Capítulo 9

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William acerco su mano al magullado rostro de Elizabeth, estaba morada, roja y verde, con suavidad toco el hermoso rostro ahora golpeado de Elizabeth

— Elizabeth, pequeña despierta

Con dificultad Elizabeth abrió un ojo, el ojo menos inflamado y comenzó a llorar y a quejarse del dolor no podía moverse, la señora dijo

— Conde llevársela por favor, antes que esos hombres regresen

William quito las sabanas del cuerpo de Elizabeth, quien solo tenia una camisola que no cubría nada, eso le permitió a william ver las marcas del cuerpo, moretes por doquier, sus costados, sus piernas sus brazos, una gran furia recorrió la sangre de  William y juro que es hombre pagaría el daño que había hecho, tomo a Elizabth en brazos quien se quejo por el dolor, llevo sus brazos al cuello de William y con voz ahogada digo en su oído

— Me duele

— Lo se preciosa pero debemos salir de aquí, no te preocupes estarás a salvo en mi casa y atenderemos tus heridas

Con cuidado bajaron las escaleras, salieron al jardín trasero donde estaba el coche comenzaba a amanecer debía darse prisa para que nadie los viera salir de esa casa, con ayuda de sus hombres subió a Elizabth quien iba envuelta en su gabardina ocultando su desnudez, antes de que el subiera para irse la señora le dijo

— Gracias por salvar a ese pequeño angelito, por favor cuídela y desde ayer no come nada, no permita que su padre le haga mas daño

— No se preocupe señora yo la protegeré—Dijo William que en un momento en el rostro de la mujer sintió ver algo de Elizabth, pero no se concentro en eso y salio de ahí.

***

Cuando llegaron a su casa el medico estaba el la puerta esperando, William bajo con Elizabth en brazos, el medico se quedo con la boca abierta al ver las condiciones en las que ella llegaba.

— William que le han hecho a esta pobre criatura, vamos arriba tiene fiebre, Rosi trae las cosas por favor

William deposito a Elizabeth en la cama, salio a regañadientes por orden del medico, eran ya las 7:00 am cuando el medico bajo.

— William

— Como esta 

— Esta muy mal, tiene mucha fiebre la cual no cede, tiene un par de costillas fracturadas, muchos moretes, Dios amigo quien le hizo eso

— El maldito de su padre, pero te juro que pagara cada golpe propinado

— William, hay algo mas...no estoy seguro y espero que no sea así, no la revise porque creo que es mejor que ella confirme ese hecho

— Dios amigo habla...que mas tiene esa pobre mujer

— Parece ser que abusaron de ella

William sintió desfallecer ante esas palabras

— ¿que? por que dices eso, Dios dime que no es así porque en este momento voy y mato a ese hombre

— Tranquilízate, te dije que no la he revisado te digo que es posible porque no ha dejado de decir que no la toquen que no le haga eso, menciona a Rembert, lo conoces

— Maldito hijo de puta, te juro si ese malnacido se aprovecho de ella lo matare, su padre la vendió a ese hombre

— Pobre, bueno amigo no puedo hacer mas, Rosi sabe como medicarla y hay que ponerle paños frescos cada momento para que la fiebre baje

— Gracias amigo

— No es nada, me retiro mantenme informado cualquier complicación

William se dejo caer en su silla de cuero, estaba molesto y cansado su resaca no ayudaba, sentía culpa, si el no hubiera escuchado las perjuras contra ella, ella estaría bien, tenia los ojos cerrados cuando un par de voces lo llamaron

— Papá (sollozos), Elizabeth se va a morir

— Que dicen niños claro que no, ella se pondrá bien, vayan a cambiarse para desayunar

Los niños salieron cabizbajos del salón, William solo sus piro, en eso entro Rosi

— Señor la señorita Elizabeth a despertado y pregunta por usted

— Gracias Rosi

William subió a paso lento queria controlarse antes de entrar a hablar con Elizabeth, tenia muchas cosas que decir y pedir perdón, entro sin tocar y vio a Elizabeth con la mirada baja, William se aclaro la garganta 

— Elizabeth te sientes un poco mejor

— Si Conde muchas gracias por preguntar

William sintió que su rostro se encogía ante esa palabra "Conde", pero el había exigido ser llamado así. William se sentó en la orilla de la cama y dijo tomando la mano de Elizabeth.

— perdóname, por Elizabeth perdóname, me comporte como una basura, yo no tengo escusa pero tuve miedo,miedo que me utilizaras como lo hizo mi difunta esposa, sabes me di cuenta que me era infiel el día que murió,murió con su amante, tuvieron un accidente su carruaje cayó al río, fue un golpe muy fuerte para mi porque yo la amaba y cua do Anastasia me dijo todo lo que había visto de ti yo... Lo siento Elizabeth es mi culpa que estés así

— William, nones tu culpa que mi padre intentará matarme a golpes, gracias por sacarme de ahí

— no habría sido posible sin la señora de servicio

—¿señora de servicio?, En la casa no hay nadie William, la servidumbre llega todas las mañanas y se va en la tarde yo estaba sola

— que no puede ser, yo hablé con ella

— bueno creo que fue mi algel guardianquien te ayudo a sacarme de ahí

William se acercó a Elizabeth y unió sus frentes

— pues gracias a tu algel guardian, sabe ahora que lo medito se parecía a ti, mucho, era de piel clara, tenía los ojos de tu mismo color y parecían dos esmeraldas, su cabello era tan rubio que parecía blanco y tenía una sonrisa cálida

— acabas de describir a mi madre William

— bueno pequeña tu mamá me ayudó para que salieras de ahí, ahora descansa tiene temperatura aun, duerme preciosa yo velaré tu sueño

— Filip y Diego

— están preocupados por ti pero no quiero que te vean así, se asustaran mucho, duerme hermosa, estás a salvo, nada ni nadie va a lastimar te

Elizabeth se acomodo en el pecho de William, se dijo así misma que no era correcto pero el sueño la venció y se quedó profundamente dormida.






La InstitutrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora