(...), en fin, entre las posibilidades de habernos encontrado,
la alineación de los planetas que hizo nuestra coincidencia,
la suerte de habernos conocido,
o el destino que ya nuestra historia habría escrito;
llegué a ti para superar tus límites,
y romper tus barreras.
Sacar a flor de piel tu verdadera esencia,
enseñarte mi Infierno, y demostrarte que es más lindo que cualquier Cielo.
Hacerte perder la cabeza,
hacer que me ames sin ninguna regla,
que sueñes conmigo,
y llegar juntos al eterno infinito.
Porque no soy perfecta, y tu tampoco.
Yo nací para romper tus moldes,
tu para enseñarme cosas maravillosas que seguramente desconozco.
No sé si soy de este planeta;
mi sangre puede ser azul y yo ni cuenta.
Te amo tanto, sin fronteras.
La muerte no es problema,
te amaré incluso luego de mi existencia.
Amor mío, mi cielo, cariño;
nada más honesto, eterno,
que lo que te he escrito
y las cosas que sueño contigo.
Y así concluirán todos mis poemas,
declarándote amor eterno,
espero me comprendas.
Regalándote mi Universo,
dedicándote cien mil noches en vela.
