Las cartas de mis sueños.

Prólogo.

El desierto es algo bastante curioso si lo piensas, pero porque alguien pensaría en el desierto, no lo sé. La playa es un lugar agradable cuando la arena no se mete por todos lados y aunque es imposible de evitarlo, soñar con la playa sigue gustandome porque al despertar la molestia de la arena ya no está. Soñé varias veces con la playa, recuerdo una vez en particular en que él apareció en mis sueños, mi chico misterioso, llamado así por mi falta de datos como su nombre o sus facciones, creo conocer de él su personalidad amable y divertida, con esa ternura e inocencia tan característica que no he visto en nadie más. Siempre puedo escuchar su risa y me siento afortunada de ello, realmente me agrada escucharla y no poder evitar seguirle esa risa tan libre. He soñado tantas veces con su dulce voz.
Recuerdo haberlo soñado triste, yo había tenido un gran día y me sentía feliz por ello pero al soñarlo pensé en la posibilidad de que el haya tenido un mal día, donde sea que estuviera, eso habría opacado la dulzura en su voz o apagaría el sonido de su risa que tanto me gustaba escuchar y en ese momento sería mi deber darle el ánimo que necesitaba y que muchas veces el me había dado a mi tan solo apareciendo en mis sueños, haciéndome sentir mejor con su presencia. En esa ocasión logré mi meta.
Muchas veces desperté queriendo recordar su rostro, quería recordarlo pero aunque en mis sueños era tan claro, tan palpable, al despertar solo era borrado de mi memoria como algo que no puede ser recordado porque nunca se vió. Lo que no olvidaba eran sus caricias, sus abrazos, su voz y su tan linda risa. Muchas veces me perdía pensando en la locura de que quizás él sería algo más que solo un sueño, quizá y solo quizá, el existiría en algún lado, soñando nuestros sueños, esperando verme o buscandome, y fue allí cuando lo decidí. Podía ser una locura, era una locura pero yo había aceptado estar loca y una locura sana no hace mal. Por eso salí en su búsqueda, visitando cada lugar que habíamos soñado, dejando cartas dedicadas a mi amor soñado.