|CAPÍTULO 21|

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Alex

A la mañana siguiente me levanté antes que Leila y fui a la cocina a hacerle un desayuno especial. Va a pensar que estoy loco porque no hago estás cosas, pero no quiero morir a tan temprana edad.

Le preparé un tazón con su cereal favorito, una taza de café, unas tostadas y el típico jugo de naranja.

Cuando terminé de preparar todo subí con mucho cuidado las escaleras y al abrir la puerta de la habitación encuentro a Leila revisando su celular.

- Buen día, te traje el desayuno. -dije yendo hasta donde estaba ella.

Se acomoda bien y yo le coloco la bandeja en sus piernas.

- Buen día, gracias.

Luego de agradecerme empezó a devorar todo lo que contenía la bandeja, es tan hermosa incluso cuando recién se levanta. Cuando termino de decir eso escucho que se tira un eructo.

- ¡Lo siento! -gritó riéndose.

- No te preocupes, seguro es uno de esos síntomas que tienen las mujeres cuando están en sus días.

- Sí... Claro... Uno... Uno de los síntomas que tenemos las mujeres. -dijo rascándose la nuca.

- Bueno, voy a llevar esto abajo y voy a lavar los platos, la luz ya regresó. -dije mientras me levantaba para ir abajo.

- Ok, yo me voy a dar un baño, y sí, me di cuenta que volvió la luz Alex. -respondió en tono burlón y se metió en el baño.

Bajé por las escaleras y me puse a ordenar un poco, lavé los platos, acomodé un poco el living y demás.

Me puse a revisar el celular y me llega un mensaje, es la madre de Leila.

{Conversación por WhatsApp}

Lourdes: ¿Ya te alejaste de mi hija?

Alex: ¿Usted cree que yo voy a alejarme de ella? Está mal de la cabeza, no pienso dejarla.

Lourdes: Me estás haciendo las cosas muy difíciles muchacho.

Alex: Mire, me importa una mierda lo que usted haga o no, pero no se meta en nuestra relación.

Lourdes: Ok, está bien, pero que conste que tú elegiste el camino difícil, las consecuencias no te gustarán nada.

Alex: Como si yo fuera a tenerle miedo a usted.

Lourdes: Como tú digas, adiós.

{Fin de conversación por WhatsApp}

Decidí borrar la conversación por si Leila llegaba a encontrarla. No quiero que se preocupe por mi o que se empiece a poner nerviosa.

En eso Leila baja por las escaleras hablando por el celular.

- Ok, los esperamos, vengan después de comer y organizamos todo para la fiesta.

Luego de decir eso cuelga.

- ¿Hola? ¿Quién eres y qué hiciste con Leila? -dije en un tono burlón.

- ¿Por qué? -respondió riéndose.

- Porque estás aceptando hacer una fiesta, tú, aceptando hacer una fiesta y además en nuestra casa.

- Sí, comienzo a creer que es raro, pero es para celebrar el fin de las vacaciones. -dijo tirándose en el sillón.

- Es verdad, el lunes comienzan las clases de nuevo. -dije pasándome las manos por la cara.

Los Cambios siempre existieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora