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-Mira Harry, él es hermano mayor de Lottie, Louis.- el rizado levantó la mirada de su suegra para notar al chico frente a él, ojos azules, labios delgados y un tanto rojos, una increíble criatura. Una dulce criatura.

Esa belleza sería su perdición y demencia más grande.

-Mucho gusto Harry.- sonrió.

-Los dejaré un momento solos amor, Amelia me ha llamado.- anunció Jay, dejando al par en la estancia principal.

-Por favor Harry, tome asiento. Mi casa es su casa.- su sonrisa era una obra natural, hermosa y perfecta.

-Lo siento.- murmuró el rizado.

-Gretel.- llamó el castaño, y una joven asomó para saber que ordenaba.-Mi hermana dónde se encuentra.-

-Su madre se la ha llevado, su padre también se encuentra fuera.- la sonrisa de Louis se amplió más.- En un momento se lo traigo.- y la presencia de Gretel fue desapareciendo.

¿A qué se refería la chica?

-Lamento haberlo confundido con un sirviente.-

-No se preocupe, me pasa todo el tiempo.- rió.- ¿Bebe?-

-Uhm.. Claro.-

-Perfecto.- el castaño tomó el hombro de Harry y golpeó levemente.- Beberemos en mi habitación.- afirmó.

-Su madre se molestara.-

-Sólo se molesta si mancho esta parte de la casa.- sonrió.- Vamos.-

¿Debia seguir a su cuñado? ¿Debia romper cualquier tipo de distancia?

Le habían enseñado que debe mantener una distancia prudente con esa familia, sólo debe tener contacto cercano con su futura esposa.

-¿Viene o no?- preguntó el ojiazul, que se hallaba al extremo de la escalera.

A veces es graciosa la forma que nos interesa una persona. Asombrosa la diferencia que podemos encontrar en personas similares.

La curiosidad por saber más sobre ese chico le hizo subir las escaleras, la sonrisa del castaño le hizo entrar en su habitación y esos zafiros tentadores le hicieron beber en aquella habitación que sería su secreto.

La habitación de ese chico era una muy desordenada, todo tenía en el suelo o regado por los muebles, definitivamente era un chico muy desastroso.

-Perdón si es un desastre, no suelo tener visitas en mi habitación.-

-Entonces por qué estoy aquí.-

-Me ha caído muy bien.- sonrió. La puerta llamada y Gretel entró.- Lamento sino bebe de lo mismo, prefiero la cerveza y esta preciosidad me la esconde siempre de mi madre.- sonrió a la joven.

-Mientras vea un poco más en mi sueldo.- comentó la mujer, dejando lo pedido en la mesa del castaño.- Por favor trate de no embriagarse.-

-Lo intentaré Gretel.- Guiñó su zafiro.

La chica sonrió por última vez y salió de la habitación, dejándolos solos.

-Bien, amigo mío.- abrió un par.- Mamá no volverá hasta más tarde, así que.- dió una a Harry.- por tu matrimonio.- chocó las botellas para después empinar toda en su boca.

El rizado copió la acción, no estaba acostumbrado a beber ese tipo de licor.

-¿Por qué jamás le había visto?-

-Mi madre siempre me oculta de sus amistades, cree que no soy apto.- rió.- Pero como estarás viviendo en esta casa no le quedó de otra que presentarnos.-

-¿Por qué estaba manchado hace rato?-

-Hace muchas preguntas.- sonrió.- Me​ gusta la pintura, es mi pasión dibujar.-
Harry miró por primera vez a un ser que no poseía una máscara. Por primera vez vio a un ser que hablara de su pasión con tanto amor y deseo.

-Esta la hice cuando tenía unos diez años y esta fue la que apenas acabe.- el castaño, ya un poco ebrio, vacío todo si armario, mostrando sus pinturas.

Era hermoso como había utilizado el color en cada una de ellas, la similitud pero diferencia entre sí. Cada una mostraba emociones diferentes, cada una mostraba las máscaras que Louis no deseaba usar.

Con sólo unas cuantas cervezas por terminar y Louis ya estaba completamente perdido, soltaba palabras al aire y el respeto por la persona se había perdido.

-¿Sabes Harry? Siempre quise irme de esta casa, poder ser libre. Quiero largarme de este pueblo y ser otra persona.- sonrió.

Ahora lo sabía, Louis y él tenían el mismo sueño. Ser libres.

-Odio que todos me critiquen, me digan que hacer o cómo comportarme.- abrazó al rizado.- Vamos Harry, seamos libres juntos.- rió.- Prométeme que seremos libres, juntos.- miró con detenimiento las esmeraldas de Harry - Si...-

-Claro Louis.- le parecía muy tierna esa parte del ojiazul. Estaba sonrojado y su cabello completamente alborotado.

-Quiero dormir.- abrazó con más fuerza el cuerpo del rizado.- Pero en tus brazos.- el castaño había tirado, junto con él, al rizado. Quedando Harry encima de él.

-Lou.. Louis.- estaba nervioso, la cercanía que tenía Louis era muy corta.

La lengua de su cuñado cepillo sus labios, Harry no pudo contenerse al no mirarlos. Tenía que verlos.

Poco a poco, el rostro de Louis se fue acercando a el suyo, acortando más la distancia.

-Louis su madre llego...-

-Eh... Puedo explicarlo.-

Visita indecenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora