Desperté para darle cuenta que estaba en casa, quiero decir en casa de Lila, aún no había vuelto a mi cuerpo, cosa que me preocupaba ya que nuevamente ese sueño se hizo presente, el puente, viento rozando mis mejillas, peleas, gritos. Todo ello hizo un triste y desesperante sueño que vi a penas había cerrado los ojos, haciendo que tuviera de pronto un miedo profundo en todo mi ser.
Quería saber qué era de mi madre, pues desde que estoy en este cuerpo no la he visto, y temo por ella, siento en alguna parte de mí que debe estar sufriendo, en especial por que según entiendo, Lila y yo sólo cambiamos de cuerpos. Y yo a diferencia de ella no dejé ninguna instrucción, de seguro debe estar perdida, sin saber qué hacer o cómo tratar a mi madre.
Ya me imagino a mi madre persiguiendome por toda la casa, bueno, a mi cuerpo controlado por alguien más.
Sin embargo quiero verla ya, quiero volver a mi cuerpo, quiero serciorarme que ella está bien, que desayune antes de salir del trabajo y que descanse a penas llegue del mismo, pues por lo usual siempre lleva trabajo a casa y continúa trabajando, cosa que nunca me ha parecido justo.
No es que sólo ella sea la única empleada de su lugar de trabajo, y he llegado a ver que mi madre hace el trabajo incluso de sus compañeros, sin embargo ella nunca se ha quejado, para ella el trabajo es primero y la única forma de poder vivir.
Quiero saber si está bien de salud, si se enfermó o si no lo hizo, quiero cuidarla y ayudarla.
Quiero también volver a la secundaria, lo que alcancé a avanzar en el curso de Lila, es algo que ya me lo sé de primera mano, quiero seguir con mis estudios para poder ser alguien, quiero también que mi madre se sienta orgullosa de los logros cuando me gradúe. Quizá así también tener una excusa para poder ver a papá y así por fin poder robarle algunos minutos de su agenda que siempre está llena por sus horas de trabajo.
Pero el no poder hacerlo me hace sentir inútil, ¡Quiero volver ya! Necesito ver a Lila ya para calmar mi tormento.
-Despertaste.
Dijo una voz varonil que me sacó de mis pensamientos, e hizo que pusiera toda mi atención en el dueño de la misma.
-Se...señor...
Dije mirando al padre de Lila, quien estaba a mi lado, y tras él estaba también su madre, quién en una risa dijo:
-Debiste haberte golpeado muy fuerte Lila, el no es un señor, es tu padre. Quizá un poco de agua te haga sentir mejor, iré a traerte un poco ¿Si?
Me ofreció una sonrisa e inmediatamente salió de la sala para dirigirse a la cocina a traer lo prometido.
Yo intenté levantarme de el sofá para así poder sentarme, pero el mareo volvió y el padre de Lila me tomó del hombro para que volviera a acostarme en el mismo.
-Espera, aún no es momento.
Dijo para luego tomar su maletín y empezar a buscar algo en su interior.
-Cambiar de cuerpos realmete es un lío...
Mencioné mientras el revolvía las cosas en su maletín, pero a penas terminé de pronunciar mi oración, él dejó de moverse, como si se hubiera paralizado.
-¿Pasa algo?
Pregunté unos segundos después a lo que él me miró y me preguntó:
-¿No lo sabes?
-¿No se qué ?
-No...Nada..
Su forma de actuar me hizo sentir algo de miedo e inseguridad, pero traté de obviar lo mismo.
El mayor volvió a buscar en su maletín hasta dar con una manilla muy peculiar , esta no tenía adornos, perforaciones ni nada. Era una manilla metálica, brillante y redonda que inmediatamente me la puso en la mano.
-Con esto debería funcionar por ahora.
Me dijo alejando sus manos de mí, acto seguidome indicó que me levantará y así lo hice, el mareo casi había desaparecido por completo.
-Genial, esto está mejor que estar mareado... ¡mareada!
Corregí inmediatamente el género de mi oración cuando vi a la madre de Lila entrar por la puerta con una jarra de agua y un vaso.
-Vaya, ¿Eso le compraste a tu hija? ¿No haz visto cuántos artículos más variados y alegres hay en las tiendas? ¿Por qué le compraste algo tan simple?
Dijo mirando algo molesta al varón, quien no dijo nada y se limitó a desviar la mirada de su esposa para decir en voz baja.
-Esto será simple, pero su simpleza es parte de su encanto.
-De seguro que a Lila le gustaría algo más colorido, ¿Verdad?
La señora dirigió su vista a mí y yo negué con la cabeza.
-Esto es lo suficientemente bonito, ¡Gracias papá!
Dije para que cualquier sospecha fuera disuelta, pero ella frunció su ceño y se puso a servir agua en el vaso que había traído mientras decía:
-Ustedes dos planearon estar en desacuerdo conmigo ¿Verdad?
Ambos negamos con la cabeza, con tal sincronía que ni yo me la creía.
-¿Ven? ¿Ustedes se pusieron de acuerdo en estar de acuerdo!
Se quejó a lo que el padre se le acercó a su esposa y le dió un beso en la mejilla.
-No seas así, ¿Cómo podríamos haber planeado un complot contra la más bella madre de este planeta?
La señora le sonrió y ambos empezaron a reír.
-Tienes razón, creo que estoy exagerando.
Le dió otro beso y seguido fue un abrazo, yo sólo logré desviar mi mirada, puesto que no estaba acostumbrado a ver tantas muestras de afecto y hoy realmente había sido un día en el que aquello parecía bastante normal.
-Bueno los dejo. Debo volver al trabajo y Lila parece estar mejor. Hoy cocinare algo especial para mi familia favorita.
Dijo la madre con emoción, pero el esposo agregó a lo que dijo:
-¿Acaso tienes otra?
Acto seguido la madre le dió un golpecito en el hombro y le dijo:
- No seas tonto, lo decía con cariño.
Le dió otro beso para luego salir de la casa. El padre entonces dirigió su vista a mi y me informó:
-Hoy no irás a tus clases de karate, ya que estas enferma, pero prepárate para la noche... debo ir en busca de mi hija ya no se ha comunicado conmigo y eso me inquieta.
- ¿En busca de Lila? ¿Cómo es eso posible?
- Tendremos que ir al otro mundo...
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En Cuerpo Ajeno
Fantasía¿ una segunda oportunidad.? No es exactamente eso... quizá ¿es sólo un cambio de cuerpo? Ven y acompaña a conocer que les pasó realmente, que harán con su vida, y cómo debe vérselas la propietaria para intentar tener una vida normal.