zéro

372 46 13
                                    

— Gracias por haber venido en cuanto le llamamos.

— No es nada, gracias a ustedes por llamar —sonreí—. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué motivo me han citado?

— La verdad, joven Park, es un tema delicado.

Mi cara de felicidad cambió a una de preocupación al instante—. ¿Qué ocurre? ¿Es sobre mí? —el doctor asintió— ¿Qué... pasa?

— ¿Le gustaría que lo diga rápido o...?

Suspiré—. Puedo con esto, hable ahora.

— No le quedan muchos meses de vida, Park.

No, realmente no podía con esto—. ¿Qué? No puede ser cierto..., es broma, ¿verdad?

— Me temo que no. Usted tiene un problema muy grave en la sangre —soltó.

— Eso se puede arreglar, ¿no? ¿Cómo me está diciendo que moriré pronto? ¡Tengo 22 años! Aún no termino la universidad, no me he casado, ni siquiera he tenido alguna relación, mucho menos sexo, he estado tan preocupado con la escuela que-

— Por favor tranquilícese.

— Estupideces —chasqueé la lengua—. No puede pedirme que me tranquilice, qué rayos. ¿Alguno de sus pacientes se ha tomado "bien" el hecho de que usted les notifique este tipo de noticias?

— A algunos les da igual —subió y bajó los hombros.

— Qué cruel... —entrecerré los ojos.

— Es mejor ir directo con la verdad que darle esperanzas. Intentamos de todo para curarlo, pero fue imposible.

— ¿Y por qué no me siento mal?

— Es un problema que va matando lentamente, quizá mas adelante usted empiece a sentirse cansado con mayor frecuencia e incluso, si llegara a toser, excretará sangre por la boca o nariz.

Junté los labios y suspiré—. ¿Esto es un hecho? —asintió.

— Lo siento mucho, joven Park.

— Es tan complicado de asimilar —miré hacia el techo conteniendo las lágrimas—. El día de ayer estaba pasando tiempo con mi familia y mi mejor amigo, riendo, disfrutando del momento y hoy, todo es completamente diferente.

— Realmente lo sentimos.

— N-no es su culpa, supongo —sorbí por la nariz, mis mejillas ya se encontraban empapadas—. Usted dijo que habían hecho de todo para "salvarme" y no hubo resultados, así que se los agradezco. Disculpe también por ponerme tan... ¿agresivo?

— No se preocupe —apoyó una mano en mi hombro—. Recuerde que tendrá que venir a chequeos semanales, para ver qué tan avanzada está la enfermedad.

— Está bien, y... yo... por favor, no le comente nada a mi familia, no quiero que se aflijan por saber que me perderán... pronto.

— Como usted lo ordene.

— Gracias... Nos veremos en una semana.

— Cuídese, Park.

Hice una leve reverencia, recargué la cabeza en la puerta antes de abrirla, sequé mis mejillas con el suéter que llevaba, suspiré y giré el picaporte, asomando sólo la cabeza.

Esto era increíble. ¿Cómo podría vivir con normalidad, sabiendo que moriría relativamente pronto?

Bajé la vista, mi mejor amigo se encontraba sentado en el suelo a un lado de la puerta con los audífonos puestos y la mirada fija en el móvil.

Fingí sonreír, salí por completo del consultorio y me paré frente al pelinegro. Este elevó la cabeza y me devolvió la sonrisa. La suya era hermosa, siempre lo había pensado.

— ¿Listo? —asentí. Se puso de pie y guardó sus audífonos— ¿Todo bien? —preguntó caminando a mi lado.

— Sí.

— ¿Qué querían decirte con tanta urgencia? —tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, como acostumbraba a hacerlo desde que éramos pequeños.

— Nada importante.

— Si te llamaron con urgencia es porque tenían que decirte algo importante, ¿me quieres ver la cara de estúpido? —dio un apretón a mi mano y me miró "dolido".

Reí leve—. Ya la tienes.

— Mocoso irrespetuoso —pellizcó mi mejilla y volví a reír. Él me hacía sentir tan bien, de verdad le apreciaba.

Me aclaré la garganta—. ¿Yoongi...?

— ¿Hm?

— ¿Qué te gustaría hacer antes de morir? Ya sabes, algún tipo de... cosas extremas.

— Uhm... —puso un dedo en su labio inferior—. Realmente nunca lo había pensado, ¿por qué preguntas eso de pronto?

— Me dio curiosidad —detuve el paso—. ¡Te propongo algo!

— Habla —enarcó una ceja.

— Hagamos cualquier tipo de cosa extrema, divertida o que simplemente no hemos intentado aún, ¿no estaría cool?

— Estás muy rarito, Jiminnie —jaló de mi mano para que volviéramos a caminar.

— Si tú no tienes algo que quieras hacer "antes de morir", entonces ayúdame a cumplir todos mis propósitos.

— ¿Tienes una lista?

— No realmente, pero puedo hacerla y mañana mismo empezar, si quieres ayudarme, claro.

— Sigo pensando que estás muy extraño, ¿qué exactamente te dijeron allí dentro? —nos detuvimos frente a mi casa.

— ¿Me ayudarás o no? Sabes que puedo pedirle ayuda a alguien más, como no seeeeé..., ¿Jungk-

— Atrévete a terminar de decir su nombre y dejo de ser tu amigo —me apuntó con su largo y delgado dedo.

— Celoso... —entrecerré los ojos y capturé su dedo con mis dientes para morderle.

— ¡Ah! Maldita piraña —sobó su índice—. ¡Bien! Te ayudaré.

— ¡Sí! —exclamé abrazando al pelinegro— Gracias, gracias, gracias —le estrujé con toda mis fuerzas.

— Bastaaa —forcejeó conmigo para que le soltara.

Me separé de él entre risas—. Entonces comenzaremos mañana~ —canturreé.

— Muy bien, Jiminnie~ —usó el mismo tono de voz que yo había empleado, recibiendo un golpe en su brazo de mi parte.

— Gracias por acompañarme, hyung.

— No es nada, pequeño —sonrió.

— Estoy ansioso, entraré a casa y comenzaré la lista, prepárate para cumplir todos los deseos de Park Jimin.

— Mi método de preparación es durmiendo, así que te dejo, nos vemos mañana —tomó mi cabeza y dejó un beso en mi frente—. Cuídate, Jiminnie... —susurró, haciéndome sentir extraño—. Cuídate mucho, si necesitas algo, no dudes en llamarme —asentí—. Adiós, pequeño.

— Adiós, hyung —agité mi mano viéndole alejarse lentamente.



me falta poquito para terminar el primer capítulo; sólo quería publicar el "inicio" antes de que se me apagara el móvil, prometo no hacerles sufrir tanto

BEFORE I DIE | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora