✝SATAN's Princess✝ ∆KaiSoo∆

✝SATAN's Princess✝

  —¡PIEDAD, POR FAVOR!

  —Llegó tu hora...

  —¡TE DARÉ LO QUE SEA! ¡PERO POR FAVOR NO ME MATES!

  —¿Creías que el llamado 666 era mentira, verdad?

  —¡LO SIENTO! ¡JURO QUE NO LO SABÍA! ¡NO LO VOLVERÉ A HACER!

  —Muejeje... Muy tarde para eso, estúpido mortal...— Voz tenebrosa hace eco por todo el lugar.

  Saca detrás de su ancha espalda de piel roja su puntiagudo tridente del mismo color, apuntando al pálido humano, quien tenía sus tobillos y muñecas presas en filosos dientes de gigantes lobos negros. El Gran Dios del Mal, conocido como El Diablo, o mejor llamado, Satán o Satanás, del tamaño de dos jirafas y con exagerados músculos de color rojo vivo, apunta al hombre que tiene frente a él. De sus diabólicos ojos rojos salen flameantes llamas del fuego más intenso y los cuernos, negros como la noche, sobre su cabeza apuntando con sus curvas a su víctima. El humano amarrado llora y grita por su vida, viendo los filos del tridente que le darán fin a su vida.

  Satán ríe como su profunda y terrorífica voz puede crear la perfecta risa malvada, con su rojo tridente en alto, lo deja caer hacia el humano, con los ojos abiertos para ver su preciada escena de muerte que tanto disfruta.

  —¡¿Padre?!

  El hombre quien gritaba, se le va cayendo la voz hasta ser inaudible. Abre un ojo, encontrándose con una de las púas del tridente a milímetros de su rostro, sin llegar a tocarlo.

  El Dios del Mal se había quedado inmovilizado al escuchar aquella voz que día a día lo persigue.

  —¡Padre!

  El terrorífico rojo con cuernos esconde con movimientos nerviosos su tridente tras él -algo estúpido pues doblaba su tamaño-.

  —¡P-Princesa! ¿Cómo está el amor de papi?— La espantosa voz desaparece y su sonrisa asustada hacia su descendiente, quien lo miraba notablemente molesto y golpeando su pie en el rocoso suelo insistentemente.

  —¡Estoy cansado de decírtelo! ¿Dónde. Está. Mí. Esclavo?— Resalta cada palabra con mucha seriedad, su ceño fruncido y sus labios gruesos haciendo la mueca que tanto estresa a su padre —¡LuHan ya tiene uno! Su padre Lucifer se lo concedió a penas lo reclamó. ¡¿Y tú qué?! ¡Quiero el mío!

  Satán suspira frustrado, pasando su roja mano con largas uñas negras por sus ojos, y con una última mirada a su hijo, se voltea hacia el hombre.

  —¿Me esperas un segundo?— alza uno de sus dedos, y la víctima -el pobre estaba traumado por su casi muerte- solo asiente con la cabeza sudando por el susto. —Bien.— Con pasos que hacen temblar todo el infierno, se acerca a su hijo quien tiene la apariencia de un simple humano. —¡¿Cúantas veces te he dicho que no me interrumpas en el trabajo?!

  —¡¿Te atreves a usar tu vocesota contra mí?!— Su hijo de ojos grandes y redondos, notablemente ofendido deja pálido a su padre. —¡Le diré a mamá!

  —¡No, no, no! Está bien, princesa, lo siento.— Satanás deja su voz de muerte antes de que la siga cagando.

  —Más te vale.— El pequeño hijo del demonio tiene sus brazos cruzados mirando a su progenitor con grandeza. —Quiero para hoy mi esclavo, o ya sabes lo que pasará. Y mamá dijo que la comida estará lista.

  Con esas últimas palabras, salió del lugar meneando la cadera mientras texteaba rápidamente en su celular. Satanás suspira y de su boca sale humo.