"Who is the monster?
Yo no lo soy, yo soy nada.
Yo solo quiero vivir en paz.
Yo solo quiero a mi familia de vuelta, quiero a mi mamá y a mi papá.
Yo solo quiero a alguien que me ame y me quiera a pesar de lo que soy.
No soy un monstruo pero a la vista del resto lo soy.....Irónico pues ante mi vista ellos son los monstruos.
Ya me harté, si quieren un monstruo se los daré. Me bañare en su sangre y me comeré su carne.
Hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianas por igual, devoraré a todos por igual, devoraré hasta saciar mi apetito.... Me atiborrare con su carne y su sangre
Yo no soy un monstruo pero el mundo quiso que lo fuera y lo seré.
Pasen y lean mi historia, lean con atención y lleguen a su propia conclusión.... Aunque la verdad, no es necesario pues su opinión me importa poco, yo rijo mi vida como a mi me plasca"El maestro de ceremonias, un hombre alto y algo fornido vistiendo un traje carnavalesco de llamativos colores, entre ellos azul y rojo, junto a un gran sombrero de copa completamente negro con líneas horizontales rojas. Una gran sonrisa adornaba su rostro y que apenas era visible por la tupida barba negra de la cual estaba orgulloso, piel blanca, cabello rizado y de un negro carbón opaco, medía 1,97 m de alto.
Todo los espectadores que esta noche habían decidido asistir a la función de hoy del afamado Circo "Bombasto", estaban atentos a todo movimiento, palabra y gesto que mostraba aquel hombre.
Pronto hicieron acto de presencia los tan aclamados payasos que realizaban su acto al ritmo de la animada música, bromas por doquier en las cuales se veían involucrados algunos espectadores que no paraban de reír.
Pronto los payasos se retiraron para dar paso a cada uno de los demás artistas circenses que se presentarían esta noche, todo era risas, todo era gozo y asombro, todo era increíble y maravilloso según los espectadores.
Los adultos no paraban de reír mientras que los niños miraban con asombro cada uno de los actos, sus ojos irradiaban aquella luz de inocencia que no debía ser manchada.
La noche avanzo y como era de esperar el maestro de ceremonias decidió realizar el último acto de esta noche, presentar a la última artista y a sus acompañantes.-Damas y Caballeros, Niños y Niñas de todas las edades!!!<Grito eufóricamente>Es un gran honor el haberlos tenido en esta noche y es un gusto para mi y mis compañeros el haberlos visto disfrutar de nuestros actos!!!<Su voz se oía alegre y cautivadora para las masas>Pero lamento informar que el show esta por terminar por lo que presentaremos nuestro último acto por esta noche!!!<Prosiguió con su discurso mientras dirigía su vista hacia el gran telón que yacía a espaldas de él>Es un honor el presentarles a nuestra mejor artista. La Reina de las bestias, Dorothy L. Blood!!!!<Finalizo con entusiasmo la presentación>
En ese instante las luces se apagaron dejando a oscuras el interior la gigantesca carpa, los espectadores no sabían que pasaban mientras que los niños comenzaron a asustarse.
Todo era silencioso, no había ni el más mínimo ruido salvo el de los pasos de una persona que por el sonido se podría decir que caminaba con calma pero estos también pararon dejando el interior de la carpa en un silencio total hasta que dos potentes y estremecedores rugidos se escucharon en todo el lugar asustando aun mas a los pequeños niños además de los adultos. Claro que esto era parte del show.
Inmediatamente después del rugido se escuchó el sonido de un látigo al golpear al suelo, el golpe genero un ligero destello blanco antes de la luz volviera al interior de la carpa.
Todos los espectadores observaban a una mujer de 29 años, piel oscura, cabello rizado y dorado, ojos afilados de un intenso y profundo azul rey, de figura voluptuosa y un tanto exagerada pero aun así se podría decir que era delgada, medía 1,79 m de alto.
Vestía un traje ajustado de cuero negro que consistía en un chaleco sin mangas abierto a la altura de los pechos, guantes que le cubrían desde las manos hasta los codos, un pantalón y unas botas de tacón alto. En su mano izquierda sostenía el látigo de 6 m de largo que uso para dar la señal para que encendieran las luces.
A su lado izquierdo sentado, mirando fieramente a los espectadores, un tigre dientes de sable de unos 5,57 m de alto y 4,79 m de largo, incluyendo la cola, su pelaje era corto y un tanto espeso de un color blanco y líneas negras que recorrían todo su cuerpo, sus felinos ojos eran de un verde jade brillante y un tanto amenazador, de entre la comisura de su boca y ubicado a los lados estaban ubicados sus característicos colmillos 47 cm de largo.
Al su lado izquierdo, haciendo lo mismo que el Diente de sables, estaba un hermoso y majestuoso león pero este no era uno común pues este animal era una Quimera de 7 m de alto y 5,56 m de largo, incluyendo la cola que era la cabeza de una serpiente con grandes colmillos y de escamas negras. Una espesa melena dorada adornaba y protegía su cuello, sus felinos ojos eran de ha azul cobalto brillante, sobre su cabeza y en el centro de esta se mostraba un único cuerno negro de superficie lisa.
Ambas bestias tenían tal musculatura que les daba un aspecto imponente y de por si atemorizante.
Tras la mujer y el par de bestias estaba una especie de caja o algo por el estilo cubierto por una tela gruesa y pesada de color rojo. Sinceramente les parecía mas interesante lo que se ocultaba bajo aquella gruesa, la curiosidad les carcomía por dentro.
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A Monster Tale
Short Story"Porque los monstruos también tenemos derecho a enamorarnos, tenemos derecho a amar y que nos amen, tenemos derechos a una familia que nos quiera, derechos a ser felices y si nos arrebatan eso pues........... Sera mejor que corran e intenten esconde...