-y no piensas decir nada- me pregunto ella en voz baja mientras daba vueltas en el centro de la pista de baile junto a mi.
-lo lamento- dije soltando una pequeña risa -el estar junto a ti me quita las palabras de la boca ¿sabes?-
-no te creo- dijo lanzándome una mirada traviesa
-¿y a que viene la desconfianza querida?-
No dijo nada en ese momento, solo cerro sus ojos mientras una canción lenta comenzaba a sonar en aquel lugar, acercándose lentamente a mi la abrace con mucho cuidado cuando note que sus brazos se cerraban en torno a mi cuello, no podía pensar claramente en esos instantes así que la acerque mas a mi mientras nos movíamos lentamente al son de aquella música, ella abrió sus ojos solo para mirarme fijamente, podía perderme en aquellos hermosos ojos café oscuro así como en aquella sonrisa que se comenzaba a formar en esos labios.
-querida... alguna vez te dije lo hermosa que eres?-
-cállate- dijo con una risa
-tu cállame- la rete
-ya que insistes- dijo mientras cerraba sus ojos y se acercaba lentamente...
Ya había olvidado aquella sensación, en menos de un segundo el mundo entero desapareció debajo de nuestros pies, ella era la única cosa que me importaba ahora y aquel beso me daba una indescriptible sensación de calor y seguridad, la única palabra para aquello era...
PERFECTO.
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Historias cortas
Randomuna recopilación de pensamientos de media noche y tonterías esporádicas