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Me sentía intranquila, nerviosa, esa última frase que el doctor mencionó hizo que me quedara en shock por un instante.

- Kanato, Reiji y Subaru lleven a Anne a casa- ordenó Karl Heinz -los demás tendremos que esperar.

- ¿Qué?- dije sorprendida y frustrada -no espere, me tengo que quedar.

- Anne, ya has hecho demasiado y estás cansada, mejor ve a casa y descansa un rato. No te preocupes.

- ¿Cómo quiere que no esté preocupada?- después de decir esto me contuve y recordé a quien le estaba gritando- lo siento, no fue mi intención.

Todos se me quedaron mirando, me moría de vergüenza pero no lo podía contener, la había estado cuidando tanto tiempo que la niña para mí era como una hermana que nunca tuve.
El señor Sakamaki hizo una seña de entendimiento, me sorprendió.

- Anne, te entiendo perfectamente, pero estas débil, debes descansar si no tú también terminarás en el hospital.

- Lo siento es sólo que me asusté- dije esto haciendo una reverencia.

- No te preocupes, estará bien y los chicos cuidaran de ti y de ella.

Esas palabras me dieron algo de consuelo por lo que me logré tranquilizar.

- Okay. Chicos por favor cuidenla- hize un pequeña reverencia y antes de dar vuelta alguien me jalo del brazo.

- No te preocupes, está en buenas manos. Cuídate.- dijo con ternura y lo termino dando un beso en mi frente.

- Gracias- dije con un pequeña sonrisa.- Me voy.

Salimos, subimos a la limusina y fuimos a casa. En todo el viaje solo se escuchaba a Kanato hablando con Teddy, Reiji leía y Subaru hacía lo mismo que yo, mirar por la ventana. Tenía tantos pensamientos en la cabeza hasta que por el cansancio, me imagino, caí dormida.

Pov Karl Heinz

Al verla gritando, casi rogando por qué se quedará junto a la niña ví algo que nunca ví con mis tres esposas, algo que cualquier madre da a excepción de ellas, cariño, fue algo que me sorprendió.

Después de pensarlo esta chica es alguien a quien no podemos dejar escapar, a parte de que tiene la sangre ideal, es buena y atenta y se ve que se está llevando cada día mejor con mis hijos, tengo una idea, algo que sin duda los dejara helados y espantados al mismo tiempo, sólo que será mentira.

Seguíamos en el hospital, unas dos horas habían pasado desde que Anne y los chicos se habían ido, por lo que decidí decirles. Me levante decidido por lo que todos me voltearon a ver.

- Tengo algo que comentarles y quiero que todos me escuchen porque solo lo diré una vez, se lo tendrán que contar ustedes a sus hermanos pero no a Anne.

- Ya dilo de una vez- dijo Shu dormitando

- Si Anne no escoje a uno de ustedes, la casaré...- no pude terminar ya que alguien me interrumpió.

- Con alguno de nosotros a fuerzas, si eso ya lo sabemos- dijo Ayato arrogante como siempre.

- No, no es así querido hijo- dije con tono de burla.

- ¿Entonces a qué refieres?

- Se casará conmigo.

Todos me voltearon a ver, si la mirada matara ya estaría muerto.

- ¡¡Estás loco o que te pasa!! Ella es una chica joven y tú ya eres un viejo.

- Vaya que ofendes. Pero así será.

¿Novia o niñera?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora