Matrix, la senda de los elegidos

Cuando la guerra culminó se dio paso a la celebración más grande que halla visto en la vida, la alegría contamino cada corazón, después de más de un siglo de batallas no era para menos esperar tal desenfreno, hasta yo mire al cielo y di gracias; muchos se burlan de mi, siempre ha sido así,  a pesar de eso nunca he dejado de ser un hombre creyente, eso le ha salvado el pellejo a un gran numero de ateos que han tenido que retractarse por algún comentario inadecuado. Ciertamente soy devoto, no tonto, no me ciego ante las verdades que puedan pasar por mis manos, escuchar mis oídos o ver mis ojos, cuando puede pronunciarse "cierto" también puede pronunciarse "falso" eso lo sabe cualquiera que tiene un conocimiento sobre lógica, solo las verdades intuitivas no requieren demostración convirtiéndose en la base de nuestra existencia, por eso supe agradecer correctamente, después de todo él me demostró que todo era posible, sin embargo mientras rodeaba con mis brazos el delgado y agotado cuerpo de mi futura esposa me pregunte ¿Dónde está él? ¿Dónde estará ella? Porque si él era el alma salvadora, ella indudablemente era su corazón ¿Quién al verlos ir juntos no decía que parecían un mismo espíritu en dos cuerpos? Se parecían tanto que incluso los confundían como familia y de no ser pecado habría sido yo testigo de una pura y genética química entre un hombre y una mujer. Caminábamos al consejo, líderes quedaban unos pocos y aunque rechace el estar presente en el parlamento la gente demando mi presencia con una fuerza tan aterradora como los enemigos que danzando sobre nuestras cabezas abandonaban una lucha que podían ganar pero que no tenía derecho de reclamar, mientras miraba al suelo con incertidumbre recordaba el primer día en que le vi, no era lo que yo me imaginaba, demasiado flaco, pálido, inseguro, más aquella mirada perdida  con un ligero toque de inocencia me indicaron que aquel que venia a salvarnos lo conseguiría porque sabia lo que era ser uno de nosotros ¿Cómo hubiera sido si el elegido hubiera sido un tipo duro desde el comienzo? ¿Nos hubiera entendido sino hubiera experimentado el miedo, la tristeza, el amor, la compasión, la alegría? ¿Hubiera peleado por nosotros de no haber cometido error alguno? Hubiera sido una máquina y tenemos bastante experiencia conviviendo con ellas.

La sesión especial comenzó, estaba en cuerpo pero mi alma se encontraba pidiendo por mis camaradas, mi comportamiento fue tan evidente que tuvieron que cancelar todo, yo, el mas fiel creyente de la profecía del elegido me encontraba abatido al desconocer su paradero. Los días por venir se dedicaron a la diplomacia con representantes de las máquinas, verlas me hizo reflexionar quien tenía más culpa de la masacre que solo unos pocos saben cuanto tiempo tenía, sus modales no parecían de un agresor, no irradiaban amor pero tampoco odio, querían existir ¡exactamente lo que queríamos nosotros! ¿Cuál era el problema entonces? Durante toda la negociación no pude parar de observarlas, una vez terminadas las mismas ellas pidieron mi presencia en su camarote antes de partir a su ciudad – Todo comienzo tiene un fin – me dijeron que fueron las ultimas palabras del elegido, en unas urnas de delicada elaboración me entregaron las cenizas de esa admirable pareja que había logrado pasar las defensas del hostil lugar que ellas llamaban hogar. Saber de su destino fue un alivio, vivir en carne propia la amabilidad de las máquinas me produjo escalofríos, tener en mis manos sus cuerpos deshechos me entristeció y una vez llegué a la ciudad los coloque en un sitio especial donde se mantendrían siempre juntos. Un tiempo después, casi por voto unánime me convertí en el presidente de la única nación humana del planeta, sin más entable asociación con las maquinas siempre que se mantuvieran al margen de nuestras leyes y procedimientos, de su parte jamás ha habido problemas, lamentablemente no puedo decir lo mismo de nuestras filas y eso me hace temer, porque la generación que se levanta ignora a conciencia la violencia que tuvimos que vivir para conseguir la paz. Ahora estoy viejo, se que en poco tiempo moriré, después de muchos años he visto a la pitonisa y ella me lo a dicho, no me alegro, las noticias malas no son de celébralas por mucha verdad que haya en ellas, no obstante me encuentro tranquilo hijo mió, porque además me ha contado que Neo sigue vivo en matrix y que sin importar cuan mal nos vaya, el estará allí para nosotros – Es nuestra esperanza – le dije, ella sonrió – La humanidad puede tener otra oportunidad si desperdicia ésta – reflexioné, temiendo por ti y por los hijos del futuro dejo este diario de conquista para el que los liberará definitivamente, eso es lo que deseo.