10 - Golpe bajo

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— ¿Realmente no recuerdas nada del partido? ¿Cómo es eso posible? No te has golpeado la cabeza ¿O si?

El tono de Akashi sonaba más a una burla que a una preocupación y Akane frunció el ceño sin dirigirle la mirada, aun asi respondiendo su interrogatorio.

— Solo tengo pequeños "flashback" ¿si? Yo no.. — suspiró con pesadez — Yo no puedo controlarlo.

— ¿Tienes una explicación?

Akane volvió a fruncir tanto el ceño que se vio obligada a cerrar sus ojos con fuerza.

¿Por qué le importaba tanto? ¿Por qué tenía que cuestionarla así?

Akashi definitivamente no estaba mostrando el tacto que Akane necesitaba en ese momento. Ella no necesitaba que la cuestionen porque apenas ella podía entender el porqué de todo lo que le pasaba. Ella solo necesitaba que la abracen, que la ayuden a no deprimirse por perder la conciencia mientras hacía lo que más amaba, para que alguien más ocupara su lugar y aun así le cause un gran daño físico.

La imagen de Kasamatsu apareció en su mente y no pudo evitar sentirse peor. No había vuelto a tener contacto con él y eso le dolía aún más. Lo necesitaba, necesitaba a su amigo más que nunca y él no estaba.

Inoue estuvo entrenando muy duro para mantenerse fuerte y para ser la que más tiempo esté en la cancha, pero el resultado de ese partido le demostró que todo había sido en vano, que nada había cambiado y eso no solo la deprimía sino que le daba miedo, pánico. Ella realmente temía que su otro yo la dominara por completo para siempre.

— ¿Estas bien?

La voz del pelirrojo había sido reemplazada por una más dulce, sorprendiéndola pero aun así no quiso responder más. Se llamó al silencio y se quedó con sus ojos cerrados rogando caer dormida nuevamente y despertarse dos años después.

Akashi captó aquella indirecta muy directa de dar por cerrado el tema y caminó rodeando la cama para quedar nuevamente frente a ella. Y restandole total importancia a su espacio personal, se agacho dejando su nariz a roces del de la peliplata.

Aquella tardó unos segundos en sentir su presencia y al abrir sus ojos se encontró con la heterocromía de él activa despertando así la de ella. Su primer movimiento fue un acto reflejo de retroceder lo más posible de él rodando por la cama, pero algo pasó entonces. Por primera vez, ella sintió el dolor que la verdadera Akane estaba sintiendo. Aquel dolor muscular que la torturó desde el partido hasta ahora, pudo sentirlo.

Ni siquiera ella en ese momento supo deducir si eso era algo bueno o malo, solo que quería que se detuviera.

Seijuro estiró uno de sus brazos para tocar la espalda de la muchacha pero su voz la detuvo.

— No te me acerques.

Otra vez ese rechazo de su parte, rechazo que Seijuro no estaba dispuesto a aceptar. Bastante paciencia le había tenido, y él comenzaba a detestar aquella personalidad tanto como ella a él.

— Escucha una cosa. — la tomó del hombro obligándola nuevamente a mirarlo — Estás en mi casa, estás bajo mi techo por lo que yo soy quien da las órdenes aquí. Me comprometí con la enfermera a cuidarte hasta que tus lesiones sanen así que ahórrate tus caprichos.

No hace falta mencionar el odio con el que Akane lo miraba. Sus ojos daban una clara señal de querer asesinarlo en ese momento pero su no cuerpo no le obedecía.

— Nadie te pidió que lo hicieras y creí haberte dejado en claro que no te quiero cerca.

La mano de Akashi hizo presión sobre su hombro causando que Inoue gimiera de dolor.

‹  ¿A qué demonios esta jugando?  

— ¿¡Quien te crees que eres!?

Gritó con desespero y con un rápido movimiento logró que la soltara. Akashi tenia tatuada una mirada y una sonrisa tan perturbadora que le dio escalofríos. 

 —  Mientras estés en mi casa harás todo lo que yo diga.

Aquella sonrisa perturbadora le fue contagiada a Akane y sin dejar de mirarlo con desprecio retrucó:  

—  Estás de mente. Ni bien te des la vuelta me largaré de aquí.

Esta vez la mano de Seijuro capturó su mentón y acercó su rostro al limite de respirar el aire que la chica exhalaba.

 —  Tan solo inténtalo.   

  

Amo odiarte | Akashi SeijuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora