Yo, mí, me, conmigo... Y sin tí.

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La verdad es que terminaron bastante tarde de ensayar, Marcos en ese aspecto tenía razón. Pero lo que también es verdad es que me lo pasé genial. Estuvimos bailando y haciendo el ganso todo el rato, incluso me bailé un par de sevillanas con Lilly, que por lo visto sabía bailarlas, cosa que me dejó flipada.

Llegó la hora de irnos, y yo le dije a Marcos que podríamos acercar a Ilyana a su casa, ya que estaba bastante lejos y su marido no estaría en su casa hasta más tarde, así que no podría recogerla.

-Que no, de verdad, que me cojo un taxi.- Dijo Ilyana.

-¡Qué dices mujer! A Marcos no le importa, de verdad. ¿A que sí, feo?- Dije yo poniéndole ojitos a mi novio.

-Lo que ella dice.- Dijo Marcos en un intento de hacer la gracia, pero no lo consiguió. La sonrisa de su boca no subió a sus ojos.

-Bueno, esta bien.- Dijo Ily encogiéndose de hombros.

El camino hacia su casa lo pasamos charlando entre ella y yo, ya que a Marcos parecía no interesarle la conversación.

-Muchas gracias por traerme chicos. Os veo pronto- Dijo saliendo del coche y tirando un beso al aire cuando llegamos a su urbanización.

Marcos dio marcha atrás y regresamos por donde habíamos llegado.

-Habéis estado geniales cielo. Si lo hacéis así en el conci lo bordáis.- Le dije a Marcos, intentando sacarle un tema de conversación.

-Gracias.- Contestó seco.

-¿Qué te pasa?- Se avecinan turbulencias, pensé.

-Nada.

-Pues no me lo creo.

-Pues creete lo que quieras.- Me contestó.

-Eso me lo confirma. Bueno, cuando quieras me lo cuentas.- Y dejé de hablarle para ponerme a mirar por la ventanilla.

Pasamos como cinco minutos los dos en silencio, cada uno en su mundo, hasta que Marcos decidió romperlo.

-¿Que te traes tu con Ilyana?

-¿Yo? ¿Que me voy a traer con ella?- Me acababa de quedar a cuadros.

-Sí, os lleváis muy bien ahora, ¿No?- Estaba... ¿Resentido?

-Bueno, sí, hemos hablado y no veo porque tengo que llevarme mal con ella.

-¿Así que sois amigas ahora no?

-Bueno, no amigas del todo, la acabo de conocer, pero sí.

-Pues a mí no me gusta eso.

-¿Cómo que no te gusta?- Le pregunté

-Que no quiero que te relaciones con ella.

-Ah, así que ahora puedes decirme con quién sí y con quién no puedo relacionarme. Pues la llevas muy clara, cariño. Creo que soy demasiado mayorcita para saber con quién quiero relacionarme.- ¿De verdad me estaba diciendo eso?

-Ya sabes lo mal que lo he pasado por ella.

-Sí, y ya veo lo que te importa. Tú también eres su amigo.

-Pero no es lo mismo. Tu eres mi novia, y ella mi ex. No me entra en la cabeza que os llevéis bien.

-¿Y? Eso no es culpa mía, y creo que de ella tampoco. Me cae bien, y es lo que importa. Y vas a tener que aprender a aguantarte, porque pienso hacer lo que me de la gana. Te guste como si no.

-¿Ah sí? ¿Te importa más una desconocida que tu novio?

-No. Tú me importas más. Pero lo que me importa más todavía soy yo misma. No pienso dejar que controles con quien puedo llevarme bien. Ni en sueños vamos.

Promise me the moon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora