Prólogo

12 2 0
                                    

-Tienes dos opciones Sam: Hacer de cuenta esas cartas nunca llegaron a tus manos y seguir siendo su amiga quien siempre lo apoyó en todo, o, tragar y evitar esos sentimientos que pueden arruinar para siempre su amistad.-dijo Kendall, mientras, apartaba la vieja caja de zapatillas donde su hermano había ocultado cartas en las cuales confesaba su amor hacia su mejor amiga y nunca había enviado.

-O podría resultar en la mejor historia de amor de nuestras vidas- Sam soñó en voz alta

-Deja la fantasía de lado Samy, pasaron años, Cole siguió adelante con su vida. Él por fin encontró alguien que lo ame y haga sonreír todos los días. -comentó su amiga

-Tal vez yo podría amarlo aún más, si tan solo él me lo hubiera hecho saber. Yo puedo amarlo más-dijo desviando su mirada a la caja llena de cartas

-Vamos Sam! Era como si tuvieras tu ojos vendados, hasta tu madre se había dado cuenta. Déjalo ser feliz, no pienso quedarme a tu lado y ver como arruinas nuevamente la vida de mi hermano en base de un "tal vez"- dijo la rubia bastante firme

-Ouch- Sam,colocó una mano en su pecho dándole entender a su amiga que sus palabras la lastimaron

-Lo siento, si soy muy dura y no tengo ninguna clase de filtro, pero es que no sabes lo que me dolía ver a Cole ocultar su dolor tras una falsa sonrisa, cuando te veía junto a alguien más.- susurró una vez cerca de ella, podía sentir la amargura que esos recuerdos debían traer por la forma en que desvió rápidamente su mirada.

Sam abrazó a su amiga, cerró sus ojos y suspiró.

-Tienes razón esto nunca pasó, es una idiotez, el cambio horario me debe de haber afectado y no estoy pensando con claridad.- dijo una vez que se separaron-Además, es Cole de quien hablamos!- añadió como si el hecho de que se tratase de su mejor amigo implicara algo.

-Qué te parece si terminamos de bajar esas cajas de una vez- propuso Kendall

-Voy detrás tuyo, solo queda guardar los viejos posters,sabes que Cole no nos perdonaría si dejamos sus posters de la adolescencia- acotó a lo que su amiga asintió mientras salía de la habitación con dos cajas entre sus brazos

Sam guardó los posters con mucho cuidado en una caja y antes de salir por última vez del cuarto de su mejor amigo, guardó las cartas de la caja en su mochila y tomó la caja de zapatillas vacía.

Una vez fuera, ayudo a su amiga y a guardar las cajas en el camión de mudanza.

-¿Qué haces con eso?- preguntó Kendall, tomando la vieja caja naranja de zapatillas.

-Creo que eso lo podemos poner en el tacho para reciclar- comentó Sam, Kendall dudó de su amiga, así que abrió la caja y al ver los sobres dentro de ella, la tiró en el tacho para reciclar

-Creo que me vendría bien un baño y luego disfrutar de esa cena que me prometiste por ayudarte- dijo Sam para luego despedirse de su amiga e irse a su departamento.

Si tan solo hubiera sabido que, al mirar en retrospectiva, tomar esas cartas fue el mayor maravilloso desastre que podría cometer no lo hubiera hecho. Pero como dicen "La curiosidad mató al gato"

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 31, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cartas EscondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora