Querido Dam:
Hoy pasé mi tiempo dándole los retoques finales a tu sorpresa mientras estabas en el trabajo, realmente vas a amarlo. He puesto todo mi esfuerzo en ello, ¿Sabes? Llegaste a casa a las ocho y treinta de nuevo, y viste mi carta casi inmediatamente. Empecé a sonreír mientras la abrías, esperando a ver tu reacción. Te veías confundido al principio, después alarmado y finalmente horrorizado. Empezaste a temblar violentamente y vi que empezabas a llorar... ¿No te gusto, Dam? ¿Por qué llorabas? ¿No me amas? ¿ACASO NO ME AMAS, DAMIÁN?
Todo lo que pasó después de eso fue un borrón. Volteaste al armario sin dejar de sollozar, como contemplando la opción de abrirlo o no. En su lugar, pasaste corriendo entre el armario y la puerta. Cuando volviste tenías todas mis cartas, que no tardaste en leer.. bueno. En algún momento parecía que ibas a romperte y hacerte un ovillo en el suelo. Estabas desesperado por decir algo, pero totalmente paralizado por el miedo.
Después de diez minutos, te vi mirar bajo la cama, en el conducto de ventilación, en cualquier lugar en el que pudiese estar. Verás, Dami, soy más inteligente que tú. Sabía que ibas a buscarme en esos lugares, así que encontré un mejor lugar después de terminar tu sorpresa. Núnca me encontrarás acá, nadie lo hará. ¿No es genial? Puedo observarte para siempre y no hay nada que vos o otros giles puedan hacer.
Aunque, todavía no viste tu sorpresa Damiancito. Sé que aún seguías pensando en ello, te vi mirar el armario repetidamente. ¿Qué podría haber ahí? ¿Qué ibas a encontrar? Esto no podía durar para siempre, vos y yo lo sabíamos. Vi que caminabas lentamente hacia el armario buscando a tiendas el mango para abrirlo. De subito, lo agarraste firmemente y lo abriste.
Era un libro de recuerdos, de tí y de mí. Te vi pasar las páginas, parecías sorprendido. Nos saqué fotos juntos cuando no estabas mirando, fotos de vos durmiendo, fotos de vos en la computadora; esparcí los cabellos que coleccioné en el. También pegué fotografías de parejas juntos, con nuestros rostros, por supuesto.
Y la fotografía de ti y ese estúpido al fondo con su cabeza desgarrada. ¿No terminas de entenderlo, verdad, Damián? Nadie, NADIE puede tenerte excepto yo. Estamos hechos el uno para el otro, y para nadie más.Te vi llorar por unos treinta minutos, luego te paraste y corriste fuera de tu departamento. Volviste con muchos policías. Eso me desconcertó. ¿Por qué traerías a esas personas a nuestro cuarto? Ellos núnca me encontrarán, pero si lo hiciesen podrían arruinar todo. Todo mi trabajo en las últimas semanas sería en vano. Y no quieres eso, Dam.
Estoy exhausto por el trabajo de hoy, y por más que te ame necesito dormir.
Buenas noches MI Dami
Con amor, tu Marcos.
NACHOTO GANÓ LA REDBULL, RE MIL MERECIDO LO AMO LO AMO