Otabek Altin, un joven de 15 que se mostraba escéptico siempre que se le hablaba de convivir con otras personas, no es porque las odiaras, pero prefería no lidiar con nadie que no fuera el mismo. Sonaba egoísta, pero era mas sencillo de manejar. Per...
Una cálida tarde en Kazakstán, Otabek recién había llegado de la NHK Trophy con un linda y reluciente medalla de oro, a sus 18 años su nombre se hacia presente en la farándula con respecto a patinaje artístico en hielo. El chico nunca había sido amante de la fama, pero si por ello su talento era reconocido, lo hacía sentir orgulloso. Le encantaba el hielo, el arte y los sentimientos que podía representar estando en la pista. Después de ponerse al corriente con sus padres y de la felicitación de amigos y seres queridos por su reciente logro, se dirigió a su habitación, tomo su computador y se tumbó en su cama a descansar un poco. Viendo las recientes noticias del mundo del patinaje, recordó que al igual que él, había otra persona en el mundo que le apasionaba el hielo tanto como a el. Eran tan diferentes pero compartían el mismo talento, ambos comenzaban a aparecer sobre el podio, cada vez mas arriba.
¿Cuando será el día que te olvide? -El joven kazajo miraba atentamente la pantalla, apreciando aquella imagen donde su persona especial aparecía, tantos años y le era mas que imposible aceptar el no coincidir nunca mas. Un suspiro se coló por sus labios, lo extrañaba y mas que nunca, anhelaba con fuerza el poder estar en esos momentos con él. Decidió seguir leyendo la noticia, hasta llegar al punto en el que su corazón se comenzó a acelerar, pero no le gustaba precipitar las cosas así que se sumergió mas en Internet en búsqueda de confirmar aquello que provocó a su corazón. No tardó en encontrar titulares con aquel nombre que jamas se borraba de su mente.
"El joven patinador J.J. se lleva el oro de Canadá a Barcelona" . Su emoción incrementaba conforme leía mas sobre el, le alegraba demasiado no solo el hecho de que lo podría encontrar en aquella competencia, si no que estaba teniendo éxito.
Planes e ideas iban y venían de su mente al imaginar en aquel futuro, donde quizá no sea lo mismo, pero podrían convivir una vez más. Hasta que de pronto apareció ante sus ojos otra noticia que enterró sus ánimos. No era una, eran muchas relacionadas a ese tema.
"J.J. , ¿Comprometido?" "Patinador Jean-Jaques nos cuenta sus planes con su novia" "J.J. nos cuenta sobre su nuevo compromiso".
Su mente quería convencerse de que eran solo rumores, pero bien dicen, la curiosidad mató al gato y eso sucedió con Otabek al abrir uno de los links que dirigían a aquella noticia y ver la foto de la actual pareja de su ex novio.
Sintió como todas aquellas ilusiones de volverlo a ver se habían esfumado, la esperanza de volver con el era casi nula pero ahora era completamente imposible. El alma se le fue y sentía un vacío, quería gritar, llorar y patear lo que se le atravesara. El sonido de su celular lo trajo de sus pensamientos y haciéndole reaccionar, era su entrenador.
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El día tan esperado estaba cada vez mas cerca, despertó muy temprano, sobre todo por la motivación que cada vez estaba mas cerca de estar con la persona que amaba. Encendió su celular y comenzó a revisar sus aplicaciones, contestó algunos mensajes de amigos que le deseaban buen viaje, todos los días despertaba con la esperanza de recibir solo un mensaje de él, pero ya habían pasado dos años de aquello.
