Sentado en mi recámara, me encuentro frente a mi laptop, a mi izquierda una taza de café, -¿Qué demonios debo hacer? Está ocurriendo de nuevo- pienso. Son las 4 de la mañana y llevo aproximadamente tres horas tratando de expresar mi sentir al respecto de la situación que nos acontece al día de hoy, y es que, ¿Por qué se supone que debería darle vueltas al asunto? ¡No hay más nada que pensar! Sin embargo, mi subconsciente no está del todo de acuerdo y proyecta imágenes en mi cabeza de recuerdos con vos, que me hacen pensar en lo feliz que pudiese ser a tu lado, si tan sólo lo quisieses; y es que, ¿Cómo hacer para olvidar tus labios? Si cuando los recuerdo, me dan ganas de besarte de nuevo. Me parece increíble la manera en que la persona que te estabiliza es la misma que puede hacer parecer el mundo derrumbarse en cuestión de segundos; aunque así sea, creo que siempre estaré ahí... para ti, así sean las 3 am, porque he de ser fiel a ese comentario donde expresé que siempre estaría para ti. Son casi las 6 de la mañana, comienza a amanecer y el sol anuncia la llegada de un nuevo día, mientras que lo único que puedo concluir es que la quiero, con todas y cada una de las partes de mi corazón, y en mi defensa he de argumentar, que ella me besó primero; el café se ha terminado, es hora de dormir.
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Un día en la vida.
RomantizmEn la vida, simplemente hay que aprender a no ilusionarse.