibido.  Somos ahora el resultado de un doloroso pasado; uno donde ya me has olvidado y yo continuo sintiendo como la frialdad de la noche me consume cada día.


He extraviado el sentido de mi destino el día que te perdí, mi amor... Mi dulce amor.  Solo contigo mis alas se abrían para volar a ese firmamento llamado felicidad. 

Junto a ti cada imperfección se convertía en perfecta, solo a ti he amado y hasta el día de mi muerte eres el único que amaré», pensó nostálgica mientras sucumbía a los deseos que creía olvidados.»

En el momento que vio a la actriz, su primer pensamiento fue para él.  Deseaba saber de él, moría por preguntarle a Eleonor de su vida, anhelaba escuchar que era feliz, aunque no fuese con ella. 


– Candy ¿No me estás prestando atención? –inquirió la joven, quien no había parado de hablar desde el momento que salieran de la suite de Eleonor.- Disculpa Lucy.- ¿Cómo conociste a la señora Baker?- En Escocia, yo estudiaba con su hijo.- ¿De verdad? Wow.- El colegio estaba en Londres... Pero esas fueron nuestras vacaciones de verano.- ¿Entonces su conoces al gran Terrence Graham?- Sí. –respondió dejando notar un tono de nostalgia en su voz.- Me has sorprendido, ahora entiendo tantas cosas sobre ti. –repuso ella como quien al fin logra responder un acertijo.– Tus modales, tu forma de ser.– Sabes no eres igual al resto de nosotras. Nos preguntábamos que tenías diferente; así que vienes de ese mundo...- Mi padre adoptivo fue William Albert Ardley. Falleció hace unos años, por culpa de una mala relación de negocios caímos en la ruina absoluta un año antes de su muerte.- Todos sabemos quién era el señor Ardley... No lo puedo creer ¿Tu padre? –preguntó aún incrédula con lo que le decía la rubia.- Sí, fui adoptada, pero Lucy discúlpame prefiero no hablar de ello aún me duele mucho.- Si Candy te entiendo... Mejor preparemos todo para el almuerzo de la señora Baker.-Sí... Vamos.


Vida... Dame vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora