Oliv:
Querido mejor amigo, nunca te dije mejor amigo, simplemente fuiste mi hermano y lo serás siempre. Te cuento que gané la apuesta que hicimos cuando estábamos en 3er grado, donde te dije que en cualquier momento la chica que tenía la guitarra sería mi novia, ahora me debes un helado; dejé de gastar el dinero en chucherías y ahorré hasta comprarme un violín, sabes que mi mamá no podía comprarlo y aun así yo lo hice porque necesitaba acercarme a ella, la inversión valió la pena y es mi novia. Si estuvieras aquí le dijeras cuñada. El mismo día que la conocí como tal nos presentamos y nos sonreímos, luego la invité al café y fuimos, supongo que me vio cara de pobre porque no aceptó nada de lo que había en el menú pero al menos habló conmigo, le conté que me encantaba desde hace tanto y ¿Qué tal? También le gusto. Al día siguiente fuimos al parque, me conmovió estar con ella en ese parque y que no estuvieras tú desde lejos picándome el ojo.
Hablé con mamá ese día en la noche, ella fue quien me dijo que la invitará a salir, me habló y me escuchó, ahorita ella trabaja casi todo el día y se esfuerza mucho por mis y mis hermanos, es la mejor. Bueno, ese día que fuimos al parque fue un sábado y fue hace dos semanas, ahí tomamos café, compramos algodón de azúcar y helados. Cuando nos despedíamos le di un beso, chiquitico y dulce y un segundo después llegó su padre, (sudé frío) pero nada malo pasó. Besarla a ella fue probar el cielo, ninguna mujer había tenido antes labios tan deliciosos.
Como bien sabes que me falta un tornillo, al día siguiente le compré unas orquídeas y fui a su casa ¿Te acuerdas el día que corrimos tras el auto de su padre para saber donde vivía? Jamás lo olvidaré y jamás olvidaré ese camino. Ahí me abrió su madre y ella estaba en pijamas, ¡Se veía tan preciosa! La señora me invitó a pasar y desayuné con ellos, después ella se fue a arreglar y salió de su habitación aún más preciosa.
Tenía como un sustico pero al rato se me pasó entonces me puse a hablarle a sus padres de ella, parecía estúpido, le conté todo lo que me gustaba su hija, su madre estaba emocionada y su padre parecía molesto, aunque en el fondo también estaba feliz, eso puedo afirmarlo, sino me fuera echado de su casa y con una "pequeña" amenaza, me dejó salir con su hija, yo le tomé la mano y su mamá me regaló un dulcito bastante sabroso. Y se llama Kamille pero yo le digo Kam.
Y es perfecta, es tan hermosa como la melodía de su guitarra. Han pasado tantas cosas desde que te fuiste, como quisiera no escribirte, sino contarte mientras jugamos baloncesto en la cancha. Estos tres años desde que te arrebataron la vida sólo por robarte un par de zapatos han sido tan difíciles. Ahora tengo un amigo que me escucha y me acompaña a todos lados, él también sabe de Kam mas no tanto como lo sabías tú, te extraño, espero que desde el cielo me ayudes a hacer todo bien con ella.
Con amor, Oliv.