Hinata Shōyō abrió los ojos perozoso, un hilo de saliva se escabullía de su boca. Sorprendido, lo primero que vio fue a su hermana pequeña Natsu con un pedazo de pastel y a su madre con serpentinas y globos.
Claro, ¡era 21 de Junio!
— ¡Feliz cumpleaños, Shōyō! — exclamaron al mismo tiempo las dos chicas.
El chico de cabellos naranjas saltó de alegría y tomó con rapidez el pedazo de pastel para llevarlo a su boca y saborearlo. Definitivamente los pasteles que preparaba su mamá eran los mejores.
— ¡Ah! ¡Gracias! — Agradeció Hinata. Natsu le tiró el uniforme escolar en la cara haciendo que este se tropezara.
La pequeña antes de ser regañada salió corriendo.
— ¡MALDITA NIÑA! ¡YA NO JUGARÉ CONTIGO! — exclamó para que hasta los vecinos escucharan, su madre le dio una mirada enojada y luego apareció una pequeña Natsu sollozando lo que hizo que a Hinata le diera justo en la consciencia. — ¡e-e-era broma! — trató de tranquilizarla. — ¡te compraré dulces! ¿sí? te lo prometo.
Natsu asintió, para después regalarle una sonrisa. Tal vez fue imaginación de Shōyō escuchar un pequeño "caíste".
Luego de todo el show, Hinata corrió a la preparatoria para las prácticas, (no sin comprarle primero los dulces a su hermana despidiéndose de un pequeño ahorro)
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No se esperaba que al llegar, la puerta del gimnasio estara abierta, había un silencio incómodo, sólo se oía el canto de algunas aves provenientes de algunos árboles de afuera.
Apenas dando un paso hacia dentro, unas figuras humanas se le lanzaron encima, eran Tanaka y Nishinoya.
Hinata no pudo mantener el equilibrio y cayeron los 3 al suelo.
— ¡Feliz cumpleaños, Shōyō! — exclamó con entusiasmo el líbero brindándole un abrazo.
— ¡Ahora eres un año más viejo! — comentó Ryū, desordenando los cabellos naranjas del menor para luego carcajearse.
— Hey, tengan cuidado, ¡van a lastimarse! — se escuchó a Sugawara acercándose para ayudarlos a que se pongan de pie.— feliz cumpleaños, Hinata.— dijo de una vez, dándole un cálido abrazo, Shōyō dibujó una adorable sonrisa correspondiendo.
En eso llegó Daichi, pero en vez de saludarlo con un abrazo, fue con un apretón de manos. — Feliz cumpleaños.— Hinata no borraba la boba sonrisa de su rostro.
De fondo se pudo escuchar las risas del amargado de Tsukishima, Shōyō no pudo evitar ignorarlo y se acercó. — ¿¡DE QUÉ TE RÍES TSUKISHIMA!?
— Feliz cumpleaños, Hinata.— intervino Yamaguchi. Kei no respondió nada, antes de todo había prometido no actuar como "idiota", él sólo quería irse a casa. — lo digo también de parte de Tsukki.
Hinata lo vio algo soprendido y sólo se rió. — ¡Gracias!
No pasó tanto tiempo para que llegaran las mánager, Kageyama llegó atrás de ellas, sin embargo evitó la mirada de Hinata.
Este día no fue ninguno diferente a otro, hubieron movimientos, gritos, rechinidos, nada fuera de lo común. Excepto por los notables sonrojos de la mánager Hitoka Yachi, todos la notaron nerviosa al momento de felicitar a Shōyō, este también, no mencionó nada.
Tal vez le preocupaba más el hecho de que Kageyama lo estaba ignorando, Sugawara le comentó que últimamente se veía estresado, Hinata no pudo evitar sentirse preocupado. Después de todo se escondía un profundo sentimiento que el número 10 de Karasuno no podía descifrar o entender, lo que le incomodaba.
Tobio era su colocador, era la persona con que más confiaba, a pesar de las peleas y las pequeñas discusiones, Hinata sabía que tenía algo más que lo volvía loco, ¿tal vez sus ojos azules? ¿su adorable forma de avergonzarse? algo que... no podía descifrar.
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Ya en la hora de volver a casa, era la primera vez que Shōyo pensó "el día pasó demasiado lento" o tal vez era porque esperaba algo.
Algo de alguien.
¡De alguien que no le ha dirigido la palabra en todo el día! ¡Le frustraba demasiado! ¡Maldito Kageyama!
— Hinata.— era casualidad que justamente en el momento que lo maldecía lo haya llamado. — Vamos a casa juntos.— terminó de hablar el pelinegro y prosiguió a buscar sus cosas, Shōyō solamente asintió.
Se despidieron de todos y comenzaron su caminata. Tobio parecía muy pensativo, Hinata no se subió a su bicicleta, prefería seguirle el paso a Kageyama y aprovechaba en ocasiones verlo.
El cabello del pelinegro era sedoso, Shōyō comenzó a preguntarse que se sentiría acariciarlo, viendo sus ojos color marino bajo la luz de la luna. Sin darse cuenta se había quedado observando fijamente con un dedo apoyado en sus labios.
Kageyama se percató de ello. — Oye.— lo sacó de sus pensamientos, Hinata dio un leve salto hacia atrás y desvió su mirada, se daba notar un sonrojo en sus mejillas por lo que Tobio se acercó — ¿qué te sucede?
El más bajo le dedicó un puchero. —eso debería preguntartelo a ti — respondió. — no me hablaste en todo el día y evitabas verme.
Kageyama chasqueó la lengua y no respondió, sin embargo Shōyō no quiso dejarlo ahí.
— ¿¡Acaso estás enojado conmigo!? — preguntó, Tobio negó, Hinata no quedó conforme con ello. — ¿¡Qué diablos te sucede, idiota!?
El pelinegro molesto frunció el ceño. — ¿¡A quién llamas idiota, idiota!? — exclamó.
— ¡Claro que a ti, idiota! — respondió Shōyō, tal vez haya sido su imaginación escuchar un "shhh" proveniente de algún hogar de por allí. Sus discusiones eran tan absurdas.
En el momento de separarse, Kageyama se detuvo y se dirigió al de cabello naranja. — Lo siento.— Hinata se mostraba confundido. —No pude conseguir un regalo y estaba frustrado por eso, tampoco te deseé un feliz cumpleaños.
El pequeño bloqueador central dibujó una sonrisa. — ¡Mi cumpleaños aún no ha terminado, Kageyama! — comentó.
Tobio con una leve sonrisa tomó aire. — Feliz cumpleaños, Hinata.— se hizo notar un color carmín en sus mejillas. — Perdóname por no conseguir un regalo.— El más bajo rodó los ojos.
— No hay problema Kageyama, el haberte conocido fue mi mejor regalo.— soltó Shōyō sin rodeos, explotando sus mejillas en rojo. — Eh, eh, c-creo que ya me voy.— bajó la mirada para subir a su bicicleta.
No pudo terminar dicha acción, Tobio rápidamente apoyó sus manos en el rostro del contrario y rozó sus labios con los ajenos dando un dulce beso, uno pequeño, pero que expresaba miles de sentimientos.
Al alejarse, Kageyama desvió la mirada. — S-Supongo que con eso está bien.— se cubrió el rostro, intentando que no se vea el sonrojo en sus mejillas.
— . . . Quiero otro.— terminó diciendo Hinata
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¡Feliz cumpleaños Hinata!
FanfictionHinata Shōyō abrió los ojos perozoso, un hilo de saliva se escabullía de su boca. Sorprendido, lo primero que vio fue a su hermana pequeña Natsu con un pedazo de pastel y a su madre con serpentinas y globos. Claro, ¡era 21 de Junio! ------------- ×...