∞Capítulo 20∞

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Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente.

-Miguel ruiz. 


Samantha.


Entro a los aseos que hay junto al aula de Física y Química tan rápido que derrapo. Las suelas desgastadas de mis Converse patinan sobre las resbalosas baldosas y casi me caigo. No sé cómo lo hago, pero mantengo el equilibrio y me abalanzo a cerrar la puerta ocasionando un estrepitoso portazo que retumba en las paredes.

Me aprieto de espaldas contra la puerta y pongo todo mi peso sobre ella a la vez que agarro el picaporte con fuerza para que no se pueda mover desde fuera mientras abrazo los libros. Estoy tiesa en un intento de ser tan inamovible como una roca, pero mi pequeño cuerpo no es suficiente para trabar la puerta.

Los segundos pasan conteniendo el aire en tensión, pero no ocurre nada, la manija no baja, nadie intenta abrir por el otro lado. Silencio y tranquilidad. Es como si acabara de despertar de una pesadilla que por un momento me hace preguntar si todo lo anterior fue real. Sí que pasó... Y de solo pensarlo quiero llorar.

Dejo de hacer presión contra la puerta soltando la manilla que me deja la mano colorada y dolorida. A pesar de estar fuera de peligro no puedo respirar con calma, siento una ligera opresión y ahogo en el pecho. No me llega el oxígeno suficiente para llenar los pulmones y pronto reconozco estos familiares síntomas. Otro ataque de asma.

Saco el inhalador de uno de los bolsillos del pantalón y me lo llevo a los labios. Inspiro profundamente el medicamento. Me atraviesa los bronquios y al instante siento su milagroso efecto que me abre las vías respiratorias.

Vuelvo a respirar con total plenitud y suspiro aliviada guardando el inhalador. Este ataque fue suave, no como el que me dio ayer y esta vez no se debió a un esfuerzo físico, sino al estrés de lo sucedido. La ansiedad me repercute en esta afección.

La mano me temblequea incontrolable del nerviosismo, pero la detengo sobre mi frente sudorosa. Apoyo la cabeza contra la puerta y cierro los ojos. La oscuridad me apacigua los nervios que aún están a flor de piel.

Fui perseguida hasta aquí por los matones. Yu, Ace y Jules fueron testigos del espectáculo que protagonicé con Evan por culpa de la dichosa Lista. La tuve que proteger con cuerpo y alma, a golpes y empujones, de sus malas manos que reclamaban leerla. Fue una odisea llegar al baño, pero la Lista está sana y salva dentro de la libreta.

<<Ya está todo en paz.>> me convenzo aunque no sea verdad.

Había empezado una guerra y la paz sería algo intermitente en ella.

Soledad acompañada de potentes palpitaciones como la baqueta de un tambor dando contra mis costillas a un compás acelerado. Bum-bum, bum-bum, bum-bum... Mi corazón hablando alterado en medio del silencio.

No pasa nada, ya está todo bien. Ahora la Lista está segura, pero solo ahora, no después. Los matones no pararán hasta saciar su curiosidad, harán lo que haga falta por saber qué escribí tan interesante que nadie puede leer y esta vez las ANK no van a intervenir para instaurar tregua porque esto no tiene nada que ver con ellas. Todo es culpa de Evan.

<<¡Maldito Evan!>>

¿Qué clase tendrá ahora? Espero que a las horas de Filosofía no se le sumen las de Física y Química. Después de esto no podría soportarlo sin que mis mejillas corran el riesgo de volverse incandescentes.

Always 1 - Destinos Cruzados #PGP2017 #BLAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora