El Chico De La Cicatriz Misteriosa.

La habitación.

No crei que me contestaría, me emociono tanto el hecho de haberlo encontrado por tercera vez que me había quedado absorta en su mirada y no me había dado cuenta de que me estaba hablando.

- Hey, Como te llamas?-, -Holaaa, te encuentras bien?-
- Ah, hola, disculpa que dijiste?- se rió
- Que como te llamas?-
- Amanda y tú?- reaccione demasiado tarde, recordé que ya le había preguntado eso y me puse roja de la pena.
- Enrique, por si no te acuerdas- y se me quedo viendo como si fuera una total estúpida, en ese momento me sentí súper mal, siempre me pasaba lo mismo cuando hablaba con alguien que me interesaba (que suerte la mía) tal vez por eso no tenía novio ni nada por lo despistada que era.

- Que bonito nombre tienes - respondí para aligerar la tensión.
- Oh, muchas gracias, pero para mi es un nombre muy normal, hahaha- su risa era tan contagiosa que me reí con el sin siquiera conocerlo, pero tenía tiempo, no?
Ya no sabía que más decir y se estaba volviendo incómodo estar ahí viendo solo a sus hermosos ojos y esa enigmática cicatriz, así que me inventé una excusa para irme (como solía acostumbrar).

- Bueno, yo tengo que hacer unas cosas, entonces, ya me voy, fue un gusto platicar contigo y ....- Me interrumpió y me dijo algo completamente fuera de lugar pero que yo no entendía en ese momento.

- Espera no quieres venir conmigo, tengo que resolver unos asuntos y me gustaría que me acompañaras- me quedé en shock no es que no quisiera ir con el sino que apenas le habia dirigido la palabra y ya me estaba invitando a salir a un lugar que no tenía idea de dónde podría estar.

- Pueess, no estoy muy segura de ir CONTIGO, digo, para mí sigues siendo un completo extraño-
- Tienes razón, no te conozco, pero si no vienes te puede pasar algo malo- su cara risueña cambio a preocupación al decirme esto último y yo solo dije para mis adentros « Más probabilidades tengo de que me pase algo si voy con el», solo que en ese entonces ni me imaginaba del peligro que corría al quedarme en el parque un instante más.

Sin previo aviso ni nada me tomo de mi brazo derecho y empezó a correr conmigo, no entendía el porque, me había tomado por sorpresa que empezara a correr, la verdad yo no quería, pero decidí no hablar para no perder el poco aliento que me quedaba.

Decidí voltear para mirar de que estábamos huyendo, con mucho terror me percate de lo que nos estaba persiguiendo, yo no sabía que eran;
Unas formas humanoides excesivamente jorobadas con unos brazos extremadamente largos, sin ojos, sin nariz y sin boca corrían gritando el nombre de este misterioso chico (se preguntaran, oye Amanda cómo es que gritan si no tienen boca?, pues lo mismo me pregunte, pero después entenderán como estás criaturas lo hacían).

Me asusté tanto que me separé de Enrique, cosa que lamento mucho ya que en el momento que deje de tocar su piel no pude ver ni escuchar a las criaturas y entendí por qué nadie más en el parque corría como loco por su vida, y simplemente me quedé paralizada del terror al ver qué nadie más podía ayudarnos.

Enrique que estaba más adelante se dió cuenta de que ya no estaba con el y empezó a gritar para que corriera lo más rápido posible, pero simplemente no podía, me sentía como un conejo acorralado, fue cuando sentí unas garras que me desgarraban la piel de la espalda, note como la sangre empezaba a brotar, cuando pude reaccionar, empecé a gritar del dolor que me producía el corte.

El corrio hacia mi golpeando formas invisibles que arremetían contra el, danzando y peleando de una manera única, observar como no podía avanzar por que estás cosas se lo impedían, era como ver a alguien nadando en la tierra, me sentía desfallecer, estaba perdiendo mucha sangre, solo quería salir de ahí, y olvidarme de todo, en un momento de locura decidí correr hacia el, con una vara en la mano y ayudarle a liberarse de esas bestias.

