Prólogo

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"Cuando todo esto empezó jamás pensaría que acabaría así."
Dices mientras piensas en tu pasado. 

Estás sentado en tu cama, pero te levantas para ir al escritorio. Seguidamente, coges una libreta que tenías por ahí guardada. Soplas el polvo de encima suyo quitando la gran parte del mismo. Con la manga de tu blusa rota limpias el otro poco que queda. "Cosas importantes a recordar", pone en la portada. Abres la libreta delicadamente, como si se fuera a romper. "Cuidado con los dientes" ves en la primera página. 

Te sobresalta un ruido de golpeteo en la puerta principal. Es entonces cuando te determinas a salir de casa, no sin antes coger tu katana de acero forjado con una inscripción en el principio de la hoja. Pone Mark en un lado en Japonés, por el otro lado pone Anna, también en Japonés. En el tsuba, hay un nudo celta. Mas abajo, en la empuñadura, está el nombre de Aaron, en Japonés por supuesto. Colgando de la empuñadura hay una cuerda dorada con un anillo colgando de ella.

Te diriges al ruido poniéndote en guardia. Abres la puerta y ves a uno de esos monstruos. No te mueves un milímetro y el monstruo olfatea su alrededor dando dentelladas al mismo tiempo. Parece que no te ve. Te preparas para atacar y le propinas un corte en diagonal cortando su cabeza, como si de mantequilla se tratase. 

-Maldito bicho, ahora tendré que limpiar la casa. - le dices al cadáver. Seguidamente le escupes dando una muestra de desprecio. Limpias la espada en su ropa y la dejas en su funda, en la mesa. Arrastras el cuerpo inerte del monstruo y lo pones en un horno de piedra, fuera de tu casa. Cuando entras en casa, te tropiezas con algo, es el trozo de cabeza que le has cortado al monstruo. 

Observas su cara (lo que queda de ella): es evidente que la infección le ha alcanzado. Tiene la cara destrozada, los músculos desgarrados, no tiene casi pelo, además tiene una mordida en el lóbulo frontal. Le falta la nariz, tiene el tabique al descubierto. La dentadura está negruzca y llena de sangre seca.

Abres la puerta, cabeza en mano. La lanzas hacia arriba y le pegas una patada rompiéndole el cráneo y enviándola lejos. 

Entras en tu casa y acto seguido cierras la puerta. Vuelves a tu escritorio, donde habías dejado el cuaderno. Lo abres, coges un bolígrafo y escribes "Te espero en el otro lado". Después, le das un vistazo a tu habitación. Está llena de esa frase escrita por las paredes. 

-No sé si a Anna le gustará como está esta habitación.

No sientes fuerzas en tu cuerpo, así que decides sentarte en el sofá. Agarras el mando de la televisión y la enciendes. En la televisión dan lo de siempre, un texto que dice: "Si estás leyendo esto es que llegas tarde, nos hemos mudado a la ciudad más próxima, a cinco kilómetros en dirección suroeste.". Apagas la tele y te reflejas en la misma. Añoras esos tiempos en los que veías programas divertidos. Hechas de menos el pasado con todo lo que ello conlleva. 

Sales de casa puesto que no tienes mucho que hacer dentro. Vas a la entrada de la ciudad. Te sientas en la silla que tienes ahí ya de otras ocasiones. "Stunod" lees en un cartel encima de la puerta. Las vistas de la ciudad en ruinas te tranquilizan. Sabes que seria un error fatal quedarte dormido viendo el ocaso. Aún así, te quedas dormido involuntariamente.
Sueñas con el pasado...

Operation Zombie S1/T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora