Elizabeth bajo con los niños al comedor, iba feliz y nerviosa, no sabia como actuar ante William, pero cuando entro al comedor la mirada que William le dirigió la descoloco, fue una mirada de desdén y furia, fue una mirada de odio esa mirada la conocía tan bien ya que era la que su padre siempre le daba.
— Buenas noches William
— Buenas noches Elizabeth, le pido por favor que desde hoy me llame Conde, demasiadas informalidades y si quiero dar buen ejemplo a los niños debo poner orden
A Elizabeth le dolió el corazón, se preguntaba que había pasado seria ese beso, pero ella no fue la culpable el la había besado, o quizás esa mujer que lo visito era algo de el y habían discutido por eso o quizás solo la odiaba así como todos en su familia, Elizabeth bajo la cabeza tenia un gran nudo en la garganta, William se percato de eso, se sentía mal al tratarla así pero el no seria su juego
— Elizabeth si va a llorar por favor que no sea en mi presencia ni de la de los niños, me molesta esa actitud devil que muestra, si no es capaz de controlarse deberé buscar a alguien con mas carácter
Elizabet levanto la cabeza y William vio la sonrisa mas triste que había visto en toda su vida, cosa que lo impresiono e hizo preguntarse si estaría actuando era real y por un momento se dijo a si mismo—Ella no miente.
— No se preocupe Conde, solo es un leve dolor de cabeza ya pasara, si me disculpa sera mejor que me vaya a descansar, Rosi llevara a los niños a su recamara, con permiso.
Todos en la mesa vieron a Elizabeth levantarse de la manera mas educada y salir del salón, Filip y Diego solo se vieron entre si y William anuncio que no tenia apetito, el fin de semana paso en silencio, todo había cambiado Elizabeth ya no reía de la misma manera y William solo pasaba de mal humor, los niños seguían con la sorpresa, Elizabeth salia a comprar los materiales que necesitaba para las mini velas de colores que haría, William la veía salir, las ideas que tenia en su cabeza le jugaban malas pasadas se preguntaba adonde iría y con quien, se preguntaba porque Elizabeth estaba tan misteriosa, los días pasaron y William decidió ir a la finca de su difunta esposa con los niños necesitaba apartar a Elizabeth de sus pensamientos, porque en las noches soñaba con ella con el beso que se habían dado, la suavidad de sus labios y su cabeza le jugaba chueco respecto a los sueños atrevidos que tenia con Elizabeth. era jueves en la tarde los niños se encargarían de distraer a William mientra Elizabeth preparaba el pastel en la cocina, pero todo salio mal, Anastasia llego ese día y se encargo de envenenar la mente de William contra Elizabeth, le dijo que toda la semana la había visto con un hombre a las afueras del mercado de la ciudad y era verdad pero no por las razones que creían.
Elizabeth tenia las 35 mini velas en su bolsa, el pastel estaba listo, entonces William entro hecho una furia, los niños se habían ido a despedir de su tía por eso no vieron cuando William se dirigió a la cocina le grito a Elizabeth.
— Largate de mi casa en este momento furcia
— Conde, me lastima
William había tomado del brazo a Elizabeth muy fuerte
— Deja de fingir, como pude ser tan ciego y confiarte a mis hijos maldita zorra
Elizabeth se safo del agarre de William y lo abofeteo
— no se atreva a hablarme de ese modo
William la tomo del brazo y la unió a el y la beso violentamente, Elizabet se aparto de el cayendo al suelo, William sintió el sabor de la sangre en su boca, había roto la boca de Elizabeth debido a la fuerza que ejerció, ella se toco el labio y vio la sangre, sus ojos se llenaron de lagrimas no podía moverse de la impresión, en ese momento Filip y Diego entraron y al ver a Elizabeth tirada en el suelo corrieron a ella para ayudarla a levantarse pero William no lo permitió, tomo a los niños de los brazos y no dejo que se movieran y el dijo.
— Lárgate de mi casa....lárgate — grito, los niños se sobresaltaron y comenzaron a llorar por Elizabeth, ella se levanto del suelo y corrió a su habitación, lloraba de forma descontrolada tomo sus pocas cosas, dejo las velas en la recamara de los niños y se fue, no sabia que había pasado, porque William la había tratado de ese modo, no quería ir a su casa pero no había donde mas ir, Priscila estaba de viaje, así que con temor y tristeza regreso al lugar donde la esperaba una gran paliza.
William envio a los niños a su recamara y el se en cerro en su despacho a beber, le dolía el alma haber tratado a Elizabeth de ese modo pero ella era una furcia, se había visto con otro hombre u otros sabrá Dios con cuantos pensó, llevo sus manos a sus labios el sabor de la sangre de ella aun estaba ahí, no había querido lastimarla, pero ella era una zorra pensó igual que su difunta esposa.
Elizabeth entro a su casa, haciendo el menor ruido posible pero no funciono a su espalda escucho a la persona que tanto miedo le causaba...su padre
— Vaya que haces aquí, no me digas que te echaron
— Padre—logro decir Elizabeth antes de que fuera alada de su cabello, ella solo grito y sintió la primera bofetada de su padre
— Padre por favor
— Por favor nada, te atreviste a restarme y ahora te atreves a regresar, no niñita ahora pagaras tu osadía—golpe, golpe y mas golpes recibió Elizabeth, había gritado tanto pidiendo ayuda, pero nadie se atrevía a enfrentar al patrón, hubo un momento en que dejo de defenderse y perdió la conciencia, no supo mas...
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La Institutriz
Historical FictionUna mujer dañada pero llena de amor y bondad Un hombre herido por la infidelidad, viudo y con dos hijos como dicen del odio al amor solo hay un paso y Lord William lo comprobará con Elizabeth la hermosa institutriz de sus hijos.