Empeze a lanzar golpes al aire sin saber a quién o qué cosa recibía mis estocadas, y solo lo empeore más ya que las enfurecía en vez de ahuyentarlas, cuando Enrique logro zafarse, me tomo en sus fuertes brazos y corrimos hacia la calle más cercana.

Pude ver entonces como algunas criaturas sangraban, su sangre no era roja sino que era verde, como si estuviera podrida y vaya que lo estaba por que el hedor llegaba hasta nosotros.

Corrimos como por quince minutos, hasta que entramos a un edificio aparentemente abandonado y nos encerramos en la habitación menos destruida que había.

Enrique empezó a recitar unas palabras en un idioma muy raro mientras tocaba cada parte del recinto, como si estuviera protegiendo el lugar, con programaciones muy específicas, cuando acabó me ordeno guardar silencio.

Esperamos como cinco minutos cuando volvimos a escuchar a las bestias gritar y gruñir, rascaban las paredes, arremetían contra la puerta, aullando de dolor al lastimarse, estuvieron así como por dos horas cuales en las que yo no hacía más que temblar de miedo y de hambre.

A veces se quedaban tan callados que creía que ya se habían ido que cuando abría la boca para preguntarle a Enrique que carajos estaba sucediendo volvían a golpear las paredes.

Cuando por fin se fueron Enrique trato mi herida (se preguntaran cómo es que no me he muerto por falta de sangre) y es que antes de llegar al edificio ese, Quique trato mi herida colocando sus manos sobre ella y diciendo cosas raras igual que las que uso para proteger la habitación.

Como lo había hecho de rápido no surtió el efecto deseado así que tuvo que volver a recitar esas extrañas palabras, cuando acabo estaba tan llena de dudas que no sabía por donde empezar a lo que solo atine a decir:

- Qué mierda eran esas cosas?- El solo se rió y me contestó
- Son unas criaturas que habitan entre el mundo de los vivos, los muertos y los demonios, se podría decir que viven en el limbo, pero no exactamente ahí, por qué en ese lugar viven OTRAS cosas-

- Me podrías explicar mejor por que no entiendo nada- en ese entonces no sabía lo peligroso que era estar en esa situación y me ví involucrada en ella solo por querer ligar (ironías de la vida)

- La verdad es que no hay nada que te tenga que explicar, ni siquiera deberías estar involucrada en esto- Me respondió un poco molesto.
- Perdón, quien fue quien me dijo que me fuera con el, y que corría peligro al quedarme ahí- estaba muy indignada​ de que me diera esa respuesta pero sabía que enojandonos no iba a resolver nada.

- Lo siento si no esperabas que esto saliera así, pero en serio me gustaría saber por lo menos que eran esas criaturas- pareció que al decir esas palabras de disculpa se tranquilizó y me respondió:
- Perdóname tu a mi no sabía que iban a llegar tan rápido y preciso en ese momento, yo les digo desgarradoras la verdad no sé si es su no nombre​ real o si tienen un nombre en específico.

Y respecto a que te atacaron es por que llevas mi olor, pasaste conmigo suficiente tiempo para que quedaras impregnada de mi olor y te reconocieran como una amenaza, pero ahora que saben el olor de tu sangre y te seguirán, por eso no vas a poder regresar a tu vida normal a menos que quieras porner en riesgo a tu familia.

Lo siento en verdad no quería que te involucraras en esto, pero es necesario que vengas conmigo y resolver esto antes de que le pase algo a tu familia y amigos.

Mi cara debió de ser épica ya que se me quedo viendo muy preocupado y me dijo si me encontraba bien (como si lo fuera a estar)
- Podemos crear una ilusión de ti o... ya se, puedo buscarlo en mi libro haber si viene una manera para que sigas con tu vida sin proble...-
- Solo quiero irme a mi casa es mucho pedir, busca lo que tengas que buscar y dímelo-
- Como ordene capitán-.

Se sentó cerca de la ventana en la única cama que tenía la habitación y empezó a leer un libro mediano con portada desgastada, yo solo espere a que algo me pudiera salvar de esa loca situación.

Si nada más que hacer, que ver cómo se veía de sexy leyendo me eche a dormir en un tapete en medio de la habitación.

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ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, ME ENCANTARÍA CONOCER SUS OPINIONES Y NO OLVIDEN VOTAR.