Harry. Día 9.

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El lunes por la mañana tengo ya claro que Harry el clásico tiene que irse. En primer lugar, no sale nada agraciado en la fotografía que publica el Bartlett Dirt. Se lo ve inquietantemente saludable; sospecho que es un santurrón, con todo eso de no fumar, el vegetarianismo y los cuellos subidos. Y en segundo lugar, no me cae bien. Es el tipo de chico que seguramente se lleva estupendamente con los profesores, aprueba todos los exámenes sorpresa y al que no le importa conducir el Saturn de su madre. Y  concretamente, no me creo que sea capaz de llegar a algo con Louis Tomlinson.

Me veo con Zayn en Goodwill durante la tercera hora. Tienen un establecimiento junto a la estación de tren, en un área que estaba simplemente abandonada, fábricas incendiadas y graffiti. Ahora han «regenerado» la zona, lo que significa que le han dado una mano de pintura y alguien ha decidido prestarle atención.

Zayn viene con Niall a modo de consejero de moda, aunque nunca lleva nada conjuntado, algo que jura hacer a propósito. Mientras Zayn habla con una de las vendedoras, Niall me sigue de expositor en expositor, bostezando. Inspecciona con pocas ganas los percheros con cazadoras de cuero.—¿Qué es exactamente lo que estamos buscando, Harry?

—Necesito regenerarme.  ¿Te has acostado tarde?

Sonríe, sus labios rosados se expanden.

— Liam dio una fiesta el sábado por la noche. Tuve sexo con Ryan.

Además de ser el novio de Liam, Ryan es el mayor gilipollas del instituto. Por algún motivo que desconozco, Niall le tiene echado el ojo desde primero.

—¿Y crees que él se acordará?

La sonrisa pierde algo de intensidad.

—Estaba bastante borracho, pero le dejé en el bolsillo una de estas. — Levanta la mano y me ensaña una de esas tarjetas que tienen los empresarios con su número y esas cosas para contratos.

—No sé por que no me sorprende.

—. Y bien, ¿qué andamos buscando?

—No lo sé. Algo que sea menos limpio y reluciente, tal vez un poco más sexy. Ya me he hartado de los ochenta.

Niall frunce el entrecejo.

—¿Es por ese... como se llame? ¿El ancho?

—Louis Tomlinson, y no es ancho. Tiene caderas.

—Y un culo sabroso, sabrosón —apunta Zayn, que se ha sumado a nosotros.

—No. — Niall niega con la cabeza con tanta fuerza y a tal velocidad que parece que esté dándole un ataque—. Tú no te vestirás para complacer a un chico. Tú tienes que vestirte para complacerte a ti. Si no le gustas por lo que eres, es que no lo necesitas para nada. —

Todo esto estaría muy bien si yo supiese quién soy yo. 

Niall prosigue—: ¿Es el chico del blog, ese que le gusta a la actriz Gemma Sterling? ¿La que ha salvado a su «loco compañero de clase» de saltar? Pues que lo jodan, a él y a su enorme culo.

No digo nada mientras despotrica sobre Louis, sobre Gemma Sterling, sobre el Bartlett Dirt. De pronto no quiero que Niall ni Zayn hablen sobre Louis, porque lo quiero solo para mí, como la navidad de cuando tenía ocho años —cuando las Navidades aún eran buenas— y me regalaron mi primera guitarra, a la que puse de nombre Prohibido el paso, como si nadie excepto yo pudiera tocarla.

Pero al final no me queda más remedio que interrumpirlo.

—Estaba en el accidente del pasado abril, en el que murió su hermana, cuando cayeron por el puente de la calle A.

Broken Soul (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora