"Enviado"

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Para Guillermo existía una salida, de hecho era tan clara que no comprendía como es que no la ha visto.
La beca.
La excusa era perfecta para que se hiciera realidad.
Guillermo tomó el perfil académico de Samuel.
Adjunto las razones.
Buscó las direcciones y enviaría las solicitudes.
Lejos de ser una salida el adulto reconoce el talento del adolescente.
Samuel llegó en la tarde.
Esta vez no lucía como otras veces. Era diferente, totalmente diferente.
El profesor tenía que preguntar, pero en el fondo solo quería terminar con su ayuda.
Evitó hacer cualquier pregunta de la materia al notar lo distante de la mente de su alumno.
Lo haría, puso su mano sobre el brazo de Samuel y preguntaría.
-Esta todo bien en casa?
Pero no parecía que la mente de Sam estuviese en este lugar.
El castaño no es que quisiera hablar.
Puso su otra mano sobre la mano que tiene Guillermo sobre la de él.
-Podría, yo podría besarlo?
Era la primera vez que el adolescente lo preguntaba.
-Yo...
Era justo lo que el adulto quería evitar.
Samuel tomó su maleta, giró  la manija de la puerta y salió.
El profesor se sentía tan culpable.
Pero ya era tarde, Samuel había tomado ya el ascensor.
El adulto se dirigió a las escaleras.
Bajó tan de prisas que a Samuel le quedaba el último piso.
La puerta del ascensor se abrió. Guillermo se metió tan de prisa que lo último que Samuel vió fue las ganas del adulto por terminar con esa tristeza.
El profesor dejaría ceder, lo que pretendía es ver la actitud desafiante de su alumno.
Samuel lo tomó como la primera vez.
El ascensor subía nuevamente al piso del profesor.
Que decir, es que cada beso era un motivo,  cada motivo la necesidad de ambos.
Samuel se quedaría a dormir esa noche.
El día siguiente se fue con la ropa del profesor, una que Guillermo no ha usado. Eso fue decisión de ambos, ninguno era tan bobo como obviar los detalles y la percepción de las cámaras en los pasillos de la escuela

Do-Re-Mío...  (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora