5.

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No tenía ni idea de lo que hacía allí

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No tenía ni idea de lo que hacía allí.

—No sé si esto... —Comencé a hablar algo asustada. —No sé si esto está bien.

Él negó con la cabeza y sonrió.

—Eres tan inocente. —Suspiró mirándome. —¿Me dejas corromperte?

Le miré algo asustada no sabía a qué se refería pero asentí.

En aquella época yo ya estaba más que colada por sus huesos. Y seguramente él también por los míos, pero de diferente manera.

—Me voy a caer. —Sentencié moviendo el pie un poco más arriba de mi rodilla, impulsándome con las manos. —Me voy a caer. —Repetí resoplando. —¿Por qué te hice caso? ¡Maldita sea!

—Porque dije que sería divertido.

—¿Acaso lo está siendo? —Grité medio enfadada medio riéndome, tendría una buena anécdota para el futuro, si seguía viva entonces.

—Para mí sí.

Miré hacia arriba. Hacia él. Se le veía divertido con su sonrisa prepotente dibujada en su pálida cara de marfil. Su pelo estaba despeinado por culpa de la brisa nocturna de verano y por mis manos hacia unos minutos. Me encantaba removerle el cabello azabache que tenía.

Volví mi vista a mi cuerpo, miré hacia abajo, arrepintiéndome.

Recuérdame el por qué he accedido a esto. —Susurré con cierta tartamudez. El suelo estaba bastante lejos de mí. La caída haría que me rompiese un par de huesos o más.

—Porque soy irresistible.

—¿Y eso qué tendrá que ver? —Hablé mirándole de nuevo levantando una ceja. Era un creído y lo peor era que me gustaba.

—Harías todo lo que te pidiese, amor.
—Suspiré, tenía razón.

—No tienes remedio. —Volví la mirada a mis manos y en un rápido movimiento de éstas me coloqué unos centímetros más arriba de donde estaba. —¿Qué tal si me ayudas?

Sus ojos cayeron en mí y sonrió de nuevo.

—¿Por qué haría yo eso?

—Por qué no quieres que muera. —Respondí con forma de pregunta sin respuesta. —Creo. —Dudé al ver su expresión. Su sonrisa se hizo más ancha y negué con la cabeza.

—Dame la mano. —Dijo estirándose para tener más accesibilidad a mi cuerpo. —Ahora.

Y así hice.

En un rápido movimiento me coloqué justo a su lado. Dejé caer un largo suspiro de cansancio y giré mi cabeza hacia la derecha, donde él se encontraba.

—Estás loco.

—Y estoy orgulloso de ello. —Reí ante su respuesta. Estaba loco, pero yo también, y era la mejor sensación del mundo.

Me hacía sentir tan bien en un principio. Se sentía inmortal, interminable e irresistible para mí. Tenía eso que todos querían tener, pero que solo él tenía.

—Ahora entiendo el por qué querías subir aquí arriba. —Dije mirando a la nada. —Es todo tan...

—Imposible. —Acabó la frase por mí el moreno.

Fruncí el ceño y pregunté el por qué de ese adjetivo, no era justamente el que estaba pensando, aunque era normal, él y yo casi nunca coincidíamos en algo más que la muerte.

—Imposible es la palabra perfecta para definir esto.

—Increíble es la palabra perfecta para definir esto. —Copié sus palabras remplazando su error.

—Es imposible ya que esto no es posible.

—El conocimiento es poder. —Dije bromeando rodando los ojos teatralmente. El moreno solo me miró y imitó mi gesto.

—¿Quieres bajar? —Preguntó posicionando su brazo alrededor de mis hombros, haciendo que mi cabeza se girase en su dirección.

Negué con la cabeza lentamente, respirando profundamente y viviendo el momento casi sin preocupaciones, solo la de poder caer. Pero con él no lo iba a hacer. Porqué con él, yo, nosotros, éramos inmortales.

—¿Sabes lo mejor? —Pregunté sin esperar respuesta. —Después de todos estos días juntos sigo sin saber tu nombre. —Dirigí la mirada hacia abajo, hacia el suelo. Nos encontrábamos en lo que sería a partir de ese momento, nuestro lugar.
Mi tejado.

—Tampoco nunca antes me lo habías preguntado.

—Y no lo he hecho. —Levanté los hombros y los dejé caer sin importancia. —Tú nunca me lo has dicho.

—Me llamaré como tú quieras que quieras que me llame. —Y reí de nuevo por su ocurrencia. Sus respuestas no eran nunca las que esperaba.

Reí sin pensar en lo que eso realmente significaba.

Porque yo, enamorada del mal, nunca me daba cuenta del bien.

Ese fui el primer día en mi tejado.

El primer día de todas esas noches de verano.

Una chica enamorada, un error en potencia.

Y lo peor de todo, una muerte lenta y dolorosa.

******

Hola hola quería aclarar una cosita por si no entendéis la historia jeje.

A lo mejor no entendéis el porqué de esto si al principio la chica estaba secuestrada, después no, luego hay un diario y luego está en un tejado.

La historia tiene saltos todo el tiempo, no tiene orden y es la gracia de ello. Es decir aparecerán todas las escenas pero no seguidas.

Atentos a los detalles...

Me encantaría opiniones y comentarios:(

--Wxnder Xx

DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora