Under The Rain.

1ra y única parte.

Salgo corriendo, mi respiración se agita rápidamente, no quiero pensar en nada, las luces de los autos de la avenida se vuelven borrosas, no sé con exactitud que está ocurriéndome, pero me siento bien, una ola de felicidad me inunda por dentro y fluye tan rápido que sus síntomas ya se pueden ver desde fuera, una amplia sonrisa, ojos rebosantes y muy abiertos, mi piel se eriza, unas terribles e inaguantables ganas de soltar una enorme carcajada, me fascina sentirme así, mi ropa empieza a pegarse a mí, pero no es un líquido que provenga de mi, volteo buscando algo más, y lo encuentro, en un faro que está en la banqueta, las veo, con mucha claridad, están cayendo, y me pregunto cuanto tiempo han esperado por su libertad a medias, que cuando caen al suelo parece terminar todo, se junta con las demás, y tal parece que su vida termina allí. Pero que estoy pensando si ése destino nos espera a todos, lo único seguro en nuestra vida es saber que tarde o temprano ésa libertad a medias, eso a lo que se le dice "vida" concluirá en un abrir y cerrar de ojos, por que en un parpadeo hay gotas de lluvia que se estampan en el pavimento, pero de igual manera para algunas termina antes, cayendo en la azotea de un rascacielos, o edificios departamentales. Como sea, nadie ni siquiera nuestro propio ser puede evitar nuestro colapso; ya que en muy continuas situaciones a lo largo de nuestro descenso, nuestro interior llega a ser el más grande y alto edificio que nos puede frenar mucho antes de que nos demos cuenta, tal vez hay factores que nos puedan influenciar sin que podamos hacer algo al respecto, como en las gotas, siempre van al compás del viento, danzan con él, se mueven mutuamente; y si, a algunas las salva, pero a otras las perjudica. Nosotros estamos al placer de lo que mucha gente le dice "destino". Pero, ¿qué es el destino?, si no solo consecuencias venidas de nuestros actos y decisiones que solo nos condenan, las cuales muchas veces son el resultado de varios estilos de vida propios de las personas, sumergidas en sus costumbres, tanto las generadas propiamente y las inculcadas. Pero nadie es lo suficientemente "poderoso o sabio" para juzgar a las personas, pero en momentos puede hacerle ver cosas mejores de las que está por hacer, ellos son el viento; pero nosotros como seres pensantes tenemos la pequeña ventaja de ver si nos conviene lo que esas personas quieren que hagamos, tenemos el gran beneficio de vislumbrar un panorama más grande, y no solo quedarnos agachando la mirada viendo el pavimento, moviendonos solo a donde nos lleve el "destino o universo", porque nosotros tenemos la posibilidad de cambiar nuestros rumbos a placer, de correr para escapar, de quitarte del camino, de frenar, del no consumir o hacerlo, de guardar o sacar todos aquellos sentimientos que llevamos, de saber hasta donde callar. Todos vivimos en un mundo diferente, y no solo hablo de nuestras mentes, si no de todo nuestro interior, y si tal vez seamos muy diferentes, pero entre tantas personas podemos encontrar nos en nuestra caída con alguien que tenga un 5% de igualdad con nosotros. A pesar de todo, nadie es diferente al 100% del ser de otra persona, ni siquiera de los animales más raros o antiguos, ni mental, ni espiritual, ni mucho menos físicamente; todos fuimos creados de la misma forma, creas en la religión que quieras, o en el mito que más te guste, todos dicen lo mismo. Pero adelante todos tenemos derecho a la ingenuidad en nuestra trayectoria al suelo, hay muchas formas de aligerar ésa carga, ya sea que te guste pensar en que si eres bueno en tu recorrido alguien te va a llevar de nuevo arriba, o tal vez te agrade más pensar en la reencarnación, no tiene nada de malo, todos necesitamos una forma de escapar de esos pensamientos que no nos dejan más que tristezas y millones de preguntas. Pero, ¿qué tal si así empezaron todas ésas cosas?, con gente desesperada por encontrarle algo más a su final que solo dejar de existir. Dándose un poco de alivio imaginando como los niños, pero nos dejamos llevar tanto que tal parece el mundo de verdad hace cosas muy grandes por no ver su final, pero eso ya no es tener fé, es la desesperación, y el miedo mismo a la muerte. En ése aspecto las pequeñas gotas nos llevan mucha ventaja, ya que ellas están siempre en un constante ciclo de vida, caen, se evaporan, vuelven a subir, se condensan y bajan de nuevo. Pero ésto está comprobado, ya nadie puede decir lo contrario, hay muchas pruebas que lo apoyan; pero ¿quién demuestra lo que hay después de la muerte en los humanos desesperados?, solo mitos basados en escritos que a su vez creyeron en las palabras de unos que otros ignorantes, que ni siquiera se pudieron poner de acuerdo y contar la misma versión. Ahora estoy confundida, no sé que es más eficiente, ser una gota que conoce su destino incluso después de desplomarse, o un ser pensante que solo dá vueltas sobre escrituras que no tienen pruebas contundentes, pero con una trayectoria de camino desconocida, llena de placeres y malas rachas. Al final de cuentas solo son pequeñas diferencias, todo llega a un fin; solo que unos se pueden volver a levantar...
Pero a pesar de eso ésta noche estoy feliz, tal vez no vivamos bajo nuestras reglas y placeres, pero hay momentos en que podemos hacer que el viento sople a nuestro favor.
Todos somos seres ingenuos, que nos refugiamos en cosas que creemos firmemente que no nos van a decepcionar, pero por eso tienen que ocurrir después de la muerte, para no darnos cuenta de si fué verdad, o fuimos engañados ingenuamente todo nuestro camino, y más si es por que nos lo inculcan desde que nacemos, que peor que descubrir que fuiste engañado por haber estado en el camino incorrecto todo el tiempo, sin si quiera haber tomado tú esa decisión, y arrepentirse por algo que no tendrá arreglo nunca.
Mejor vivir con lo que sabemos firmemente, "solo se tiene una vida, ésta es la segura".