Nada es como parece. (Niall Horan y tú)

Capitulo 36

Niall

- Claro. -dije acercándola más a mí. 

No entendía porque su madre quería alejarla de mi, si viendola como es cuando esta conmigo se la nota más feliz. En cambio, cuando la vi con William, no notaba mucha alegría por su parte al estar con él, y no me extraña porque es un pijo de mierda. Eso sí, como mire más a _____ juro que le desfiguro la cara en el momento. Joder, es que me traía loco la morena. Cada parte de ella era perfecta, sus ojos de color miel y las pequeñas arrugas que le salen cuando se ríe. La risa aguda que tiene... el tono rojizo que cogen sus mejillas al sonrojarse.... aunque ella no lo sepa, es perfecta para mi sea como sea. Siempre quise alguien que se quedara aún después de ver lo desagradable que puedo llegar a ser, y ahí apareció ____.

No merecía su amor. Después de todo el daño que le he hecho, de haberla hecho llorar tantas veces. No me la merecía ni en un millón de años. Me di cuenta del error con el tiempo, de que ella era la correxta y volví a pedirle perdón pero lo hice tarde y no creo que me lo vaya a perdonar del todo nunca.

- Y bueno...¿Tienes alguna película? -dijo ella mirando el salón en busca de algunas películas.

- En mi habitación, ahora vuelvo. -dije. Subí y cogí algunas de las películas que tenía y volví a bajar. 

Sonreí al ver como ____ sostenía la guitarra en sus manos.

- Un día, me enseñarás como tocas. -exigió.

- Claro.

Nos sentamos y se quedo un rato en que película escoger. Hasta que al final escogió una.

- Esta. -dijo con 'Los juegos del hambre' entre sus manos.

- Buena elección. -le contesté y ella soltó una risa.

Metí el DVD en el vídeo y me senté apoyando mi cabeza en el regazo de ella, mientras me hacía circulos en el pelo. Estos momentos son los que me gustarían capturar para siempre y revivirlos una y otra vez.

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- ¡Niall! -exclamó riendose mientras se quitaba la harina de la cara. 

Me agarré el estómago, que ya me dolía de tanto reírme. Después de haber visto las dos películas de la trilogía habíamos decidido preparar pizza para cenar, pero pizza casera así que estábamos intentando preparar la base. El pelo de _____ tenía trozos blanco por la harina y su cara había abandonado su típico color para ser completamente blanco mientras que yo solo tenía alguna alguna que otra mancha de harina. Lo peor vino cuando empezamos a echar el tomate y su cara pasó del blanco al rojo en menos de un segundo.

- Bueno, ya está. Ahora sólo tiene que hacerse. -dije con un suspiro.

- A sifo más difícil de lo que creía. -dijo sentándose en el sofá.- Pero a sido por tu culpa.

- Eh, yo no he empezado. -me defendí.

- Yo te manché sin querer. -dijo ella haciéndose la ofendida.

Yo me reí.

- Voy a ducharme. Puedes ir al baño de mi habitación, yo iré al de mis padres.

Ella asintió y subimos a la planta de arriba. Me metí en la habitación de mis padres, la cual daba un poco de miedo ya que tenía fotos en blanco y negro y muñecas de porcelana y bueno... demasiadas horas jugando a Slenderman no ayudan. Me despojé de mi ropa y me metí en la ducha -más grande que la mía-. Aun no creía que hacía un par de días ____ me odiaba y ahora estaba en la habitación de al lado. Sonreí por incercia, parecía estúpido cuando pensaba en ella y una sonrisa tonta se me escapaba, simplemente no podía controlarla.