Que error que e cometido, que me hará sufrir gracias a mi suerte, es que este sentimiento me hace sentir nuevamente que existo y que aún siento, dentro de este corazón una fibra de carne regresa a la vida y empieza palpitar, fue el veneno de su indiferencia el cual me convirtió en escritor, esta maldita obsesión por ella guío mis manos para escribir con tristeza odio, rabia y resentimiento como inspiración.
Hoy, tu niña linda has curado este corazón que comienza a latir por ti, pero mirá que pudiste aver cometido un grave error, pues es ahora contigo en quien pienso.
–Niña Dulcinea, ese será tu nombre, por que fue así como aquel famoso hidalgo de la mancha le llamo a la señora de sus pensamientos–
–Ohhhh pero q estúpido el sueño de este loco–
De dejar mi cuerpo dormido por las noches, y en una forma astral llegar hasta tu cama y recostarme junto a ti, con mi pecho como tu almohada y tu cuerpo inocente y desnudó sobre el mio, con mis brazos cubriendo tu espalda cual sabana...
–Niña, niña linda, pequeña traviesa, escucha mi corazón en lo profundo de mi pecho y pon atención a su calmado palpitar, mira sigue un ritmo de balada romántica, ese que uso para cantarte una canción–
Estas tan suave, tan quieta y delicada, no soy capaz de molestarte, prefiero verte dormir y cuidarte, así hasta el amanecer cuando tenga que regresar a mi cuerpo y afrontar un día más, sin ti...