¿por qué tú?

capítulo 1: dos almas

- Soraya ven aquí, ¡corre! No puedes perderte lo que estoy viendo con mis ojos.
- ¿Ya estamos otra vez cotilleando María? ¿No ha un solo día que no puedas buscar algun chisme?
- Soraya tienes que ver a este pedazo buenorro que se esta bajando del descapotable, ¡Oh dios mio, esto es un hombre y lo demás son tonterias!, No puedo creerlo, es un bombon, es un dios caido del cielo! Es, es, no tengo palabras para describir a tanta belleza, pero ojala lo conociese para pegarle un bocado!
- ja ja ja María estas muy mal, de verdad tenemos que salir esta noche y buscarte un buen andaluz, de sangre caliente y te baje toda la fogosidad.
Seguro que tampoco es para tanto chica!
- No me lo puedo creer va a entrar Soraya, va ha entrar a la tienda, ¡oh dios! ¡oh dios Soraya me va a dar un soponcio mi niña!
Y hay estaba él, abriendo la puerta de la tienda, un hombre alto, musculado, de pelo oscuro y ojos verdes, moreno de piel y vestía un traje de armany junto a una camisa azul clara, que le hacía resaltar esa dentadura tan blanca.
- Buenos días señorita, que podría ¿ayudarme?
No entiendo porque, pero mi boca no reacciona ante sus palabras, siento un calor que recorre de arriba a bajo todo mi cuerpo, y hace que me derrita ante él.
- ¿señorita se encuentra bien?

Hay dios mio, tengo que tener una cara de panoli delante de él impresionante, pero no me salen las palabras, ahora mismo siento que este hombre al que ni siquiera conozco podría hacer conmigo lo que quisiera, porque soy debil ante él.
- Buenos días señor, disculpe a mi compañera pero con tanta calor, hoy esta en la parra, en que puedo ayudarle? Contesta María con esa sonrisa tan dulce que tiene.
María a veces es desquiciante, pero es puro amor. Es de estatura media, pelo cobrizo y ojos marrones claro. De complexión delgada, y con dos voluminos senos, que cualquier hombre al verlos no puede separar la vista de ellos.
Pero él no, él tenía la vista fija en mi, y yo sentí que lo mejor que podía hacer en ese momento, era desaparecer. Ya había hecho la tonta bastante por hoy. Pero Maria tenía razón, un hombre cómo el es díficil de ver en este mundo.