Pasado...

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<<El primer beso>>

El día estaba soleado y con un clima bastante agradable, habían pasado ya varios días desde que la temporada de lluvias más intensa había dado tregua a la aldea de Iwagakure. La oportunidad perfecta para darse un baño en el río que recorría los alrededores, una que no desaprovechó el pequeño grupo de amigos conformado por Konan, Yahiko y Nagato.

La niña de ojos color ámbar se encontraba sentada bajo la sombra de un frondoso árbol que se encontraba muy cerca de la orilla del rió en que mojaba sus pies desnudos, mientras elaboraba con sus habilidosos dedos, figuras de papel con formas de flores de colores inspiradas en las  que se encontraban a su alrededor. Mientras tanto, los otros dos niños se encontraban dentro del río. Yahiko se encontraba en la zona más profunda, intentando encontrar el lugar perfecto para atrapar algunos peces para la hora de la comida, completamente ajeno a lo que sucedía a su alrededor, mientras Nagato vigilaba a la peliazul desde adentro, disfrutando del agua.

-¡Nagato!, suelta mis pies- exigió la chica con tono divertido.

-No hasta que entres al agua con nosotros.

-Está fría.

-Eso no importa, vamos!!

-Nagato, no molestes estoy muy ocupada- dijo ella fingiendo un gesto serio.

-Konan esos papeles no tienen ninguna importancia- dijo el pelirrojo cruzándose de brazos con gesto de aburrimiento, el rostro de la niña se transformo a uno de enfado y sus ganas de golpearlo no se hicieron esperar.

-Que sucede Konan acaso no intentaras venir por mi?

-No voy a entrar al agua si es lo que pretendes- dijo Konan astuta.

-Entonces me saldré con la mía- dijo el pelirrojo comenzando a lanzar agua con sus manos a la peliazul, mientras ella intentaba vanamente cubrirse con sus manos.

-Te esperare aquí y juro que te asesino.

-Te aburrirás y cansaras de esperarme por que no pienso salir de aquí en un buen rato.

-Deja de mojar mis flores-grito la niña molesta.

-Ven por mi- reto el.

-Ni lo sueñes.

-Vamos, mírate ya estás mojada.

-Te recuerdo Nagato, que tu y Yahiko no han tomado un baño en dos días, a diferencia de mi que me ducho cada día- dijo ella cruzándose de brazos.

-Si no vienes entonces tendré que ir por ti-dijo Nagato decidido.El pelirrojo se acerco lo suficiente a la niña tomándola por la muñeca antes de que ella escapase.

-Nooo!- grito la niña divertida.

-Vamos Konan- dijo Nagato tirando de su mano, haciéndola entrar al agua, quien al no pisar bien resbalo empapándose toda la ropa. Una vez que estuvo en pie con ayuda de su amigo arremetió en su contra lanzando agua sobre su rostro a toda velocidad.

Ambos niños se dedicaron a juguetear durante un largo rato, hasta que Konan resbaló encima de Nagato y sus rostros estuvieron demasiado cerca. La intención era separarse,  pero cuando sus miradas se encontraron en silencio, como si de magnetismo se tratase, sus labios se atrajeron hasta encontrarse en un intento de beso, que más que beso fue un simple contacto, que a ambos niños les acelero el corazón.

Konan se separó un poco asustada y se sentó en la orilla del Río fingiendo que nada sucedía, aunque su respiración agitada y sus mejillas sonrojadas dijeran lo contrario.

Nagato un poco avergonzado decidió que lo mejor era ir a ayudar a Yahiko con la carga de peces. Eso había sido un beso, un beso de verdad, como los que recordaba que sus padres compartían cuando creían que nadie les miraba. Nunca antes había dado un beso o algo parecido, sin embargo ahora nunca podría llegar a olvidarlo.

La figura del fondo de pronto se había convertido en el centro de atención de la niña. Su mejor amigo, aquel que la había rescatado de la soledad, Yahiko.

Esa tarde al volver al refugio Yahiko se encontraba de mal humor y con una actitud bastante cortante, Konan atribuía su mal humor al hecho de que el primer intento de pescado frito había resultado chamuscado, pero ella no veía el problema, era comida de cualquier modo. Nagato se encontraba distante, como para percatarse de algo, pero Konan podía sentir toda él aura negativa que Yahiko desprendía.

 Nagato se encontraba distante, como para percatarse de algo, pero Konan podía sentir toda él aura negativa que Yahiko desprendía

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6 razones de Konan (Naruto fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora