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Mori los miraba fijamente, su roja mirada color sangre intercalándose entre los dos mafiosos que nerviosos, intentaban aguardar con calma que les dijera la razón por la cual los había mandado a llamar.

Había que admitir que sentían un gran miedo a que haya descubierto la extraña relación que entre ellos había. Y esperaban que no preguntase, si fuese así; no sería nada fácil explicar que ambos, con el corazón roto se habían empezado a acostar hasta llegar a amarse completamente, como era su situación ahora.

Bueno, era más complicado de lo que sonaba.

- En primer lugar quiero que se lo tomen con calma, cuentan con el apoyo de la Mafia y no habrá ningún problema con esto... siempre y cuando no se distraigan mucho de sus obligaciones. Lo que es prácticamente imposible, pero bueno. Es mejor que nada.

Los había descubierto.

Los había descubierto y ahora estaba burlándose de ambos. Aunque por supuesto, no es como si pudieran recriminarle. Después de todo y por más que no lo pareciera, era con el jefe de la Port Mafia con la que estaban hablando, y ellos solo sus perros.

Chuuya empezó a respirar lentamente, intentando regular sus respiraciones y pensar claramente. Había dicho que contaban con el apoyo de la Mafia, ¿No? Entonces no era tan malo. ¿Descuidar sus obligaciones? Nunca habían hecho eso... por más que faltas no habían escaseado.

Todo iba a estar bien.

De igual manera, pase lo que pase, estaba juntos, ¿Cierto?

- ¡Sorpresa! Van a ser padres.


Joder.

...

Definitivamente esa noticia no la esperaban.

Ni ahora ni nunca.

Sin embargo, más que la enorme incógnita de cómo diablos pudo pasar, algo les pesó a ambos, al punto de hacerlos sudar frío. Sus rostro se tornaron más pálidos y se miraron levemente.

Como preferían realizar misiones peligrosas a lidiar con estas cosas.

- Disculpe, jefe, si puedo preguntar... -esperó a que asintiera con la cabeza, y con toda la vergüenza del mundo prosiguió- ¿Quién de nosotros... está en dicho estado?

-Pues verán, los portadores de habilidades como... ¿Qué? ¿A qué se refieren? -siendo sorprendido al esperarse una reacción normal y no aquella pregunta, el jefe los miró confundido, antes de que una idea iluminase su mente y una sonora carcajada escape de sus labios- Parece que dos de mis subordinados han estado diviertiéndose mucho, ¿No?

No contestaron nada, estaban demasiado abochornados para eso.

- Sinceramente me lo imaginaba... Es la única razón que explique porque en ambos el examen dio positivo.

Silencio.

-¿QUÉ?- gritaron ambos sin poder evitarlo.

- Por supuesto, después de todo, ¿Por qué si no los habría llamado justo a ambos?

- No, no es imposible- susurró el mayor de ambos.

Eso... Dios, no podía ser que por un juego ambos estén...

Chuuya se fijó en las reacciones de su pareja, quien después de aquella expresión había guardado un tenso silencio. Su coloración, podía afirmar, se había vuelto tal vez un poco... verde.

Mori-san los miró seriamente, antes de respirar profundamente y...  comenzar a reír.

- ¡No se burle de nosotros! - gritó sin poder contener el cúmulo de emociones del de ojos claros, ganándose dos miradas asombradas.

SORPRESA |Chuuya x Akutagawa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora