La puerta del despacho se abrió William estaba en malas condiciones había bebido todo el wisqui de su botella.
— Papá, podemos pasar
William trato de recomponerse un poco
— Claro hijos pasen
Los niños habían encontrado las velas así que las pusieron en el pastel que había hecho Elizabeth y lo llevaban con su padre, no sabían lo que había pasado pero estaban seguros que si hablaban con su padre mientra el comía su pastel favorito recapacitaría y llevaría a Elizabeth nuevamente
— Feliz cumpleaños papá, sabemos que fue ayer pero bueno...
a William se le ablando el corazón, sus pequeños eran muy tiernos
— Gracias hijos, pero quien les ayudo ha hacer este pastel y estas mini velas de colores como las consiguieron están muy bonitas y veo que recordaron mi edad
Los niños dudaron un poco
— Elizabeth hizo el pastel, le dijimos cual era tu favorito y ella hizo las mini velas, tuvo que ir varias veces al mercado porque el señor que vendía los polvos de colores no tenia los que ella pedía así que se los dio poco a poco pero al final los consiguió verdad que están muy bonitas
William sintio una punsada de temor
— y eso cuando fue, cuando fue ella a verse con ese hombre
— desde el lunes tuvo que ir, se encontraba con el frente al mercado, también los materiales eran mas difíciles de conseguir son velas especiales, nos explico que te haríamos una broma y soplas las velas estas se vuelven a encender, mira...
William puso el pastel en el escritorio y vio a sus hijos a los ojos y les dijo
— no me están mintiendo, en verdad Elizabeth hizo estas velas y compro los materiales
— Es verdad papá no mentimos, nosotros vimos como las hacia no le ayudamos porque dijo que podíamos quemarnos y ella se quemo pero no le importo las hizo para ti, papá ¿donde esta Elizabeth?, por que le hablaste tan feo ayer, Diego y yo estamos preocupados por ella y si le hacen daño otra vez...Filip—lo regaño Diego
— que sucede porque callas a tu hermano
— Elizabeth nos hizo prometer, promesa de caballero que no te diríamos nada
— pueden confiar en mí que es lo que ella no quería que me dijeran
Ambos niños se vieron entre sí y fue Diego quien hablo
— vimos como un hombre golpeaba a Elizabeth, por eso ella se escondía en su recámara, varias veces vimos como el hombre que venía a dejarla la golpeaba quisimos decirte pero ella no nos dejó dijo que estaba bien que no debíamos preocuparte
— ella les dijo quien era ese hombre
— dijo que era su padre
William en ese momento le cayó la realidad como balde de agua fría, Anastasia lo manipulo y él ni cuenta se dio— maldita Anastasia—penso.
William fue a cambiarse, debía buscar a Elizabeth, iba bajando las escaleras cuando Anastasia llegó
— ya están listos William
— Lárgate Anastasia, mis hijos no irán contigo a ninguna parte
— ¿que sucede?
— sucede que eres igual que tu hermana vivirás malditas pero nunca más confiare en ti y mis hijos no estarán cerca de un ser humano tan podrido y aléjate de nosotros si no quiere que tu marido se entere que te me has ofrecído como una ramera, ahora lárgate o no respondo.
Anastasia quedó atónita ante esas palabras, conocia a William bien y sabía que era capaz de cumplir su promesa, así que salió de ahí.
— papá irás por Elizabeth
— si hijo, iré a traer a Elizabeth
William salió como rayo de su casa no sabía dónde ir o a quien preguntar así que lo único que se le ocurrió fue ir a su casa.
William literalmente salto del carruaje tocó la puerta, tocó y tocó pero nadie abrió, se sentía desesperado, había tratado tan mal a Elizabeth y ella era inocente. Estaba por rendirse cuando la puerta se abrió
— dígame
— soy el Conde William, se encuentra la señorita Elizabeth
William vio la duda reflejada en el rostro de la señora, pero esta salió de la puerta y dijo
— ¿es usted amigo de mi señorita Elizabeth?
William dudo en decir si, porque los amigos no tratan como el la trato, pero igual dijo si.
— Ho Dios mío por favor ayude a la niña Elizabeth, su padre la matara
— ¿que? ¿como? ¿donde está ella?
— está aquí en casa, ayer ella vino y su padre la vio, le dio una paliza horrible por favor llevesela alejela de aquí
— lleveme con ella
— no hoy no aquí está su padre y eso hombre que a intentado..., Dios mañana venga mañana a las 5 am su padre y ese malnacido de Rembert saldrán temprano entonces podrá llevársela
— por lo menos dígame cómo está
— Ho mi señor, con decirle que está viva ya es decirle mucho
William se sintió desesperado ante esas palabras, ¿que le abrían hecho?, como estaría en realidad, querrá ella verlo y si no quiere ir se con el, no importa pensó la secuestraria.
William organizo todo, llevaba un carruaje sin el escudo familiar, dos hombres de suma confianza y había manda a llamar a su amigo el medico quien lo esperaba en casa, todo para prevenir ya que las palabras de la mujer lo alarmaron. Eran las 4:55 am el escondido como ladrón entre las sombras, vio salir un carruaje de la casa Crow, espero que fueran las 5:00 en punto, cuando las campana del reloj del parque sonaron di la orden de avanzar ya alguien lo esperaba en la puerta era la misma señora y un joven.
— Mi señor el es Andriw el jardinero de la casa es de confianza, el se quedara vigilando por si los señores regresan, por favor apresurase venga conmigo.
La mujer guió a William por la casa subieron las escaleras y llegaron a una habitación, se se puso nervioso, la mujer saco una llave y abrió la puerta, todo estaba oscuro solo las velas que llevaba la señora iluminaban la habitación, sus ojos se adaptaron a la luz y ahí en la cama estaba un bulto, la señora le indico a William que se acercara, este lo hizo de forma cautelosa, removió las sabanas y su respiración se detuvo y solo logro decir
— Por Dios Elizabeth que te han hecho...
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La Institutriz
Ficción históricaUna mujer dañada pero llena de amor y bondad Un hombre herido por la infidelidad, viudo y con dos hijos como dicen del odio al amor solo hay un paso y Lord William lo comprobará con Elizabeth la hermosa institutriz de sus hijos.